La nueva carga psicológica que debe soportar Laia Sanz tras socorrer (otra vez) a un piloto

"Esto desmuestra que es un gran deporte y que hay muchos valores dentro de él". Gerard Farrés, el mejor piloto español de motos del pasado Dakar, analiza en una conversación con El Confidencial el nuevo gesto de Laia Sanz. La piloto catalana lo volvió a hacer y esta vez con el Atacama Rally como testigo. Corría el kilómetro 48 cuando Sanz se convirtió una vez más en el ángel de la guarda de Pierre Alexandre 'Pela' Renet. Y ya van tres. El francés, que se fracturó el hombro, el codo y las costillas, además de lesionarse en las cervicales, tuvo que ser trasladado en helicóptero tras una aparatosa caída. Laia se quedó a su lado, con la carga psicológica que ello conlleva: "Estas cosas pesan".

Farrés también sabe muy bien de qué va esto. El piloto catalán recuerda para este medio el momento más mediático de un accidente del Dakar. La tecnología permitió grabar en 2014 cómo ayudó a Enric Martí cuando este estaba totalmente desorientado. "Me salvó la vida", llegó a decir Martí, que ya se había despojado de la ropa en mitad del desierto mientras deliraba. "Por encima de todo luchamos por superarnos a nosotros mismos y esto implica tener que encontrarnos con temas delicados como estas caídas", declara el de Manresa.

Es la tercera vez que Laia socorre a Renet

Pela Renet ya se cayó en 2015 en el primer raid que disputó como piloto profesional. En Marruecos, el francés se fracturó la mandíbula. "La verdad es que la escena me ha impactado bastante y, a partir de ahí, he decidido pilotar más tranquila porque no valía la pena tener un accidente”, declaró Laia por aquel entonces, cuando ejerció por primera vez de enfermera ante las heridas del piloto del Husqvarna.

La segunda, y precedente a la actual, fue en el Dakar del año pasado. Renet quedó inconsciente por un traumatismo craneoencefácilo lo que provocó pánico en la piloto española, que iba detrás. El premio 'Fair Play' de la FIM por cuidar del piloto mientras "no sabía si estaba vivo o muerto" fue la recompensa para la catalana. "Laia es una muy buena persona y para todos nosotros es un ejemplo", admite Farrés.

Socorrer a un piloto en apuros es una ley no escrita en el mundo de los rallies y raids. "Es una norma que tenemos entre nosotros y estamos acostumbrados", dice el piloto a El Confidencial, quien reconoce que Laia tiene una "personalidad muy fuerte y competitiva". Actitud que no le impide desempeñar roles como el de la pasada etapa del Rally de Atacama. Como era de esperar, los comisarios le devolvieron el tiempo perdido a la piloto española, casi una hora, y terminó la etapa en la undécima posición. Mismo peldaño ocupa en la clasificación general, que lidera Pablo Quintanilla, compañero de Renet.

No es el único problema que se la ha presentado a la piloto de KTM ya que un fuerte resfriado le impide correr en su plena facultad. Aún así, la piloto española consiguió un noveno puesto en la etapa más larga de la competición que termina este sábado.

Golpe psicológico

"La verdad es que después de una cosa así no sales con la cabeza en su sitio para dar gas", declaró Laia Sanz cuando finalizó la segunda etapa, correspondiente con la caída de Pela. Pero aún con el miedo en el cuerpo la piloto en la jornada del miércoles pudo rodar a un promedio superior a los 94 km/h. "Hay que entrenar este tipo de aspectos", dice Gerard a El Confidencial.

Farrés comprende más que nadie lo difícil que es volver a la concentración tras una acción de estas características. "El hecho de tener un ritmo de carrera y tener que parar para socorrer a un compañero influye a nivel psicológico", dice el piloto, quien asegura que hay que volver a seguir la rutina de concentración cuanto antes. “Cuando te subes a la moto, te olvidas, pero estas cosas siempre pesan un poco", confesó Laia.