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El Lazarillo de Tormes español que lucha contra la picaresca en el Dakar
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JORDI PÉREZ, COMISARIO TÉCNICO DE MOTO Y QUAD

El Lazarillo de Tormes español que lucha contra la picaresca en el Dakar

Lleva cinco años en esta caravana, pero más de tres décadas de experiencia en los circuitos con el Mundial de Motociclismo. Jordi Pérez vela por la seguridad de los vehículos y sus pilotos

Foto: El español Armand Monleón, siendo ayudado en la etapa prólogo.
El español Armand Monleón, siendo ayudado en la etapa prólogo.

Este año ha debido de aumentar las medidas de seguridad escribiendo el dorsal con un rotulador de tinta invisible que solo es descubierto mediante la luz morada ultravioleta. De esta manera evita que un mismo piloto preste material a otros 'rivales' para pasar las verificaciones. “Hay veces que con lo de uno han pasado cinco...”, comentó a un compañero de la organización del Dakar el responsable de los comisarios técnicos en moto y quad, Jordi Pérez. La misión de este español es vigilar que los vehículos cumplan con el reglamento y que los pilotos comiencen cada etapa con los mínimos en cuestiones de seguridad.

Para pillo, Jordi Pérez, nacido en el país que dio vida a la novela picaresca del 'Lazarillo de Tormes'. Lleva cinco años supervisando todo lo que concierne a los competidores en motos y quads del Dakar, y desde los años ochenta, paseándose por los circuitos de la mano del Mundial de Motociclismo, siendo actualmente inspector técnico de la IRTA (International Racing Teams Association). Su hábitat natural es la 'comodidad' que ofrece una pista asfaltada a las afueras de una ciudad, no los lugares por donde discurre una aventura tan singular como la del Dakar, y lo reconoce. Aun así, ya ha cumplido un lustro sufriendo como uno más dentro de esta caravana.

“Nunca tiraré atrás a alguien por dejarse un retrovisor, pero si no lleva agua, no le dejo salir. Cada día hay seis o siete pilotos que tengo que tirar para atrás por no llevar agua. En algunos casos es por despiste, olvido, por las prisas”, reconocía Pérez en una entrevista a 'Solo Off Road' hace un par de años. ¿Correr por el desierto sin agua? “Un día llegó a la meta un piloto oficial de una de las grandes marcas con opciones a la victoria muerto de sed, con los labios reventados por el calor y no beber. Le di dos litros de agua. Le pregunté por quéno llevaba agua y me dijo que tuvo que utilizarla para ponérsela al radiador de la moto. Lo curioso es que llegó su compañero de equipo... se lo explicó en otro idioma, lo entendí y aluciné: le dijo que de los tres litros que llevaba, uno se lo puso al radiador y los otros dos los tiró porque así la moto pesaba dos kilogramos menos”.

“Tiene un gran corazón”

Ahora está más curtido y su experiencia le ha llevado a desarrollar un 'método' con el que prácticamente se asegura que cada piloto vaya con lo que establece la normativa antes de salir a dar gas en pleno desierto. Más sabe el diablo por viejo que por diablo. Estas tácticas no están reñidas con su buena voluntad para intentar solucionar sobre la marcha esos 'despistes'de los pilotos. “Tiene un gran corazón y siempre trata de echar una mano -dentro del reglamento- a algunos que vienen sin ni siquiera habérselo leído o sin el depósito obligatorio de tres litros de agua en la moto: él les instala una especie de termo para poder pasar y lo marca”, describe el sanitario Darío Rodríguez, otro español que también vela por la seguridad desde hace un tiempo en el Dakar.

Además, su labor se completa -la parte más compleja e importante- con la inspección de los vehículos. “Comprobamos que los elementos de seguridad estén bien. Si alguien ha hecho un cambio de motor esperando que no lo vayamos a ver para ahorrarse la penalización, se equivoca, porque tarde o temprano lo descubriremos. Estamos en el vivac desde las cuatro de la mañana hasta las 12 de la noche. Repasamos que todo el mundo cumpla las reglas del juego”, aseguraba en aquella charla.

Otro tipo de 'competidores'

Jordi Pérez -como Darío- es otro de esos 'dakarianos' que sufren los cambios climáticos del Dakar, el estrés de la competición y la tensión que genera que no falle ningún elemento de la seguridad. “El Dakar es duro”, reconoce quien tuviera su propio equipo en el mundial de 250, y sin su labor ni 'pillerías,la aventura sobre ruedas más dura del mundo no tendría el nivel de excelencia que tiene en la actualidad.

La seguridad es una cuestión prioritaria para los organizadores del Dakar, y por tal motivo este domingo se suspendió la primera etapa. La intensa lluvia impedía garantizar la protección de los aviones y helicópteros de seguridad, de tal manera que el Rosario-Villa Carlos Paz se realizó sin crono y para las motos y quads en convoy, con libertad de elección para los coches y por los caminos destinados a los vehículos de asistencia para los camiones. Este lunes, pese a la persistencia de la malas condiciones meteorológicas, se espera que tenga lugar la segunda etapa entre Villa Carlos Paz y Termas de Río Hondo, en la segunda especial más larga de esta edición, con 510 kilómetros para coches y camiones y 450 kilómetros para motos y quads.

Este año ha debido de aumentar las medidas de seguridad escribiendo el dorsal con un rotulador de tinta invisible que solo es descubierto mediante la luz morada ultravioleta. De esta manera evita que un mismo piloto preste material a otros 'rivales' para pasar las verificaciones. “Hay veces que con lo de uno han pasado cinco...”, comentó a un compañero de la organización del Dakar el responsable de los comisarios técnicos en moto y quad, Jordi Pérez. La misión de este español es vigilar que los vehículos cumplan con el reglamento y que los pilotos comiencen cada etapa con los mínimos en cuestiones de seguridad.

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