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El triatlón de Antonio de la Rosa: la aventura sobre nieve jamás contada
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EL DEPORTE EXTREMO LLEVADO A OTRA DIMENSIÓN

El triatlón de Antonio de la Rosa: la aventura sobre nieve jamás contada

En este 2016, el bombero reconvertido a aventurero espera completar 1.700 km en bici sobre la nieve de Alaska, bordear 2.200 km de la nieve de Groenlandia en remo y esquiar 1.300km sobre el Polo Sur

Foto: Antonio de la Rosa en un entrenamiento.
Antonio de la Rosa en un entrenamiento.

Caprichosa necesidad la del ser humano de ponerse retos y el placer de buscar el límite al cuerpo sabiendo de antemano que el sufrimiento va a estar presente de principio al fin. ¿Por qué? “Me gusta la aventura y hacer cosas diferentes. Practicar distintos deportes, viajar... No hay un por qué específico, me gusta”. Antonio de la Rosa (Valladolid, 1969) es un bombero que en 2003 pidió una excedencia para soltar la manguera y llenar su vida con otro tipo de riesgos. Este año, en un reto titulado 'TriWinterChallenge', se ha propuesto competir en Alaska en la prueba más duras del mundo en bicicleta sobre nieve, bordear en paddle surf la costa de Groenlandia y llegar hasta el Polo Sur geográfico en esquís. Un 2016 ajetreado con tres desafíos que supondrán una aventura inédita.

En una charla con Antonio uno puede apreciar la Tierra como una habitación llena de rincones y juguetes. La mayoría de la población no se mueve de su silla, hay quien cambia de vez en cuando de asiento. Gente como Antonio no para de moverse buscando con qué se puede entretener, se atreve a abrir puertas desconocidas y, en ocasiones, para un rato y se sienta. “La aventura como forma de vida”.

¿De dónde saca el tiempo y el dinero?

“Por suerte tengo una empresa de turismo de aventura y durante el año tenemos muchos picos de actividad. Durante la temporada alta suelo estar, pero luego hay otros meses sin facturación... También ayuda que soy el jefe y cuento con gente de mucha confianza”. Este es el 'truco' de De la Rosa para poder hacer escapadas tan largas. En cuanto a de dónde saca el dinero, entre otros, tiene el patrocinio de su propia compañía -Meridiano Raid- y el de la Comunidad de Madrid (pocos como él para ser embajador de Turismo Activo y Naturaleza). No obstante, necesita un último empujón financiero para seguir explorando caminos nunca descubiertos.

Piragüista, triatleta, quadratleta (triatlón más piragua. Seis veces campeón de España) y practicante del Decaironman (38 km nadando, 1.800 en bici y 420 a pie), en 2014 ganó la prueba francesa Rames Guyane de cruce del Océano Atlántico a remo y en solitario -4.700 km en 64 días entre Dakar (Senegal) y Kourou (Guayana Francesa)-, completó la ruta Iditarod en Alaska con esquís de fondo durante más de 1.700 kilómetros en solitario en 42 días y el año pasado unió Madrid y Lisboa en paddle surf por el río Tajo. Hace falta leer un par de veces el párrafo para que el cerebro digiera las cifras.

¿Qué siente uno cuando completa una de estas proezas físicas? “Es muy gratificante, como cualquiera que hace un trabajo y lo termina. Depende de la dificultad te sientes más o menos confortable”, indica Antonio. Compara sus desafío a un “trabajo” y uno se imagina a quien logra construir un mueble de IKEA y se va a celebrarlo por lo bien que ha quedado. Antonio lo festeja con más: “Mi cabeza estará trabajando en la siguiente expedición. Hay poco tiempo para relajarte, de hecho, la cabeza nunca está relajada porque voy pensando en desafíos que me van a surgir”.

2.200 kilómetros remando por el Polo Norte

En este 2016, ¿dónde lo pasará peor? “Todas son duras porque son muchos kilómetros y mucho tiempo, pero quizás Groenlandia sea la más complicada. Ya me han dicho que esta es de 'high level'. Es una expedición que me he inventado y que nunca ha hecho nadie. Voy sin apoyo y con una embarcación especial para que quepa el material necesario”. 2.200 kilómetros remando en julio y agosto alrededor del Polo Norte, así serán sus 'vacaciones'.

Para entonces ya se habrá metido entre pecho y espalda 1.700 en bicicleta sobre la nieve de Alaska, en la The Iditarod Trail Invitational, carrera que comienza el 28 de febrero. De postre culminará con 1.300 kilómetros en esquís de fondo, desde la Bahía de Hércules hasta el Polo Sur geográfico. Echando cuentas, De la Rosa estará casi la mitad del año -entre cuatro y cinco meses- completamente solo, tiempo en el que aprende “a sobrevivir. La vida te va dando muchos aprendizajes en todos los sentidos y en estas travesías aprendo a solucionar problemas, a ser resolutivo y práctico”. No obstante, “con las nuevas tecnologías, un teléfono satelital, no echas de menos hablar con nadie porque descuelgas el teléfono y llamas. Lo que sí echas de menos el contacto físico, al final eres un ser humano. Pero como no es para toda la vida…” no se agobia. Nada es para siempre. Tendrá tiempo de preparar más aventuras.

Caprichosa necesidad la del ser humano de ponerse retos y el placer de buscar el límite al cuerpo sabiendo de antemano que el sufrimiento va a estar presente de principio al fin. ¿Por qué? “Me gusta la aventura y hacer cosas diferentes. Practicar distintos deportes, viajar... No hay un por qué específico, me gusta”. Antonio de la Rosa (Valladolid, 1969) es un bombero que en 2003 pidió una excedencia para soltar la manguera y llenar su vida con otro tipo de riesgos. Este año, en un reto titulado 'TriWinterChallenge', se ha propuesto competir en Alaska en la prueba más duras del mundo en bicicleta sobre nieve, bordear en paddle surf la costa de Groenlandia y llegar hasta el Polo Sur geográfico en esquís. Un 2016 ajetreado con tres desafíos que supondrán una aventura inédita.

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