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Javier Fernández, otro milagro para fortalecer aún más la Marca España
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el patinador sigue haciendo historia

Javier Fernández, otro milagro para fortalecer aún más la Marca España

Javier Fernández hizo historia al sumar su segundo título mundial con una espectacular actuación en Boston. Otro exponente del poderoso músculo del deporte español

Foto: Javier Fernández superó al japonés Yuzuru Hanyu y al chino Boyang Jin (Imago)
Javier Fernández superó al japonés Yuzuru Hanyu y al chino Boyang Jin (Imago)

Todos los adjetivos del diccionario se emplearon en cuestión de segundos. El portentoso ejercicio firmado sobre el resbaladizo hielo no merecía otra cosa. Una actuación fantástica que le sirvió para colgarse la medalla de oro por segundo año consecutivo. Como pasó, y sigue pasando, siempre aparece un desconocido de la nada que se enfunda el traje de héroe para dar más gloria a nuestro deporte. Javier Fernández firmó una obra de arte en Boston para proclamarse de nuevo campeón del mundo. Una gesta de matrícula de honor que pone de relieve que la edad de oro del deporte español se alarga en el tiempo.

El español se impuso en Boston a su gran enemigo, el japonés Yuzuru Hanyu, al que superó en casi 20 puntos, logrando además su mejor puntuación final en un campeonato, la tercera mas elevada de toda la historia. En cuanto la hazaña fue un hecho, las felicitaciones públicas a través de la red se fueron sucediendo. Tal vez la de Fernando Alonso fue la más directa y concisa: "Eres una máquina, tío. Enhorabuena". Pocas palabras para definir a la perfección al patinador. Carolina Marín, otra 'rara avis' de nuestro deporte, también con doblete mundial en su currículum, tardó muy poco en felicitar al madrileño: "Que grandeee eres @javierfernandez por eso te decimos SÚPER JAVI; enhorabuena campeón". "Tenía envidia de tu palmarés", contestó Javi a la onubense con simpatía. Hasta Iker Casillas se acordó desde Oporto del campeón español: "Enorme @javierfernandez!! Otra vez Campeón del Mundo. Enhorabuena paisano!".

Casi 20.000 tuits tuvieron como protagonista a Javier Fernández, una barbaridad sólo al alcance de los más grandes. Conchita Martínez, Almudena Cid, Pedro de la Rosa, Jennifer Pareja, Lidia Valentín, clubes de diferentes deportes... Hasta el mundo de la política se involucró en esa constante espiral de felicitaciones sin final. "Enhorabuena a @javierfernandez, nuestro gran campeón del mundo de patinaje sobre hielo, que ha conseguido su segundo oro en Boston", escribió Cristina Cifuentes, mientras Pedro Sánchez subrayó una "gran noticia para el deporte español y un enorme orgullo".

[Leer aquí: Javier Fernández revalida su título mundial]

Como otros muchos deportistas españoles, se vio obligado a hacer las maletas y en su caso se estableció en Toronto. Eligió Canadá porque allí sí puede desarrollar su carrera en unas óptimas condiciones, cosa que no sucede en nuestro país. Mientras en España se pueden contar con facilidad las pistas de hielo, en la ciudad canadiense hay más de 200. Un paraíso para cualquier patinador. En un país en el que los deportes de invierno tienen una sólida tradición, Fernández tiene a su disposición todos los medios que no encontró en España, donde durante mucho tiempo se las arregló como pudo para ir creciendo poco a poco. Desde 2011 reside en el norte de América y hace unos meses, tras duras y complejas gestiones, consiguió el visado canadiense de trabajo.

Exhibiciones para vivir

Ahora puede vivir del patinaje, algo que le ha costado lo suyo. Ha ahorrado lo suficiente como para ser ya propietario de una vivienda. Con becas, la ayuda de la Federación Española de Deportes de Hielo (FEDHIELO) y contados patrocinadores, ha salido adelante en un complejo escenario para un español. Las exhibiciones que hace en diferentes puntos de Europa y Asia le ayudan para seguir viviendo de este deporte minoritario. Este nuevo título, histórico para el deporte español, no le garantiza que alguna marca le eche el guante, sobre todo después de saber que Carbonell decidió esta semana desvincularse de Carolina Marín. Es la dura vida del deportista español en muchas ocasiones, por mucho que impulsen y fortalezcan la imagen de España.

[Leer aquí: Javier Fernández, de montar muebles de Ikea a campeón]

Más de una vez ha reconocido que a miles de kilómetros de casa, echa de menos su vida en España. Madrileño de Cuatro Vientos, ha sacrificado por completo su vida personal por alcanzar un sueño; más de uno, porque además de los últimos títulos mundiales, ha ganado los últimos cuatro de Europa. Como en el caso de Carolina Marín, tiene en Rafa Nadal su referencia deportiva, a quien admira por "su lucha y perseverancia". Familia, lugares concretos, el Real Madrid... Javier siempre recuerda las mismas cosas desde la lejanía, y nunca olvida a su hermana Laura, la persona que le metió en el cuerpo una afición por el patinaje que ahora es su profesión.

Una figura clave en la carrera deportiva del español ha sido, y es, Brian Orser. En alguna oportunidad le ha calificado como "un padre", muestra de que no es un entrenador más, pues es el que le ha guiado hasta la cima del patinaje mundial. Doble medallista en su época, el preparador canadiense cambió totalmente la dinámica de entrenamiento de Javier, puliéndolo hasta la perfección. Tan buena es la conexión entre ambos, que nuestro campeón ya ha manifestado que acabará su carrera deportiva a las órdenes de Orser. No se le pasa por la cabeza ponerse en manos de otro técnico.

Fecha de caducidad

Con 24 años de edad, él mismo marcó el límite teniendo en cuenta la vida deportiva de un patinador de élite. Más allá de los 27 será complicado que siga brillando como hasta ahora; el propio Javier ya lo ha manifestado en alguna oportunidad, dejando claro que a esa edad, más o menos, en su gremio ya se plantean la retirada. El nivel de exigencia es máximo en esta especialidad deportiva, en la que se requiere de un duro y constante entrenamiento. Lo habitual, desde que alcanzó la zona alta del ránking mundial, es que se entrene seis días a la semana, con tres sesiones de trabajo diarias. Tanto esfuerzo lo acaban pagando los atletas, que tienen una fecha de caducidad muy temprana en comparación a otros deportes.

[Leer aquí: Javier Fernández se adueña del oro europeo por cuarta vez]

Sólo él sabe de verdad la dureza de este deporte que requiere de una preparación superior para brillar. La física es básica, igual que la habilidad y la fuerza. El trabajo aeróbico debe estar perfectamente acoplado al trabajo en gimnasio, donde las pesas forman parte fundamental en la vida de un patinador. Los músculos de las piernas deben estar milimétricamente listos para la acción. Saltos, constantes movimientos, piruetas de todo tipo… La flexibilidad del patinador es clave, por lo que algunos recurren a la danza para alcanzar un perfecto estado sobre el hielo. Cualquier detalle no se puede dejar al azar por la intensidad que se necesita para hacer un ejercicio perfecto. Como el que firmó en Boston para tonificar todavía más la Marca España.

Todos los adjetivos del diccionario se emplearon en cuestión de segundos. El portentoso ejercicio firmado sobre el resbaladizo hielo no merecía otra cosa. Una actuación fantástica que le sirvió para colgarse la medalla de oro por segundo año consecutivo. Como pasó, y sigue pasando, siempre aparece un desconocido de la nada que se enfunda el traje de héroe para dar más gloria a nuestro deporte. Javier Fernández firmó una obra de arte en Boston para proclamarse de nuevo campeón del mundo. Una gesta de matrícula de honor que pone de relieve que la edad de oro del deporte español se alarga en el tiempo.

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