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Afganistán roza la gloria gracias a los miles de refugiados que se enamoraron del críquet
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Afganistán roza la gloria gracias a los miles de refugiados que se enamoraron del críquet

La selección de críquet de Afganistán es candidata al Premio Laureus. Los refugiados en Pakistán hace años importaron a su país la pasión por este deporte

Foto: El críquet es un fenómeno social en Afganistán (Corbis)
El críquet es un fenómeno social en Afganistán (Corbis)

País devastado desde hace muchos años, miles de personas pasaron de ser ciudadanos de pleno derecho en Afganistán a convertirse en refugiados. Un deporte como el críquet, con poca tradición en aquel país, puede llenar de gloria aquel territorio. Y es que su selección absoluta es una de las nominadas a los Premios Laureus, los también conocidos como Oscar del deporte, en la categoría de ‘Revelación del año’. Aquellos primeros refugiados aprendieron a jugar este deporte y ahora su primer equipoha logrado billete para disputar la Copa del Mundo que se celebrará en 2015 en Australia y Nueva Zelanda.

El críquet en Afganistán nunca fue un deporte con demasiado predicamento. Jamás tuvo la misma tradición que en Pakistán, donde la influencia británica calótanto hasta convertirlo en uno de los más seguidos. Cuando los refugiados afganos llegaron a territorio pakistaní coincidiendo con la invasión soviética (1979), descubrieron un deporte del que apenas tenían noticias. Durante años y años, fue creciendo en la colonia afgana exiliada una pasión que ha germinado finalmente en un equipo de primer nivel mundial.

En Afganistán el críquet nunca tuvo relevancia. Se tienen noticias de que en el siglo XIX, coincidiendo con la guerra anglo/afgana (1839-1842), en su territorio se jugó a este deporte. Sin embargo, no llegó a calar esta especialidad deportiva de raíz británica en este territorio, que sí en otros próximos como Pakistán. Cuando la invasión soviética provocó la huida de miles de afganos, estos descubrieron este deporte.

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Es un refugiado afgano llamado Nowroz Mangal, nacido en Pakistán en 1984, el hombre que representa como nadie el éxito de la selección de críquet de Afganistán;tanto, comopara que aspire a un Laureus. Criado entre pakistaníes, muy pronto se enganchó al críquet, un deporte que ha provocado que el orgullo nacional se dispare en un país protagonista siempre por conflictos y guerras. Como Nowroz Mangal, cientos de refugiados llevaron el críquet a la vida cotidiana de Afganistán cuando todos ellos regresaron a su país.

Ya de vuelta en Afganistán, Nowroz Mangal continuó dando rienda suelta a su amor por el críquet hasta que un buen día fue descubierto por el seleccionador nacional de Afganistán. Taj Malik fue el propulsor del equipo nacional y su primer seleccionador. El que fuera refugiado pasó a formar parte de la selección y se ha convertido en un símbolo en el país, al capitanear en su momento un equipo que consiguió el billete para disputar la fase final de la Copa del Mundo de 2015. En octubre de 2013, tras imponerse a Kenia, el pueblo afgano salió en masa a las calles para celebrar una clasificación histórica.

El críquet ha pasado a convertirse en un fenómeno socialseguido de forma mayoritaria en Afganistán. Se trata de un deporte que para muchos puede alejar a los jóvenes afganos del movimiento islamista talibán. Tal es el arraigo, que en Afganistán ya está en marcha una temporada regular que se disputa de mayoa septiembre. Los afganos suelen acudir en buen número a presenciar los partidos y en todo el país ya hay en pleno funcionamiento 320 clubes.

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Con la llegada del régimen talibán muchas cosas cambiaron en Afganistán. El deporte también sufrió sus consecuencias. En 1996 los talibanes impusieron un régimen basado en la ‘Sharia’, la ley sagrada del Islam, que fue aplicada con el máximo rigor. Practicar deporte quedó prohibido. El críquet no. Y es que muchos integrantes del régimen fueron refugiados en Pakistán, donde se aficionaron a este deporte, aceptando su práctica en Afganistán cuando regresaron.

El fútbol era el deporte más seguido, pero ahora el críquet ha tomado el testigo. Los afganos están locos por este deporte. La afluencia para ver los partidos crece poco a poco y las academias surgen sin parar ante la demanda de los jóvenes, ávidos por practicar esta especialidad tan desconocida en España, por ejemplo.

Paz, esa palabra que suena extraña en Afganistán, se nombra con insistencia cuando el críquet está por medio. No sólo se ha consolidado en el país como una herramienta lúdica y deportiva, este deporte es empleado por diferentes asociaciones y ongs para alejar a los jóvenes de ámbitos poco recomendables. El críquet es símbolo de paz en el país.Por ejemplo, hace unos años, UNICEF y la organización de apoyo a la Juventud afgana aficionada al críquet reunieron a un grupo de jóvenes para participar en un campamento de este deporte con motivo del 'Día internacional de la paz'.

El nivel del críquet en Afganistán ha crecido de tal manera, que ya hay algunos jugadores que aspiran a pasar el mundo profesional. Afganistán no está preparado, obviamente, para convertir al críquet en un deporte profesional, pero en otros países los sueldos son más que respetables. No obstante, algunos de sus jugadores están siendo preparados para dar el salto al campo profesional. Y cuando se es bueno en este deporte, se puede ganar mucho… Sin ir más lejos, en la India, donde el críquetes religión, Mahendra Singh Dhoni, capitán de la selección, gana algo menos de 25 millones de dólares al año. La selección

País devastado desde hace muchos años, miles de personas pasaron de ser ciudadanos de pleno derecho en Afganistán a convertirse en refugiados. Un deporte como el críquet, con poca tradición en aquel país, puede llenar de gloria aquel territorio. Y es que su selección absoluta es una de las nominadas a los Premios Laureus, los también conocidos como Oscar del deporte, en la categoría de ‘Revelación del año’. Aquellos primeros refugiados aprendieron a jugar este deporte y ahora su primer equipoha logrado billete para disputar la Copa del Mundo que se celebrará en 2015 en Australia y Nueva Zelanda.

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