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La gran promesa de la NFL que pasó por los Barcelona Dragons y se suicidó en prisión
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UNA VIDA MARCADA POR EL DEPORTE Y LA VIOLENCIA

La gran promesa de la NFL que pasó por los Barcelona Dragons y se suicidó en prisión

Lawrence Phillips era uno de los jugadores que lo tenía todo para hacer una larga carrera en el NFL, pero sus continuos problemas extradeportivos acabaron con él en la cárcel, donde perdió la vida

Foto: Lawrence Phillips, en su etapa como jugador de los Rams
Lawrence Phillips, en su etapa como jugador de los Rams

Nueva y trágica historia en la NFL. Lawrence Phillips, uno de los running back más prometedores de los últimos años, ha aparecido muerto en la prisión norteamericana de Kern Valley (California), donde cumplía 31 años de castigo después de varios delitos, buena parte de ellos relacionados con la violencia doméstica. Pese a tenerlo todo para triunfar, su amplio historial de graves problemas extradeportivos provocó que muchos equipos terminaran por 'cortarle' e incluso llegó a jugar en los míticos Barcelona Dragons. Ahora, a sus 40 años, todo apunta a que se ha suicidado en su celda.

Desde muy joven, la vida de Phillips estuvo inmersa en la violencia. Nacido en Arkansas en 1975, desde que era un crío nunca tuvo una vida sencilla, que marcaría irremediablemente su trágico destino. Abandonado cuando era un bebé por su padre, lo peor estaba por llegar: no sólo su madre tuvo que criarle sóla durante muchos años, sino que uno de los novios de su progenitora incluso iba a agredirle habitualmente. Esta situación iba a provocar que terminara en un hogar de acogida: su destructurado hogar había diseñado a un joven muy conflictivo, pero realmente prometedor en el mundo del deporte.

De hecho, el fútbol americano sería el que le hiciera salir de ese oscuro pozo en el que se crió, aunque fuera de manera temporal. Con sólo 18 años y tras volver al sistema escolar del que había dejado de formar parte un par de años, su potencial en el fútbol americano era tan grande que la Universidad de Nebraska vio en él a un jugador de primerísimo nivel. De hecho, necesitó muy pocos partidos para confirmar que lo tenía todo para triunfar: ya en sus primeras apariciones, demostró que podría llegar a la NFL. Pero, como no podía ser de otra manera, la violencia se volvió a cruzar en su camino.

Una imágenes suyas en las que aparecía el jugador arrastrando por el pelo a su novia por el centro universitario provocaron que fuera sancionado. Sin embargo, el extraordinario rendimiento deportivo provocó que su técnico le perdonara y, tras un tiempo inactivo, volviera a contar con él: ese año no sólo fue el mejor de su equipo, sino que batió todos los récords vigentes hasta el momento en la Universidad de Nebraska. Sería esa misma temporada cuando pasaría a ser elegido en primera ronda del Draft de la NFL por los Saint Louis Rams, donde iba a comenzar su carrera profesional al más alto nivel.

Demasiada violencia se cruzó en su camino

Considerado como una promesas del fútbol americano, los Rams confiaron en él, pero muy pronto volvió a las andadas. Sus continuos problemas extradeportivos provocaron que le 'cortaran'. Tras ser fichado por los Miami Dolphins, sólo duraría dos partidos después de ser acusado de haber agredido a una mujer en un club nocturno. Pese a tenerlo todo, las puertas de la NFL se le empezaban a cerrar por sus continuos altercados: así, ni corto ni perezoso, decidió fichar por los Barcelona Dragons, donde coincidió con Jesús Angoy, exportero del Barcelona y yerno de Johan Cruyff.

Pero más allá de ser un parón en su carrera, se convirtió en un nuevo impulso: su enorme desempeño en el conjunto catalán le hizo regresar sólo un año después a los San Francisco 49ers... donde se hundiría su carrera, aunque en este caso en lo deportivo. Un error en un bloqueo provocó que un rival se llevara por delante a su quaterback, Steve Young, al que se le acabaría la carrera tras el brutal impacto recibido. A partir de ese momento, Philips quedaría señalado de por vida. Al acabar la temporada, tenía que volver a buscar equipo: tras ello, nunca más volvió a ser el mismo.

*VÍDEO: El brutal impacto que obligó a retirarse a Steve Young

Un intento de despegue con final trágico

Después de jugar en los Florida Bobcats de la Arena League y en los Montreal Alouettes y Calgary Sampeders de Canadá, decidió dejar el deporte en activo. En los tres casos, fue expulsado por sus problemas fuera de los terrenos de juego. Y es que a partir de entonces, su vida se truncó del todo: dos agresiones a dos exparejas, un robo a mano armada y un atropello a tres chicas que se habían reído de él durante un partido terminaron de sentenciar al jugador. Así, en 2008, era condenado a diez años de prisión por más de diez cargos pendientes, entre los que se encontraban estos últimos.

Tras entrar en prisión, no iban a acabar sus problemas: su compañero de celda iba a aparecer muerto. Se trataba de Damion Soward, primo de R. Jay Soward, otro exjugador de la NFL. Lawrence Phillips pasó a ser el principal sospechoso de este fallecimiento, y le podría caer otra condena desde 82 años a cadena perpetua. Este jueves, el exjugador ha aparecido muerto en su celda, en lo que todo apunta a que se trata de un suicidio: curiosamente, pocas horas antes, se sabía que el juez le había absuelto de este último fallecimiento. Un jugador que lo tenía todo, pero al que la violencia se lo llevó por delante.

Nueva y trágica historia en la NFL. Lawrence Phillips, uno de los running back más prometedores de los últimos años, ha aparecido muerto en la prisión norteamericana de Kern Valley (California), donde cumplía 31 años de castigo después de varios delitos, buena parte de ellos relacionados con la violencia doméstica. Pese a tenerlo todo para triunfar, su amplio historial de graves problemas extradeportivos provocó que muchos equipos terminaran por 'cortarle' e incluso llegó a jugar en los míticos Barcelona Dragons. Ahora, a sus 40 años, todo apunta a que se ha suicidado en su celda.

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