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"Yo envenené a Gemma Mengual", la historia de un romántico regreso
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ANA MONTERO HABLA DEL DÚO ENTRE ONA Y MENGUAL

"Yo envenené a Gemma Mengual", la historia de un romántico regreso

Después de comentarios jocosos y otros más en serio, Ana Montero -entre otras- convenció a Mengual para que regresara a la piscina y lo hiciera junto a otra ilustre mundial de la sincro, Ona Carbonell

Foto: Ona y Gemma en la piscina francesa el pasado fin de semana.
Ona y Gemma en la piscina francesa el pasado fin de semana.

“Yo envenené a Gemma. Sabía que podía caer por su espíritu competitivo y estaba convencida de que ella lo podía conseguir. Nunca estuve de acuerdo de que se retirara y desde entonces se lo decía. Gemma tiene ese talento y no quería que se perdiera. Tiene un cuerpo que se lo ha cuidado y es un cuerpo agradecido. Le dí la confianza de que podía hacerlo y la que le aportó su experiencia (en dúo mixto) el pasado Mundial”. Ana Montero es la directora técnica del equipo nacional de sincronizada y se ha 'autoinculpado' como una de las responsables del idilio entre Ona Carbonell y Gemma Mengual en el regreso de ésta a la piscina. El pasado fin de semana, en el Abierto de Francia que significaba el debut del ya apodado 'Dúo Glamuroso', subieron al escalón del podio más alto, con Río y sus medallas en el horizonte.

Esther (Jauma, la seleccionadora) también sabía que podía ser posible. Unos días se lo proponíamos a modo de chiste y otros en serio (Gemma continuaba ligada al equipo de sincro). Todas éramos conscientes del gran esfuerzo que iba a ser… Y se lanzó. Dijo que allá voy y aquí está. Cuando finalmente se lo ofrecimos formalmente no tardó muchos días en contestar que sí”. Ana, la principal autora de esta romántica historia, relató de este modo a El Confidencial cómo propició la unión hace cinco meses de una campeona de 25 años y una leyenda de 38, que se había retirado en 2012.

No lo esconde. “Sí, Gemma estaba nerviosa. Y Ona. Y las entrenadoras. Por eso Francia ha sido tan importante. Hemos visto la respuesta de cada una con los nervios de competición, la calidad del sueño, la reacción entre ellas… se han probado muchas cosas de cara a una competición más importante”, explica Ana, quien añade que tenían cierta “tranquilidad sabiendo que los países importantes no estaban en esta primera toma de contacto”.

“No hay envidias”

Entre ambas suman cuatro medallas olímpicas y más de medio centenar de preseas entre Mundiales y Europeos. En Francia había ganas, curiosidad y morbo, “la expectación era máxima por ver la novedad del dúo, cómo se iban a complementar las dos, cómo iban a entonar y cómo volvía Gemma”. La respuesta fue gratamente positiva.

Las piezas cuadraban para que tuviera lugar esta emocionante historia deportiva. “Sus personalidades han encajado porque llevan trabajando tiempo juntas (una dentro y otra fuera), coincidieron en el equipo durante cuatro o cinco años y alguna vez formaron dúo. Ona, de 25 años, siempre ha tenido más madurez de lo que pone en su DNI y ambas ya han experimentado lo que es el éxito, tienen dos curriculum potentes: no hay envidias”. Por poner alguna diferencia, Ana señala que “Quizás haya diferencias en el ritmo, que Ona es algo más nerviosa… Pero en el agua se han compenetrado muy, muy bien”.

“El público se quedó distinto”

Parecían estar hechas una para la otra porque físicamente también hay 'química'. “Son casi iguales. Tienen el mismo tipo de perfil, similares cualidades a nivel de flexibilidad, estatura y sus estilos también son parecidos. Desprenden bastante sensibilidad, son un dúo con glamour y todo ello impactó en Francia. Se vio un espectáculo en la piscina que provocó al público una reacción, se quedó distinto a como estaba”. Love is in the air.

Detrás de toda esta magia hay una escrupulosa labor de cuidar todos los detalles. Tanto dentro como fuera de la piscina. “Es todo un reto. Donde más me tengo que esforzar es que son dos profesionales que luchan por el mismo objetivo aunque están en un momento de su vida totalmente distinto. Gemma, por estar aquí, tiene un importante precio a pagar y debemos contar con muchos más elementos que con un dúo en el que llevas trabajando más tiempo y no son tan dispares en la edad (13 años de diferencia). Tratamos de cuadrar muy bien los descansos y la compatibilidad del dúo con el equipo… Son unos factores que me tocan combinarlos ante posibles amenazas como lesiones y, sobre todo, en el caso de Gemma: tiene dos niños y una vida que ha tenido que parar. No es Gemma deportista u Ona deportista y ya está. Hay vida detrás y hay que tenerlo en cuenta. No puedo tenerlas 24 horas en la piscina”. El cuidado y colaboración por parte de la RFEN es una de las claves en el éxito de esta relación.

“¡Uh!, en mi época no se remaba así”

¿Y qué se le puede enseñar a Gemma, a quien le ha dado tiempo? “Enseñar se puede enseñar muchas cosas. Desde su retirada hasta ahora ha cambiado el reglamento en distintas técnicas y la variedad. Con su talento, que lo tiene dentro, debe interiorizar todos esos movimientos y Ona está ayudando mucho en ese sentido. Ella misma dice: “¡Uh!, en mi época no se remaba así”. Hay cinco elementos técnicos y hay un importante mejora en dos de ellos”.

Con el desafío de Río a la vuelta de la esquina se verá “hasta dónde puede llegar su mente y cuerpo. Cuando llega a casa como un trapo nos reímos del 'embolao' en el que se ha metido. Es el precio a pagar y suerte que tiene un gran apoyo familiar”. Pensar en más allá no está en los planes de esta pareja, “nunca se sabe más allá de los Juegos. A priori, esto se ha planteado para el reto de Brasil. Hay gente que viene por debajo, con muy buenos resultados y después del verano hay posibilidades de todo (en cuanto a la pareja de dúo)”.

El tiempo dirá cómo termina este romántico capítulo del deporte español.

“Yo envenené a Gemma. Sabía que podía caer por su espíritu competitivo y estaba convencida de que ella lo podía conseguir. Nunca estuve de acuerdo de que se retirara y desde entonces se lo decía. Gemma tiene ese talento y no quería que se perdiera. Tiene un cuerpo que se lo ha cuidado y es un cuerpo agradecido. Le dí la confianza de que podía hacerlo y la que le aportó su experiencia (en dúo mixto) el pasado Mundial”. Ana Montero es la directora técnica del equipo nacional de sincronizada y se ha 'autoinculpado' como una de las responsables del idilio entre Ona Carbonell y Gemma Mengual en el regreso de ésta a la piscina. El pasado fin de semana, en el Abierto de Francia que significaba el debut del ya apodado 'Dúo Glamuroso', subieron al escalón del podio más alto, con Río y sus medallas en el horizonte.

Ona Carbonell Ana Montero
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