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Un 'bestia' mancilla la nobleza del rugby al dejar KO a un rival y rematarlo en el suelo
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Un 'bestia' mancilla la nobleza del rugby al dejar KO a un rival y rematarlo en el suelo

Al inicio de la final de la Super League de rugby league, Ben Flower se revolvió contra Lance Hohaia y le asestó dos puñetazos en la cara, el segundo ya en el suelo

Foto: El momento en el que Flower se ensaña con Hohaia (Sky Sport).
El momento en el que Flower se ensaña con Hohaia (Sky Sport).

Decía Cristiano Ronaldo que en Bulgaria le hicieron una entrada salvaje, que parecía "un partido de rugby". No podía haber sido más oportuno el jugador del Real Madrid.Old Trafford se había puesto guapo. Se engalanó con cuatro postes altísimos de cada lado, cruzados a los tres metros por un travesaño de 5,6 metros. En el césped, en vez de las dos áreas y el círculo central, varias líneas cortaban de forma perpendicular la horizontalidad del terreno de juego. El estadio del Manchester United se preparó a la perfección para acoger la Super League Grand Final, el mayor evento europeo del Rugby League, ese que se juega con 13 jugadores, la variante más parecida al rugby tradicional, el de toda la vida, el del 15 de la Rosa y los All Blacks. El Rugby League tiene menos repercusión mediática, pero llena Old Trafford. A partir de ahora se les conocerá más… por unos motivos que, posiblemente no les guste a sus organizadores ni miembros.

Habían transcurrido un minuto y cuarenta segundos, cuando el balón ovalado dejó de ser el principal protagonista sobre el césped. Fue en ese momento, apenas empezada la final, cuando Ben Flower, delantero del Wigan Warriors, se revolvió sobre Lance Hohaia, del St. Helens y le asestó un puñetazo en el rostro a su contrario que lo tumbó. Hohaia cayó a plomo en el tapete verde, aturdido, pero no se esperaba lo que le venía encima aún. Flower, mucho más recio de lo que indica su apellido, se fue al suelo con él, y le volvió a golpear muy violentamente en el ojo, un directo al rostro que remató al jugador del St. Helens. Fue un golpe tremendo, de una violencia inusitada y cargado de rabia acumulada.

Fue una reacción extraña para un deportista, más propia de un barriobajero violento. Una reacción más natural y habitual de compañeros de equipo fue la del resto de la plantilla del St. Helens, que se lanzó sobre Flower para vengar la acción sobre Hohaia. Entonces se creó una especie de melé sin balón de por medio que sólo se pudo calmar unos minutos después, con la inestimable colaboración de los árbitros del encuentro. Uno de ellos no tuvo más remedio que mostrarle la cartulina roja al galés Flower, lo que le convirtió en el primer jugador expulsado en una Grand Final de la Super League. Flower pasó a la historia, pero no precisamente por algo positivo. Al día siguiente, el pasado domingo, pidió perdón por su acción. "No tengo defensa por mi acción", asumió el galés.

La final nunca pudo volver a ser lo mismo. La fiesta del rugby de Manchester se aguó y nadie pudo volver a pensar en nada que no fueran los puñetazos de Flower a Hohaia. El neozelandés tuvo que ser sustituido, evidentemente, perosu equipo ganó el partido, y el título más prestigioso de este deporte en Europa. Ese mismo título que había perdido el mismo St. Helens había perdido durante cinco años consecutivos. Cayó en cuatro finales contra los Leeds Rhinos y la otra precisamente contra los Wigan Warriors. Al final, después de sufrir para remontar, pudieron hacer efectiva su superioridad numérica y ganaron por 14-6 y empataron a Leeds con seis títulos como máximos triunfadores de la Super League.

Las reacciones a esa terrorífica acción se produjeron de forma casi inmediata. Uno de los nombres más conocidos que se pronunció sobre el tema fue Michael Owen, gran seguidor del rugby league, que preguntó: “¿Podéis imaginar el clamor si un futbolista hiciera algo así? Puedo entender, de alguna manera, el primer puñetazo después de que le provoquen, pero pegar a alguien otra vez cuando ya está KO, es difícil de entender”. Otro jugador de fútbol, Joey Barton (muy fan de pronunciarse sobre muchas cosas), siente “lástima por Ben Flower. Lance lo inició con un codazo. El segundo puñetazo cuando ya está en el suelo, no tiene sentido”.

Se trata de una situación muy aislada, que en absoluto representa la grandeza y limpieza tradicional de un deporte centenario, uno de los más agresivos y a la vez más nobles que existen. Por todos es conocida la deportividad que suele existir entre cualquier equipo de rugby, que se enzarzan en luchas infernales dentro del campo, pero las cuales se quedan siempre sobre el césped.

Decía Cristiano Ronaldo que en Bulgaria le hicieron una entrada salvaje, que parecía "un partido de rugby". No podía haber sido más oportuno el jugador del Real Madrid.Old Trafford se había puesto guapo. Se engalanó con cuatro postes altísimos de cada lado, cruzados a los tres metros por un travesaño de 5,6 metros. En el césped, en vez de las dos áreas y el círculo central, varias líneas cortaban de forma perpendicular la horizontalidad del terreno de juego. El estadio del Manchester United se preparó a la perfección para acoger la Super League Grand Final, el mayor evento europeo del Rugby League, ese que se juega con 13 jugadores, la variante más parecida al rugby tradicional, el de toda la vida, el del 15 de la Rosa y los All Blacks. El Rugby League tiene menos repercusión mediática, pero llena Old Trafford. A partir de ahora se les conocerá más… por unos motivos que, posiblemente no les guste a sus organizadores ni miembros.

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