España aplasta a Angola, un meritorio en el Mundial de balonmano (42-22)

Hay partidos que se juegan porque no hay otro remedio. Están en el calendario y, en buena lógica, tienen que hacerse. En el Mundial de balonmano, un deporte eminentemente europeo, tienen que entrar equipos de todos los continentes. Y claramente, no da. Angola está en Metz de turismo, pues equipos de ligas colegiales españoles les harían frente e incluso les ganarían. Es la diferencia abismal entre un grupo de profesionales y otro de un equipo en el que prácticamente no saben lo que es el balonmano.

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Antes del partido, los jugadores españoles, así como los comentaristas, narraban el rosario de cuestiones para darle aliciente al partido. Que si son altos y fuertes, que si juegan bien a la contra, que si son intensos, que si la abuela fuma... pura teoría para poner chispas a un partido que, evidentemente, no las tenía. España empezó pronto robando balones y atacando con efectividad. Claro, que esto último es mucho más fácil cuando te puedes plantar en el quicio de los seis metros, sin nadie defendiendo y en posición frontal.

Más aún si se tiene en cuenta que el portero titular angoleño, Gilberto, que salió como un loco a por un balón y embistió a un jugador español fuera del área. No parecía recordar que el simple hecho de tocar a un rival fuera del área en una situación así conlleva una expulsión, o igual nunca antes le había pasado y por eso lo hizo sin pensar en las consecuencias. Le sustituyó un veterano, Giovani, con problemas de rodilla suficientes como para terminar pareciendo transparente.

Fernández y Balaguer

En esas Jordi Ribera decidió, sabiamente, que esta guerra la tenían que batallar los no habituales. Serían ellos, los jóvenes, los que se darían el festín a costa de los pobres angoleños. En el primer cuarto de hora la diferencia en el tanteador ya era suficiente como para poder relajarse. Y ahí estaba b, extremo con pocos minutos, marcando nueve goles. O el joven David Balaguer seis, tantos como Valero, que jugó bastante rato Total, ellos no iban a remontar. El partido, como es lógico, se deshilachó, el ataque español siguió brillando, aunque solo fuese por las extremas facilidades defensivas de los africanos, y atrás se dejaron ir.

El ataque de Angola tiene, eso sí, algún tirador fino capaz de encontrar lanzamientos lejanos. A eso se dedicaron la segunda mitad, a intercambiarse goles de un área a otra, esperando a que todo terminase pronto y sin heridos. Lopes, inspirado, marcó seis, que por lo menos le dará para un bonito recuerdo de este partido. El 42-22 no es una casualidad, es el abismo que separa lo profesional de lo amateur. Y, eso sí, una victoria más en el casillero. Ya son tres de tres y eso significa estar en octavos.

Ficha técnica

42 - España: Pérez de Vargas; Balaguer (6), Gurbindo (-), Gedeón Guardiola (2), Morros (-), Costoya (4) y Ángel Fernández (9, 1p) -equipo inicial- Corrales (ps), Rivera (6, 2p), Víctor Tomás (3), Dujshebaev (4), Sarmiento (1), Aginagalde (-), Cañellas (1), Goñi (2) y Figueras (4)

22 - Angola: Muachissengue; Mulenessa (1), Lopes (7, 2p), Nascimento (-), Ferreira (5), Antionio (3) y Teca (2) -equipo inicial- Figueira (ps), Aguiar (-), Hebo (2), Maneco (-), Quinanga (2) y Pestana (-)

Marcador cada cinco minutos: 5-2, 10-2, 13-5, 15-7, 18-9 y 21-10 (Descanso) 24-13, 27-14, 32-19, 37-20, 40-21 y 42-22 (Final) 

Árbitros: Grillo y Lenci (ARG). Expulsaron con tarjeta roja directa al portero de Angola Gilberto Figueira (m.9) Además excluyeron por dos minutos a Costoya por España; y a Ferreira por Angola. 

Incidencias: Encuentro correspondiente a la tercera jornada del grupo B del Mundial de Francia 2017 disputado en Les Arenes de Metz (Francia) ante unos 2.000 espectadores.