"Sacar con la mano, cambiar el balón... El fútbol sala debe romper con todo"
El excapitán de ElPozo y campeón del mundo con España en el 2000 analiza el Mundial de Colombia y, sobre todo, la situación dramática de su deporte, con apenas trascendencia hoy en día
Quizá no se hayan percatado, pero se está disputando en estos días el Mundial de fútbol sala. Sí, el mayor evento que puede generar este deporte. Y es bastante probable que ni siquiera sepan que España ya está en octavos, que juega este mismo miércoles contra Kazajistán por un puesto en cuartos y que, como siempre, es favorita, junto a Brasil y Rusia, para volver a ganar el título. Las grandes cadenas televisivas apenas le están dando espacio a contar lo que pasa en Colombia, sede del Mundial, ni tampoco los periódicos, ni las radios. No digamos ya la Liga Nacional de Fútbol Sala, que, eso sí, se oye tanto o más que cuando se juega la Copa de Europa. Por cierto, España fue de nuevo campeona de Europa en febrero, por si no lo vieron.
El fútbol sala está tocando fondo, es una realidad. Uno de los deportes más practicados en España tiene una trascendencia bajísima en los medios de comunicación y, por tanto, entre la afición. Se hace complicado seguir la liga por los continuos cambios de diales y la mezcla de horarios con otros deportes de mayor seguimiento. Y esta situación es relativamente nueva. Hace no mucho, se hablaba más del fútbol sala (o futsal, como gusta últimamente llamarlo). Era en la época en la que Paulo Roberto Marques, considerado el mejor jugador de la historia de este deporte, jugaba y ganaba en ElPozo y en la selección española. El exjugador y exdirectivo del equipo murciano atiende a El Confidencial durante el rato que le dejan sus quehaceres en su escuela de fútbol sala y su empresa. Y se le ocurre una única solución para reflotar la disciplina que tanto ama (y que sigue practicando): una revolución.
Pregunta: ¿Qué te está pareciendo el Mundial?
Respuesta: Seguimos el Mundial, pero de lejos, porque los horarios son complicados y hace difícil el seguimiento. Pero por lo que vemos por la tele hay muy buen ambiente, buenos pabellones, llegan buenas noticias. En general, el nivel es el que conocemos, el de Brasil, España, Rusia y Portugal. Dependerá después mucho de los cruces, pero España está como en otros Mundiales, yendo de menos a más, sin hacer un gran juego, pero ganando los partidos, que es lo importante.
P: ¿Es más que un España-Brasil?
R: Para mí, hay tres equipos fuertes, España, Brasil y Rusia. A Italia y Portugal los metemos en el saco, pero no son del nivel de las otras tres selecciones. Para mí, Brasil es la número 1 porque tiene una renovación constante de jugadores, salen futbolistas importantes que ayudan mucho a los viejos de toda la vida. Rusia es una selección con un ritmo muy fuerte, con jugadores que están acostumbrados a jugar todos los partidos seguidos en su liga. Y España porque ha crecido bastante y es la selección con mejor nivel de todas en los últimos años.
P: Hace unos meses, España ya goleó a Rusia en la final del Europeo. Marcó un precedente.
R: Cuando juegas contra grandes selecciones puedes ganar fácil, pero también puedes perder fácil, la superioridad entre los mejores equipos no es tan evidente.
P: ¿Brasil es Falcao y trece más?
R: No. Falcao está en su mejor momento para finalizar ahora su carrera con 39 años, es un jugador que tira mucho de los jóvenes, que vienen apretando bastante. Los jóvenes en Brasil encuentran en el fútbol sala un modo no solo de salir de la pobreza, sino como forma de ganarse la vida, y eso hace que sean ambiciosos y, por tanto, que Brasil sea más peligrosa.
P: España también se ha ido regenerando, los que superan los 30 años son los menos en la plantilla.
R: Sí. Si se mira el último Mundial, hay muchos jugadores nuevos. La diferencia para que en las ligas puedan salir jugadores, puedan crecer y tener más competencia está en lo económico, y ahora mismo la liga española no es fuerte en este sentido. Hay tres equipos fuertes y tanto Barça, como Inter y ElPozo están plagados de extranjeros o comunitarios, por lo que los jugadores que pueden aportar a la selección son pocos. En Brasil no sucede así, casi todos los jugadores de los clubes son nacionales. En Rusia es al revés, han apostado por dos o tres jugadores nacionalizados que están en su mejor momento y son los que dan el plus a su equipo.
P: ¿Y por qué ha sucedido esto en el fútbol sala español?
R: Si voy a ver a ElPozo, por ejemplo, yo quiero ver un espectáculo. Pero de unos años para acá, los partidos de ElPozo son muy aburridos, no hay jugadores que hagan cosas distintas, sino que son muy de correr y defender, y este espectáculo no atrae. Eso ha sucedido en Murcia. Se necesita un cambio radical en la atracción para llegar a nuevos clientes. Y luego, por supuesto, la parte económica es muy importante. Ahora mismo ya no están los mejores del mundo aquí, como estaban antes. Los mejores españoles, si no están en uno de los tres grandes se van al extranjero a jugar, casi todos a Italia. Y esto, quieras o no, merma mucho. Además de ser una liga para tres, sólo hay jugadores muy jóvenes o muy mayores.
P: Pero hace unos años, la liga también era de pocos equipos, más bien estaban solo Inter y ElPozo y se seguía más a nivel nacional.
R: Sí, pero cuando eso pasaba solo había los canales tradicionales. Había mucha menos oferta televisiva. Ahora hay cincuenta canales de deporte, donde puedes ver cualquier liga de fútbol, o el baloncesto, balonmano... todos los deportes. Y ahora además hay fútbol prácticamente todos los días. Y esto conlleva que los deportes minoritarios sufran mucho. Esto, claro, también pasó en el fútbol sala.
P: ¿Cómo se puede reflotar de nuevo el fútbol sala para que tenga mayor trascendencia?
R: Rompiendo todos los moldes. Haciendo algo raro, distinto, muy atrevido. Si seguimos igual, queriendo ser olímpicos, no cambiaremos nunca. Se podría, por qué no, cambiar el balón para que sea más ágil, que bote más. Hay que hacer algo muy diferente, como hacer muchos más campeonatos como la Copa, o inventar una segunda liga en Europa, que no esté solo la Copa de Europa a la que solo van los campeones. Se debe romper con el aburrimiento que origina que, en diciembre, un club no se meta en Copa y sepa que no se va a meter en playoffs y se deje ir. Eso pasa con muchos equipos que se quedan en tierra de nadie.
P: En el fútbol 11 femenino se lleva hablando muchos años de lo bien que vendría que entrara el Real Madrid. ¿También favorecería al fútbol sala una sección del equipo blanco?
R: Claro, porque es publicidad. El fútbol femenino intentó que todos los equipos fueran de Primera División y poco a poco lo está consiguiendo, y ya se le trata de otra manera. No es lo mismo el Cangas Santa Coloma que el Santa Coloma CF de toda la vida, por decir un nombre. Sería bonito también ver un Espanyol-Barça.
P: ¿La Real Federación Española de Fútbol podría hacer algo más por ayudar al fútbol sala?
R: Pues no mucho, la verdad. Ni siquiera en el fútbol aporta mucho. Todo lo hace LaLiga. Así que en el fútbol sala deben venir propuestas de la LNFS. La RFEF debe apoyar económicamente a través de patrocinadores, aprovechando su tirón.
P: ¿Le vendría mejor al fútbol sala independizarse de la RFEF, de la UEFA y de la FIFA?
R: No sé decir exactamente. No tengo claro que el fútbol nos perjudique. De hecho, creo que gracias al fútbol y la unión de todos los países, el fútbol sala está llegando a países adonde antes no llegaba. Si no estuviera el fútbol, a lo mejor ni llegaríamos. Falta que algunos países importantes se arranquen con nuestro deporte, como Francia o Alemania.
P: Hace un tiempo, Julio García Mera, histórico jugador de Inter, dijo que la FIFA había utilizado al fútbol sala de conejillo de indias para hacer pruebas para el fútbol y esos cambios de normas habían perjudicado al deporte. ¿Qué opina?
R: Cada uno tiene su idea. Yo, por ejemplo, para potenciar el fútbol sala y hacerlo más atractivo, cambiaría tres reglas: recuperaría el saque de banda con la mano; el portero no podría jugar en su campo, lo cual sería falta, sino solo en campo contrario, ocasionaría muchos más contragolpes; y cambiaría el balón para hacerlo más ligero, una mezcla entre el de fútbol y el nuestro: manteniendo el tamaño, pero que pueda botar. Quizá un número 3 del de fútbol. Daría mucho más dinamismo, provocaría más balones altos, más goles de volea, en definitiva, más jugadas bonitas. Todo esto serviría, creo yo, es cuestión de probar.
P: Antes, un resultado normal de cualquier partido podía ser un 8-5, o un 7-4 y ahora hay partidos que finalizan 2-1 y es la norma. ¿Es una causa de lo que comenta?
R: Claro. Y ahora, los equipos medios y pequeños juegan al 0-0 hasta el final, o ir perdiendo de poco y en los últimos minutos sacan portero jugador y te ganan el partido.
P: ¿Hace falta un revolucionario en los banquillos? ¿Un Guardiola?
R: No exactamente un Guardiola, porque lo que él busca es el dominio a través de la pelota, pero en el fútbol sala, si pones mucho toque aburres. Pero sí, un revolucionario hace mucha falta.
Quizá no se hayan percatado, pero se está disputando en estos días el Mundial de fútbol sala. Sí, el mayor evento que puede generar este deporte. Y es bastante probable que ni siquiera sepan que España ya está en octavos, que juega este mismo miércoles contra Kazajistán por un puesto en cuartos y que, como siempre, es favorita, junto a Brasil y Rusia, para volver a ganar el título. Las grandes cadenas televisivas apenas le están dando espacio a contar lo que pasa en Colombia, sede del Mundial, ni tampoco los periódicos, ni las radios. No digamos ya la Liga Nacional de Fútbol Sala, que, eso sí, se oye tanto o más que cuando se juega la Copa de Europa. Por cierto, España fue de nuevo campeona de Europa en febrero, por si no lo vieron.
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