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"Empezaron a creerse que era piloto de bobsleigh cuando falté una semana a clase"
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"Empezaron a creerse que era piloto de bobsleigh cuando falté una semana a clase"

El joven piloto de 16 años competirá el próximo sábado en los Juegos Olímpicos de Invierno de la Juventud que se están disputando en Lillehammer (Noruega)

Foto: Martín Souto junto a Oxana Tatchina en la pista de Lillehammer (Foto: Federación Española de Deportes de Hielo)
Martín Souto junto a Oxana Tatchina en la pista de Lillehammer (Foto: Federación Española de Deportes de Hielo)

Imaginen la situación. Un chico llega a su instituto en un pequeño pueblo gallego y dice a sus amigos que ha decidido ser piloto de bobsleigh. No quiere ser futbolista, no, quiere meterse en un trineo y lanzarse a más de 100 km/h por una pista de hielo. La reacción, como pueden imaginar, es de incredulidad. "Primero me preguntaron que qué era eso. Y les enseñé una foto. Y me dijeron: 'No me creo que vayas a hacerlo'. Pero cuando falté una semana a clase ya empezaron a creérselo más", cuenta Martín Souto (Bueu, 1999). "Ahora que estoy clasificado para las Juegos Olímpicos ya me dan todos los ánimos posibles".

Souto es el benjamín del equipo español de bobsleigh que resucitó el asturiano Javier Pintado Piquero hace poco más de un lustro. Como Bárbara Iglesias, la piloto del equipo femenino, llegó al bobsleigh desde las carrilanas, una modalidad de los deportes de inercia (descenso sobre ruedas mediante vehículos que carecen de mecanismo de propulsión). Por las numerosas pruebas que se celebran en Asturias y Galicia iba Piquero en busca de 'locos' dispuestos a cambiar el asfalto por el hielo. "Un día, en Ferrol, había una prueba de la selección española de bobsleigh y me presenté. Y decidieron hacer un proyecto conmigo", resume Souto. De eso hace ya más de tres años.

Ahora está en Lillehammer (Noruega), donde el próximo sábado debutará en los Juegos Olímpicos de Invierno de la Juventud. "Soy el primer deportista de mi pueblo que va a participar en unos Juegos", dice orgulloso en una entrevista telefónica realizada antes de viajar a la ciudad noruega. No es la primera que da y no será la última: "Estoy a disposición de todo el mundo. Hay que dar publicidad al bobsleigh, porque no es un deporte muy conocido en España. Hay que intentar ir consiguiendo pilotos, gente que quiera participar".

A diferencia de los otros integrantes del equipo, que llegaron al bobsleigh a una edad adulta, Souto lo hizo con 14 años. Eso le otorga un margen de mejora que no tiene, ni ha tenido, ningún otro piloto en España. Y además, se le da bien. "El niño tiene talento. Tenemos que cuidarlo", decía Oxana Tatchina a finales de 2015 a El Confidencial. La expiloto rusa, ahora juez de la federación internacional y una de las entrenadoras del equipo español, tutela el desarrollo de Martín y ha viajado con él a Lillehammer. "Me resuelve cualquier duda que tengo y me ayuda siempre. Me dice que tengo que dar lo máximo en las competiciones. Ahora estamos a un poco de distancia de los primeros, pero si entrenamos duro, podemos llegar a ganar", cuenta Martín, que compite en la modalidad de monobob.

Le convenció su madre

Martín dice sentirse "atraído" por el bobsleigh, al que dedica cuatro días de entrenamiento a la semana: dos de atletismo con el Club Atletismo Vila de Cangas y otros dos en el gimnasio. Pero al principio, la atracción no era tan fuerte y necesitó un impulso. "No estaba convencido, y me convenció mi madre para sacar la licencia de piloto en 2014. Me dijo: 'Vete, saca la licencia y si te gusta, sigues. Y si no, lo dejas. Y bueno, me gustó y aquí estoy". La pista austriaca de Igls es donde se sacó el carné —"estaba muy nervioso, pero llegué vivo abajo"— y donde está la curva que más le impone: la número 7. "Es de 360º. Y la sensanción que tienes ahí es impresionante". ¿Miedo? "No, adrenalina".

Igual que el equipo femenino o el de parabob, el tiempo de Souto en las pistas está muy limitado por la falta de recursos. A lo largo de la temporada, el número de bajadas y pruebas disputadas es inferior al de sus rivales. Esa falta de experiencia intenta suplirla empollándose cada circuito al detalle. "Tengo un bloc de notas en el que apunto qué tengo que hacer en todas las curvas, y lo repaso. También veo vídeos. Voy intentando aprender la pista poco a poco, recordarla", explica. ¿Cuánto tarda en memorizar un trazado? "Unos dos días. Por ejemplo, la pista de Suiza (en St Moritz) la memoricé en cuatro bajadas".

En ese bloc están subrayadas en rojo dos curvas de Lillehammer, la 13 y la 15, "las dos de izquierdas". "Tengo que mejorar ahí", dice. Esa pista, en la que compitió en diciembre y quedó octavo (de ocho), es una de las tres que ha visitado esta temporada para conseguir la clasificación olímpica. El próximo sábado, a partir de las dos de la tarde, este chico gallego que quiere estudiar educación física y que, como muchos, solo conocía el bobsleigh por la película 'Cool Runnings' ('Elegidos para el triunfo'), se pondrá el mono y se lanzará a más de 100 km/h para luchar junto a otros trece pilotos por las medallas. Lo tiene muy complicado, pero a ilusión no le gana nadie. "Voy a salir a ganar, a dar lo mejor de mí", dice convencido.

Seis españoles en los Juegos

Martín Souto no es el único español presente en Lillehammer. Otros cinco jóvenes deportistas han viajado la ciudad noruega. Son los esquiadores Mirentxu Miquel y Aingeru Garay; los fondistas Alba Puigdefabregas y Gral Sellés;y la 'rider' Fiona Torelló.

Todos han competido ya (algunos tienen todavía pruebas por delante) excepto Martín, que será el último en hacerlo, solo un día antes de que finalicen los Juegos.

La de Lillehammer es la segunda edición de los Juegos Olímpicos de Invierno de la Juventud, que comenzaron a celebrarse en el 2012 en Innsbruck (Austria) después de ser aprobados por el Comité Olímpico Internacional (COI) en el 2007. Los de verano tambiénhan tenido dos ediciones: la del 2010 en Singapur (Singapur) y la de 2014 en Nanjing (China).

Imaginen la situación. Un chico llega a su instituto en un pequeño pueblo gallego y dice a sus amigos que ha decidido ser piloto de bobsleigh. No quiere ser futbolista, no, quiere meterse en un trineo y lanzarse a más de 100 km/h por una pista de hielo. La reacción, como pueden imaginar, es de incredulidad. "Primero me preguntaron que qué era eso. Y les enseñé una foto. Y me dijeron: 'No me creo que vayas a hacerlo'. Pero cuando falté una semana a clase ya empezaron a creérselo más", cuenta Martín Souto (Bueu, 1999). "Ahora que estoy clasificado para las Juegos Olímpicos ya me dan todos los ánimos posibles".

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