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Plan de ataque aprobado: si sale bien, machaque sobre machaque
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DOS NOCHES A 5.500 METROS DE ALTITUD

Plan de ataque aprobado: si sale bien, machaque sobre machaque

El objetivo está cada vez más cercano a pesar del sufrimiento y el peligro que muy pocos entienden. En este punto, a la fuerza física hay que unirle la mental

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Reconocía Fernando Garrido en la primera entrega de esta crónica, allá por el lejano 20 de enero, que el montañero es ilógico: “¿Cómo se explica que vamos a sufrir, a pasar hambre, cansancio, peligros? No es fácil de entender. Pero es un gran juego, apasionante, que engancha y te refuerza. Y, por supuesto, te ayuda en la vida”.

En la noche del domingo nos comunicaron el plan de ataque que habían acordado. Escuchando su decisión el que suscribe pensó que efectivamente hay razones para afirmar que es muy difícil explicar por qué vamos a sufrir y sobre todo que nos entiendan. Pero así somos. En la naturaleza de Daniel, José Ángel, Miguel y Eusebio está asumir que para lograr la cumbre del Aconcagua van a tener que sufrir mucho, quizás demasiado.

La previsión es que se abra una ventana del 7 al 8: En la cumbre los vientos pasan de la categoría de vientos de tempestad -más de 80 km/hora- a ‘tan sólo’ de 55 km/hora” La meteo da vientos de 60 km/hora para las noches que estarán los campos 2 y 3.

¿Qué van a hacer?

Pasarán una noche a 5.000 metros, dos seguidas a 5.500 y otras dos a 6.000. Todas ellas con vientos muy fuertes.Hoy martes día 4 suben al campo 1. El miércoles desmontan campo 1 y con la carga alcanzarán y montarán el campo 2. Dormirán esa noche y la siguiente, la del jueves. Esta es la modificación más importante en el plan de ataque. Para aprovechar la ventana que se abrirá del viernes al sábado tienen que pasar dos noches a 5.500 metros. La previsión de la meteo da vientos entre 50 y 60 km/hora para esos días. El viernes desmontan campo 2 y subirán al campo 3. Se instalarán a 6.000 metros y a eso de las tres de la madrugada, como ya anticipábamos en la crónica de ayer, atacarán la cumbre si la previsión se confirma y el viento amaina.

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Han apurado al máximo las fechas. El vuelo de regreso a España sale el día 10 del aeropuerto del Plumerillo en Mendoza a las 10:55.Si consiguen la cumbre deben volver a dormir al campo 3. No tienen otra opción. Y aquí viene 'el machaque sobre el machaque'. El día 9, tras dormir -es un eufemismo- a 6.000 metros y con el agotamiento de las quince horas del día de cumbre tendrán que andar unos 36 kilómetros de una tirada y a paso ligero. Bajar de 6.000 metros y llegar a Puente del Inca a 2.720. Desde allí en coche a Mendoza.

¡Simplemente demoledor!

Néstor, el jefe de logística de Inka ha decidido acompañarles a la cumbre. A todos les ha parecido una buena idea. Es una persona muy experimentada, nos cuenta Fernando. Seguramente su presencia sea un plus de motivación. Así lo esperamos.

¿Cómo les puede afectar a su condición física la permanencia de cinco noches a más de cinco metros de altitud? La medicina de montaña reconoce tres regiones que reflejan el decrecimiento en la cantidad de oxígeno en la atmósfera: Gran altitud (de 1.500-3.500 m.); muy alta altitud (3500-5500 m.) y extrema altitud (por encima de 5.500 metros). Ellos van a pasar cuatro noches a extrema altitud. Un dato a tener en cuenta para valorar el esfuerzo físico que van a realizar. El VO2maxes la cantidad máxima de oxígeno que el organismo puede absorber, transportar y consumir por unidad de tiempo determinado. Es lo que conocemos como capacidad aeróbica.

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Dado que la mayoría de los esfuerzos físicos que se hacen en la montaña se realizan en condiciones aeróbicas, el comportamiento del VO2max es muy útil para valorar los esfuerzos de los montañeros. A partir de los 1.500 metros se produce una disminución de aproximadamente el 1% por cada cien metros que subimos. A unos 5.000 tenemos un VO2max del 65%; a 6.000 un 55% y a 7.000, cumbre del Aconcagua, un 45%. Porcentaje que obliga a caminar a un ritmo muy lento.Llegados a este punto a la fuerza física hay que unirle la mental y ellos están dando sobradas muestras de tenerla.

Reconocía Fernando Garrido en la primera entrega de esta crónica, allá por el lejano 20 de enero, que el montañero es ilógico: “¿Cómo se explica que vamos a sufrir, a pasar hambre, cansancio, peligros? No es fácil de entender. Pero es un gran juego, apasionante, que engancha y te refuerza. Y, por supuesto, te ayuda en la vida”.

El Confidencial