Nani Roma: "En el desierto, con la moto llegué hacer 300 km en dos horas"

Es uno de los tres únicos pilotos en la historia del Dakar que han sido capaces de ganar tanto en coches como en motos. Nani Roma afronta su vigésima participación en una nueva edición del mítico raid que comienza el próximo día 3. De nuevo con el vehículo ganador en las últimas ediciones, Mini, es uno de los favoritos para la victoria final. En siguiente conversación con 'El Confidencial' reflexiona sobre su pasión y las múltiples aventuras vividas en África y Sudamérica durante estas dos décadas, repletas de sinsabores y alegrías.

PREGUNTA: ¿Cómo se siente un piloto que va a afrontar nada menos que veinte participaciones en el Dakar?

RESPUESTA: Es un orgullo enorme estar aquí dando guerra después de tantos años, es lo más importante. El mundo de la competición es muy duro y he tenido la suerte de vivir y ser competitivo en la moto y el coche. Lo mío es un más que un sueño hecho realidad.

P: Viajes, preparación física al máximo nivel, lejanía de la familia, la pérdida de la novedad con los años… ¿Qué le motiva a seguir?

R: Me gusta mucho lo que hago, disfruto tanto y me siento tan afortunado de tener la vida que tengo… No sólo por la competición pura, me gusta muchísimo ir a la batalla con el crono y ganar. No sé si es por el hecho de que me costó y sufrí tanto desde pequeño por no poder tener mi moto; iba en bicicleta a ver los rallies del Mundial, las carreras de motocross… Había visto a Carlos (Sainz) correr en el Mundial con catorce o quince años. Para mí era un sueño imposible poder hacer esto y haberlo conseguido te hace sentirte muy afortunado. Por eso disfruto de cada momento, no sólo de la competición. Y que siga muchos años años más.

P: ¿Sigue proporcionando un chute de adrenalina coger el volante para dominar una máquina?

R: Sí, es difícil de contar y explicar. Por eso vuelven tantos pilotos que se retiran, la droga de la adrenalina no la consigues en nada en la vida. Estos subidones son lo máximo, el dolor de estómago, los miedos de la competición, el estar acojonado… Es una mezcla que no la consigues en la vida normal, no es nada comparable a competir. Es difícil de contar, la gente pensará que estás loco.

P: ¿Cómo se superan momentos como el del Dakar del pasado año cuando perdió sus opciones a pocos kilómetros de la salida del primer día por una avería mecánica y luego acabó con un golpe cerca del final?

R: Lo más importante es aceptar que pueden pasar cosas, esta es la clave. Dependemos de un aparato mecánico que a mí me ha dado muchas satisfacciones, pero que a veces se rompe. Si se acepta esto eres capaz de pasar página y estás más tranquilo cuando pasan las cosas.

En la moto me pasó de todo, como perder un Dakar al principio de mi carrera con veinte minutos de ventaja a dos días de terminar porque se rompió la moto. Ahora disfruto, intento seguir disfrutando. Tienes que pensar que el pasado nunca lo puedes cambiar; los años te ayudan. Cuando vuelvo de un Dakar lo hago sabiendo que he hecho todo lo posible en aquello que depende de mí. Lo que controlo, lo hago al máximo. Luego, si va bien, vale, si no, el año que viene.

P: Veinte años después, ¿como ve el Nani Roma de hoy a aquel chaval que salía como corriendo como un diablo en la moto cada día?

R: Como siempre en la vida, cambiarías cosas. Al final, cada decisión que tomas es porque crees que son las buenas en ese momento. Al principio empezamos en una época con pocas marcas y pillamos a KTM que creaba un equipo de raids. Perdimos muchas carreras por problemas mecánicos y errores personales. En perspectiva, piensas que harías cosas diferentes, pero no me arrepiento de nada. Seguramente podía haber ganado más cosas y más dinero, pero lo que he disfrutado yo no lo ha disfrutado nadie en la vida

P: ¿Y dónde ha vivido sensaciones más intensas: en coche o en moto?

R: En la moto. Las sensaciones son muy 'heavies'. Cuando íbamos a doscientos con las bicilíndricas era muy chulo, increíble. Lo que disfrutamos con Heinz Kinigadner haciendo carreras en el desierto como locos nadie lo entendería. A veces nos juntamos en su casa con las cervezas a contar batallas; son historias de locos que contamos entre nosotros porque desde fuera pensarían que estamos locos (Risas). Hubo etapas de ir a fondo, a tope todo el rato: en Egipto, hemos llegado a hacer 300 kilómetros en dos horas y cinco minutos con la bicilíndrica, a 150 de media por pistas y arena.

Recuerdo que en Dubai rompí el motor el último día y el ingeniero de BMW me dijo: “Si es imposible romper este motor”. No pensaban que habría algún zumbado que fuera capaz de llevar la moto a fondo de principio a fin y por ello no habían puesto limitador de régimen al motor. No se imaginaban que hubiera un tío que exprimiera la moto al límite (Risas). Me quedaban diez kilómetros para ganar. Y en coche, igual. Cuando corrí en Mitsubishi, el mejor equipo de la historia, fue enorme. Ser capaz de ganar el Dakar fue la leche y luego empezar a rodar en coches…Todo lo que he hecho ha sido un premio.

P: ¿Qué opciones tiene para ganar este Dakar?

R: Salimos muy convencidos porque tenemos muy buenas sensaciones, no sé por qué. Teníamos que haber corrido más carreras este año, pero me siento muy bien. Y aunque hay muchísimos rivales capaces de ganar (Al Attiyah, Sainz, Peterhansel Loeb, Hirvonen…), es muy motivante y va a ser un Dakar intenso desde el primer día.

P: El copiloto juega un papel crucial desde el punto de vista humano y profesional. ¿Por qué cambia este año de compañero después de tantos años con Michel Perin?

R: Sufrió mucho el pasado año, tiene 59 años y pensaba ya en retirarse. Las relaciones son muy intensas, se pasan muchas horas…A veces son buenos los cambios. Tuvo dudas y probé con Alex Haro, un chaval muy joven. No tiene su experiencia, pero ha trabajado muy bien. No será fácil para él, tendrá mucha presión externa sobre él y la suya propia. Creo que lo vamos a hacer bien.

P: ¿Por qué este año se habla tanto para el Dakar del fenómeno del Niño y sus posibles consecuencias para los participantes?

R: Es cíclico y parece que este año viene más fuerte. Aunque las condiciones son muy difíciles de prever, se espera que haga mucho calor y será duro. Se esperan lluvias (después de la entrevista en Argentina fueron torrenciales) y más calor que el año pasado (donde se superaron en alguna etapa los 53 grados centígrados). Creo que va a ser un Dakar de condiciones extremas. Incluso están previstos por la organización camiones frigoríficos de seguridad en algunas especiales para que los pilotos puedan recuperarse si fuera necesario.

P: Ante la desaparición de Chile y Perú de la ruta para este año, ¿seguirá el Dakar en Sudamérica en el futuro? ¿Cambiará al norte del continente o hacia Asia?

R: Ni idea por ahora. Sí es verdad es que cada vez es más difícil para la organización hacer carreras en el continente sudamericano. Estamos muy bien establecidos, si pudiéramos volver a Chile y a Perú cambia mucho el perfil de la carrera. Subir para México y hacia arriba parece difícil desde el punto de vista logístico, pero ¿por qué no? Sería muy chulo salir de Los Angeles y bajar hasta Chile.

P: ¿Qué valor le daría Nani Roma a una victoria en el Dakar en su vigésimo participación en esta prueba, con su edad y tras tantos avatares, alegrías y sinsabores?

R: Lo viviría normalmente. Las victorias las vivo mucho antes de llegar a la meta. Luego está bien recibir los halagos, ver la alegría de la gente y de los patrocinadores. Me lo tomo con alegría por el trabajo bien hecho. Yo me siento joven, el tema de la edad es una cuestión de cómo te sientes; uno no se hace mayor, se siente mayor. Tengo la suerte de tener una salud buena y un cuerpo fuerte que me permite entrenar y hacer carreras. Me sentiría contento, pero lo viviría muy tranquilamente.