El increíble show de los hermanos Márquez: así enloquecieron a Jerez con dos estilos distintos

Álex Márquez ganó el primer Gran Premio de MotoGP de su vida en el circuito de Jerez, nada menos que en su país y en la que es considerada la actual catedral mundial del motociclismo. Marc Márquez ganó la carrera al esprint del sábado y perdió sus opciones el domingo al irse al suelo en las primeras vueltas. La remontada desde la última hasta la duodécima plaza enardeció a un público entregado, pero el protagonismo fue para Álex. Carrera magistral con la dosis justa de riesgo y prudencia. De diez.

Hace unos cuantos años, en el US Open de tenis, Richard Williams levantó cierta polémica cuando desde la tribuna alzó un cartel que decía 'Bienvenidos al show de las hermanas Williams', en alusión al dominio que ejercían sus hijas Venus y Serena. Algo parecido ocurre hoy en día en el motociclismo con Álex y con Marc. Los hermanos Márquez son ahora mismo los más fuertes y, salvo que mucho cambien las cosas, la lucha por el título mundial parece que va a ser cosa de ellos dos.

Roser y Juliá, los padres de Marc y Álex, además de ser mucho más discretos que el padre de las hermanas Williams, también demuestran tener un corazón a prueba de bombas. La caída de Marc en los primeros compases del Gran Premio y su furiosa remontada ya dan para suficiente taquicardia. Pero ver cómo otro de sus hijos va camino de lograr su soñada primera victoria en la categoría reina, pone de los nervios al más templado. Ojo, sin olvidar que Álex comenzó el fin de semana con un fortísimo accidente en la primera sesión de entrenamientos.

Salimos de Jerez con Álex Márquez líder del Mundial, por delante de su hermano Marc. Entre esprint y Gran Premio llevamos diez carreras. No se trata de ninguna flor de un día este liderato. Y tan cierto es que Marc sigue siendo su principal enemigo, como que su hermano Álex es un favorito claro para el título mundial por identificación con su moto y método de pilotaje a prueba de errores. Si hay que quedar quinto un día, se queda, pero los puntos van cayendo como un martillo pilón. Y eso es lo que cuenta al final.

Álex es serio candidato

Álex corre con una Ducati con un año de antigüedad, pero por primera vez en mucho tiempo el nuevo modelo no es necesariamente mejor en todo momento que el anterior. Cuando todo está en orden, la Ducati GP25 debería ser más rápida que la GP24, pero es significativo que Pecco Bagnaia pida renunciar a la evolución y centrarse en lo bueno conocido y que Marc ruede con una especie de alien de piezas de la moto del año pasado y la actual. Nico Rosberg, a base de no fallar, le ganó un Mundial al teóricamente superior Lewis Hamilton. No hay que olvidarlo.

"Me he caído, son cosas que no pueden pasar si quiero luchar por este Mundial", admitió Marc Márquez. "Quizá no he tenido en cuenta que llevaba todo el fin de semana rodando solo y cuando vas detrás de otros dos pilotos la aerodinámica cambia. Es un error grave, estoy intentando estar muy calmado, es el año que me estoy cayendo menos, pero llevo dos errores los domingos que, si quiero luchar por este Mundial, no los puedo cometer". Está claro que, al igual que en Austin, Marc demuestra que él es su principal enemigo.

Es normal que Marc esté muy enfadado consigo mismo, pero algo nos avisaba antes de la caída. Un semáforo en verde le produce un cortocircuito mental a MM93 que le hace olvidar todo el trabajo de prudencia y serenidad previo a la salida. Un hachazo a su hermano Álex en la primera curva, un golpe de carenados con su compañero Pecco Bagnaia unas curvas más adelante, alguna pasada de frenada... Es el ansia tradicional de ganar a base de machacar al rival en lugar de hacerlo a base de agotarle.

Javier Bonilla, psicólogo especialista en motociclismo, nos alertaba hace unos días en El Confidencial sobre una paradoja curiosa que se da en el mundo del deporte. Según Bonilla, está comprobado que tienes más posibilidades de lograr un objetivo cuando no estás focalizado en el resultado, sino en realizar el mejor empeño deportivo posible. Pocos ejemplos ilustran esta máxima con tanta fidelidad como los diferentes enfoques de los hermanos Márquez. Los dos van dirigidos al mismo objetivo final, como es la victoria, pero el resultado es bien diferente.

Un fin de semana histórico

Jerez batió su récord histórico de asistencia de público. La afición sabía que algo importante iba a pasar en el circuito andaluz. Poco importaba que algunos agoreros alertaran de que el Gran Premio de España iba a ser un paseo militar de Marc Márquez. La afición llegó en masa para verle ganar. Les da igual que venza sobrado o que lo haga por los pelos. La travesía del desierto ha sido demasiado larga y simplemente tienen muchas ganas acumuladas de romperse las manos aplaudiendo a su héroe.

No era un fin de semana cualquiera, tampoco para el Circuito de Jerez. Se cumplen 40 años de la inauguración con el Gran Premio de España de Fórmula 1 de 1985. La mejor forma de celebrarlo ha sido firmando la renovación hasta 2031. Que no se entienda como un menosprecio a los Grandes Premios de Cataluña, Aragón o Valencia, pero al final el peso de cuatro décadas como punto de peregrinación del universo motero pesa mucho. La fiesta va mucho más allá de lo estrictamente deportivo.

En Jerez, además de los 100.000 espectadores presentes en el circuito, hay casi otros tantos que se quedan fuera viviendo la fiesta de las dos ruedas en la propia ciudad y en todas las localidades de 30 kilómetros a la redonda. Cada euro invertido en haber hecho el viaje para ver el Gran Premio de España 2025 ha valido la pena. Y quedará para la historia, además, como el inigualable show de los hermanos Márquez.