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La esperada reaparición de Ronda Rousey termina con ella en la lona en 48 segundos
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amanda nunes retiene el título de campeona

La esperada reaparición de Ronda Rousey termina con ella en la lona en 48 segundos

La luchadora más conocida llevaba más de un año sin competir, y su vuelta fue una decepción. Tras la derrota anterior se planteó suicidarse. Su actitud había cambiado radicalmente

Foto: Ronda Rousey, al recibir el golpe que la hizo perder el combate (Reuters)
Ronda Rousey, al recibir el golpe que la hizo perder el combate (Reuters)

"Vamos a parar este sinsentido de Ronda Rousey, porque todo en esta pelea era hablar de ella, pero la campeona soy yo". Amanda Nunes necesitó únicamente 48 segundos para noquear a su rival, la leyenda de la UFC. Es la mejor, retuvo el título, pero la historia en ocasiones tiene poco que ver con la victoria, por más que la brasileña enfatice que las artes marciales mixtas se mueven con los mismos códigos que el resto de deportes. "No lo entiendo, se supone que lo importante es el campeón, ser el mejor del mundo ¿Por que Rousey ha parado un año y cuando ha vuelto todo el mundo hablaba de ella? Eso no está bien", repetía Nunes.

En ocasiones el deporte tiene estas cosas. Nunes retuvo el título del peso gallo de la UFC, pero su historia es un apunte a pie de página en todos los medios internacionales. Lo sustantivo, de lo que todo el mundo está hablando, es de esa rival que no llegó a estar de pie un solo minuto. Porque Ronda Rousey es una leyenda y Nunes no, quizá algún día lo sea, pero no por el momento.

El ruido que se ha generado con motivo de este combate es histórico, y eso que Rousey ha permanecido extrañamente callada en los últimos meses. Eso, entre otras cosas, es lo que ha hecho de esta pelea un acontecimiento especial. ¿Quién es ella? Pues, en principio, una medallista olímpica en judo. Ese es el germen de una carrera memorable en la que Rousey se convirtió en la reina de la UFC. Ganó sus primeros seis combates sin casi despeinarse, la mayor parte de ellos sin necesidad de agotar el primer asalto. Era una competidora intocable que subía como la espuma dentro del 'star-system' del deporte americano.

Pronto empezó a copar portadas de revistas y a encontrar su espacio en las cadenas deportivas. Las artes marciales mixtas son un deporte en ascenso, ávido de nuevos ídolos como Rousey o Connor McGregor. Era imabatible, o así lo parecía hasta el 15 de noviembre de 2015. Aquella noche se enfrentaba contra Holly Holm, una competidora menor dentro de este circo. Se esperaba una derrota fácil que nunca llegó. Rousey, que soñaba con retirarse invicta, vio como sus deseos se iban por el sumidero.

Se planteó el suicidio

Entró en depresión, llegó a barajar el suicidio, como ella misma confesó en una entrevista con Ellen DeGeneres. La luchadora no podía concebir la opción de la derrota y, abruptamente, desapareció. Evitó a los medios especializados en UFC y solo concedió contadas entrevistas, hablando poco del deporte y mucho de cosas paralelas. Fue por el camino portada de Sports Illustrated, concretamente del número de bañadores, un escaparate único dentro del deporte estadounidense. Todo eso, sí, pero no pelear.

Las cosas habían cambiado. Rousey, que en su carrera había sido la más lenguaraz y divertida de todas las competidoras, abrazó el silencio. No tenía claro volver a competir, pero finalmente decidió que merecía la pena. Lo hizo, eso sí, en sus propios términos. La UFC ha conseguido que Nueva York levante la prohibición del deporte en el estado y el comisionado de la competición quería que Rousey fuese la primera en luchar allí, pero ella se negó, prefirió Las Vegas. También le permitieron que se saltase todos los actos previos típicos de este deporte con aspiraciones circenses. En el pesaje casi no habló, no concedió entrevistas, no bajó al típico juego de provocaciones tan propio de esta disciplina.

Rousey, cambiada físicamente, obligó incluso a una fecha, el 30 de diciembre, que está lejos de ser la mejor a efectos de televisión de pago. Se le aceptó todo porque era ella, la mujer que sobre sus hombres había construido el imperio de la UFC femenina. Se le concedió todo con la esperanza de que todo volviese aser como antes, que la estrella volviese a serlo. Pero no, 48 segundos después de empezar la lucha los árbitros detuvieron el combate. KO técnico, probablemente el último de la carrera de Rousey.

24 horas más tarde, con los ánimos algo mejores, por fin habló la campeona en horas bajas. Lo hizo para agradecer al público su apoyo, también para contar algún detalle de su reaparición. "Quería regresar no sólo para competir, sino para ganar, ese fue mi enfoque durante todo el año pasado. Sin embargo, algunas veces – incluso cuando te preparas y das todo lo que tienes y deseas tanto algo – las cosas no salen como las planeas. Me enorgullece ver lo lejos que ha llegado la división femenina en el UFC y elogio a las todas las otras mujeres quienes han hecho esto posible, incluyendo a Amanda.

"Vamos a parar este sinsentido de Ronda Rousey, porque todo en esta pelea era hablar de ella, pero la campeona soy yo". Amanda Nunes necesitó únicamente 48 segundos para noquear a su rival, la leyenda de la UFC. Es la mejor, retuvo el título, pero la historia en ocasiones tiene poco que ver con la victoria, por más que la brasileña enfatice que las artes marciales mixtas se mueven con los mismos códigos que el resto de deportes. "No lo entiendo, se supone que lo importante es el campeón, ser el mejor del mundo ¿Por que Rousey ha parado un año y cuando ha vuelto todo el mundo hablaba de ella? Eso no está bien", repetía Nunes.

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