Es noticia
Tercer tiempo, placajes y 'fair play': cuando el Seis Naciones se juega debajo del agua
  1. Deportes
  2. Otros deportes
así es el desconocido rugby subacuático

Tercer tiempo, placajes y 'fair play': cuando el Seis Naciones se juega debajo del agua

El rugby subacuático existe, aunque son muy pocos los atletas que lo practican. Una especialidad que tiene similitudes con el popular que se practica sobre un manto verde

Foto: El rugby subacuático es una especialidad desconocida para el gran público y con muy pocos pero apasionados practicantes (Imago)
El rugby subacuático es una especialidad desconocida para el gran público y con muy pocos pero apasionados practicantes (Imago)

No se juega con un balón oval, ni sobre un manto verde muchas veces cargado de barro, ni tiene nada que ver con el Seis Naciones. Pero los que practican esta desconocida modalidad para el gran público, reconocen que disfrutan al máximo con su práctica. Dentro del agua, con un tubo para hacer snorkel, un gorro, unas aletas y una preparación física superior para aguantar el intenso ritmo que marcan sus protagonistas. En una piscina no sólo mandan nadadores, saltadores o jugadores/as de waterpolo, también hay sitio para 'rugbiers'. El rugby subacuático también existe, una especialidad que tiene unas cuantas similitudes con el que se practica en tierra firme, sobre todo en cuanto a valores deportivos y 'fair play' se refiere.

Este deporte nació en Alemania en los años 60; algunos centros de buceo, con el fin de mantener la forma durante la dura época invernal, inventaron y desarrollaron este deporte. España cuenta en la actualidad con entre 100 y 110 practicantes federados. Un pequeño puñado de apasionados de una modalidad deportiva peculiar. Encestar en unas canastas instaladas en el fondo -en ambos extremos de la piscina- es el objetivo, aunque se habla de marcar goles y no de encestar. Es una mezcla de rugby y baloncesto, pero el primero se impone al bautizar esta especialidad. Cada uno de los dos equipos contendientes -puede ser mixto, salvo en mundiales y europeos, citas en las que se dividen por sexos- está formado por 15 jugadores, 12 de ellos activos. En el agua sólo juegan 6 por escuadra y fuera otros tantos están activos en todo momento. Los cambios que tanto se miden al milímetro en el fútbol, por ejemplo, son ilimitados.

¿Qué paralelismos hay entre el rugby que tanta pasión genera cuando se juega en tierra y el que se practica en bañador? La respuesta la da Kamilo Reyes, presidente del comité de rugby subacuático de la FEDAS (Federación de Deportes Subacuáticos). “En primer lugar, la nobleza y el sentido de equipo son elementos comunes. Se dice que el rugby en tierra es un deporte de villanos que es practicado por caballeros y eso se puede trasladar al nuestro. El subacuático es noble, muy noble...”, relata, explicando que “a pesar de ser un deporte de contacto, lo primero es la seguridad del practicante”. “Juego limpio por encima de todo”, recuerda una y otra vez.

Deporte con sólidas tradiciones

Con un balón -redondo y con flotabilidad negativa- que nada tiene que ver con el oval, destaca el máximo responsable en España que “en este deporte el esférico se puede jugar en cualquier dirección”, y como curiosidad hay que recalcar que “no hay que solicitar permiso al árbitro a la hora de hacer los cambios”. En cuanto el oxígeno empieza a faltar, el que sube hacia la superficie lo hace al mismo tiempo que otro compañero se sumerge. Los encargados de impartir justicia son tres; el principal, que está en la superficie, y otros dos que con una bombona no pierden detalle de lo que sucede en las profundidades de la piscina.

Es un deporte de contacto, estrategia, velocidad y agilidad. Tiene como fin introducir el balón en la portería metálica del equipo contrario; las mismas se encuentran en ambos extremos de la piscina a una profundidad de 3.5 o 5 metros y están instaladas sobre la superficie de cada fondo. Cada juego esta dividido en 2 tiempos de 15 minutos, con una pausa intermedia de 5; el reloj es detenido cada vez que el juego es interrumpido. Es tremendamente dinámico y hasta “llega a ser un deporte adictivo”, resume Kamilo para poner en valor la pasión de los practicantes.

Otro aspecto que une a ambas modalidades es el de la sociabilidad. Kamilo señala que “después de cualquier partido o competición, los rivales socializan al máximo. El 'enemigo' es algo circunstancial, sólo lo es cuando se disputa un partido; cuando termina, la camaradería se impone claramente”. Y por ello está instaurado, como en el rugby convencional, el tercer tiempo, sólida tradición gracias a la cual los contendientes comparten un rato de ocio después de la batalla deportiva. “En el rugby subacuático sucede lo mismo a nivel mundial, forma parte de la liturgia de nuestro deporte, de la ética del mismo”, comenta Kamilo.

Champions, Tres Naciones...

En cuanto a elementos del juego, otros detalles también son comunes. Igual que en tierra firme las melés son una característica principal, bajo el agua se producen los llamados 'nudos', pero siempre con denominadores comunes. Kamilo resalta en este punto que “se permite cualquier contacto con el rival, pero siempre con el balón por medio. Sin el mismo, no están permitidos ni los agarrones ni el roce físico con el jugador rival”. “El placaje es similar”, apunta, subrayando otra similitud: “en este juego, mientras empleas una mano para llevar el balón, el otro brazo lo puedes emplear para protegerlo, como pasa en el rugby”.

En este mundo que sólo conocen en España unos pocos, pero “apasionados practicantes”, como subraya Kamilo, el calendario tiene reservados unos cuantos momentos de máximo interés. Hay mundiales, europeos, Champions y hasta Tres Naciones. Sí, en este último caso una copia del Seis Naciones, en el que los tres mejores clubes de España, Italia y Suiza miden sus fuerzas; en total se enfrentan en tres mangas, cada una de las cuales se celebra en el territorio de los participantes. Menos en torneos como un Mundial o un Europeo, un equipo puede estar formado por hombres y mujeres; en las dos grandes citas se siguen los parámetros habituales, con selecciones masculinas y femeninas con competición propia. Mientras en Alemania -junto a Noruega manda en este deporte- hay hasta tres divisiones, España sólo cuenta con tres equipos: Club Osos (Madrid), Club Barcelona Rugby Subaquatic y Club Pirañas Peñafiel (Valladolid).

Cuando toca limpiar una piscina

Como se trata de un deporte minoritario al máximo, en alguna edición de Champions se ha acogido a clubes, por ejemplo, de Colombia o Estados Unidos, con el fin de enriquecer la competición. Con contados practicantes en el planeta, la preparación de todos los miembros del mundo del rugby subacuático es como la de cualquier deportista de elite. Entrenamiento en agua y en tierra; natación, bicicleta, 'running', gimnasio... Eso sí, no hay límite de edad y cualquier persona puede empezar -está registrado el caso de un canadiense que comenzó a los 88 años- a practicar esta especialidad en cualquier momento de su vida.

En España practicar rugby subacuático conlleva tener que tirar de los ahorros. Las subvenciones brillan por su ausencia, pero el gran problema es encontrar lugares para entrenar. En nuestro país hay muchas piscinas públicas, pero los gestores de muchas de ellas son muy reticentes a alquilarlas al ser un deporte que tiene cierto riesgo. Y cuando es posible, se llegan a pedir hasta 1.000 euros -en algún caso- por el alquiler de una pileta cuyo mantemiento, además, corre por cuenta de los esforzados y entusiastas atletas. Si toca limpiarla, se hace... Con tres categorías -élite, competitiva y recreativa- “el coste de su práctica dificulta captar a los jóvenes”, recalca para acabar Kamilo Reyes.

No se juega con un balón oval, ni sobre un manto verde muchas veces cargado de barro, ni tiene nada que ver con el Seis Naciones. Pero los que practican esta desconocida modalidad para el gran público, reconocen que disfrutan al máximo con su práctica. Dentro del agua, con un tubo para hacer snorkel, un gorro, unas aletas y una preparación física superior para aguantar el intenso ritmo que marcan sus protagonistas. En una piscina no sólo mandan nadadores, saltadores o jugadores/as de waterpolo, también hay sitio para 'rugbiers'. El rugby subacuático también existe, una especialidad que tiene unas cuantas similitudes con el que se practica en tierra firme, sobre todo en cuanto a valores deportivos y 'fair play' se refiere.

El redactor recomienda