Para ser Maestra, Carolina Marín no puede tropezar otra vez en la misma piedra

Haciendo bueno el dicho deportivo que apela a la suerte del campeón, en este caso campeona, Carolina Marín se clasificó para las semifinales de la Copa de Maestras de bádminton, que se está disputando en Dubái, de rebote, pese a perder su tercer partido, contra la japonesa Nozomi Okuhara. El motivo es que en el otro partido del grupo A, la taiwanesa Tai Tzu Ying derrotó a Saina Nehwal por 16-21, 21-18 y 21-14, lo que provocó un empate a partidos ganados, uno cada uno, aunque la española con 3 sets a favor y 4 en contra, mientras la india, con 3 sets a favor y 5 en contra. Lo curioso es que este sábado Carolina se enfrentará en semifinales a la propia Nozomi Okuhara, mientras que la tailandesa Ratchanok Intanon se las verá con la china Wang Yihan.

Por si la carambola que clasificó a Marín para las semifinales no fue suficiente, cabe destacar que Nehwal tuvo siempre la ventaja en la primera manga, aunque en la segunda marchó a remolque, casi siempre cuatro o cinco puntos por detrás de la taiwanesa, pese a un intento de remontada (16-16). En el set definitivo hubo una mayor diferencia a favor de Ying. De esta forma, cuando todo hacía indicar que Carolina regresaría a España antes de lo previsto, este sábado disputará las semis, por lo que sigue teniendo opciones de jugar la final y, una vez ahí, quién sabe si ganarla y sumar un nuevo éxito a su gran año.

En un partido en el que siempre fue a remolque y nunca encontró su mejor juego, Carolina Marín había caído previamente ante Nozomi Okuhara por 21-9 y 21-15 y de esta forma encajó su segunda derrota en la fase de grupos de la Copa de Maestros. La japonesa, con ganas de venganza tras caer ante la onubense en la final del Abierto de Hong Kong el mes pasado, solo necesitó 47 minutos para deshacerse de Marín en dos mangas.

El primer set comenzó igualado (5-5) pero el buen juego de Okuhara en la red limitó las opciones de la bicampeona del mundo, y tras el 11-6 en el intervalo, cimentó su triunfo por 21-9. Fernando Rivas, entrenador de Carolina, intentó animarla y le insistió en que jugara tal y como habían previsto, pero la andaluza no tenía su mejor día, todo lo contrario de lo que le ocurría a su rival, a la que le salía todo.

En el segundo set, la novena del mundo tomó la iniciativa y se fue al descanso con una renta de 4 (11-7), hasta que Carolina, en un arrebato de orgullo consiguió empatar a 11, aunque finalmente la nipona mostró su buen momento de forma y empezó a acumular renta a su favor haciéndose cómodamente con la victoria por 21-15. Este sábado, puede ser la española la que se tome la revancha, toda vez que en semifinales volverán a verse las caras y no es fácil que Carolina tropiece dos veces con la misma... japonesa.