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La victoria de Marc Márquez y la suerte de que Maverick sea un genio a tiempo parcial
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VICTORIA MUY TRABAJADA

La victoria de Marc Márquez y la suerte de que Maverick sea un genio a tiempo parcial

Nadie contaba con Maverick Viñales, pero Marc Márquez tuvo que emplearse a fondo para batir al piloto de KTM y, así, poder llevarse la victoria en el Gran Premio de Qatar

Foto: El podio del Gran Premio de Qatar. (Paulo Maria/DPPI/AFP7)
El podio del Gran Premio de Qatar. (Paulo Maria/DPPI/AFP7)

A los más jóvenes les sonará poco el nombre, pero hubo un torero, de nombre Curro Romero, que era tan capaz de lo sublime en sus buenas tardes, como de decepcionarte cuando no encontraba su duende. En el mundo del motociclismo no hay nadie que encaje en esa definición como Maverick Viñales. Se daba por hecho que el de KTM iba a ser descalificado por las presiones de sus neumáticos, pero la cuestión de fondo no cambia. El Maverick de las grandes ocasiones había regresado.

En otro piloto, podría pensarse que la impresionante carrera de Maverick y su KTM se podría deber por verse favorecido al rodar con las presiones de sus neumáticos por debajo de lo debido. Y puede que algo haya influido, pero tratándose de un genio que sale de la lámpara con la misma facilidad que desaparece, está claro que hay algo más. Ningún piloto de KTM ha peleado genuinamente por la victoria esta temporada y no ha sido una sorpresa que Maverick fuera el primero en conseguirlo.

Marc Márquez tuvo un Gran Premio de Qatar de todo menos tranquilo. En los compases iniciales de la prueba, Pecco Bagnaia estuvo más cerca que nunca de él, el sorprendente Franco Morbidelli puso muy caro el liderato de la prueba y, por si fueran pocos los desafíos, casi se fue al suelo después de un choque inesperado con su hermano Álex. Más allá del susto, el contacto sufrido en el duelo fratricida rompió algunos elementos aerodinámicos de su Ducati. No parece que fuera grave, pero cada detalle cuenta.

Marc tenía en mente que el fallo de Austin fue importante, que no puede dejarse llevar por su instinto depredador y que debe mantener la cabeza fría. Desde el principio de la carrera, se veía un MM93 muy distinto al habitual, rodando en grupo y dejando incluso que Franco Morbidelli se escapara. "Sabía que estaba usando mucho neumático", reconocía Marc. "Cuando me ha pasado Pecco, ahí he dicho: 'Ahora empieza la carrera'. Y en las últimas vueltas, cuando he pasado a Maverick, he pegado el tirón que tenía guardado desde los entrenos"

Corriendo con cabeza

Ese tirón que tenía guardado desde los entrenos implicaba un desgaste muy fuerte del neumático delantero y, el hecho de que solo lo hiciera en las vueltas finales, es la prueba de que, en esta ocasión, Marc tenía una visión clara desde el principio hasta la última vuelta. "Tocaba tapar un poquito el error de Austin con una gran carrera aquí en Qatar. Además, era uno de los circuitos donde seguramente Pecco y Álex tenían apuntado para atacar y nos hemos podido defender bien", afirmó.

Es posible que dentro de esa gestión de la carrera que hizo Márquez, estuviera también la gestión de las presiones de los neumáticos, que fue la causa por la que sancionaron a Maverick Viñales. Recordemos que el reglamento prohíbe que, al menos durante el 60% de la prueba, los pilotos rueden por debajo de las presiones reglamentarias. Sorprende que equipo y piloto no repararan en esta cuestión, pero supuso que el de Rosas pasara de la segunda a la decimocuarta plaza.

"Me he quedado a gusto, he sacado ahí toda la rabia de la pretemporada", explicó Maverick. "Pero bien, con muchas ganas de continuar con este proceso, que la verdad es que está madurando muy rápido y eso es importante. Es obvio que una vez más he podido ver mis puntos fuertes y mis puntos no tan fuertes con esta moto, pero me he sentido muy bien durante toda la carrera". Objetivamente, el de KTM, es el primer piloto no Ducati que presiona de verdad a Márquez esta temporada.

Lo increíble, y esto es maverickismo en estado puro, es que hablamos del mismo piloto que estos anteriores Grandes Premios deambulaba por la cola del pelotón. Nada que objetar en principio, porque se sabe que la KTM es una moto difícil de pilotar y que requiere de un periodo de adaptación. Pero es que pasar de una carrera a la siguiente de la insignificancia a inquietar al extraterrestre Márquez, es algo bastante inexplicable, salvo que hablemos de Viñales.

El otro extraterrestre

Y es que, probablemente, el único extraterrestre de la parrilla aparte de Márquez sea Maverick. Vamos a ver qué pasa con Pedro Acosta, porque tiene mimbres de ser otro de los tocados con el don divino. La cuestión es que MAV, a lo largo de su carrera deportiva, ha demostrado que, si su universo está alineado, nadie puede con él, excepto el propio Márquez. Sin ir más lejos del circuito de Losail, hace justo ocho años, en 2017 Viñales ganaba con solvencia en su debut con Yamaha. Y, de repente, sin saber por qué, el poderío del favorito del Mundial se disolvió como un azucarillo.

Maverick siempre ha dado esa sensación de que, una vez que demostraba de lo que era capaz, su cabeza empezaba a perderse en un laberinto inexplicable. Esto ha sido una constante en su carrera. El año pasado, por ejemplo, ganó con autoridad en Austin con la Aprilia, pero luego acabó la temporada fuera de juego, despidiéndose de malas formas de la escudería italiana. Esos elementos han sido una constante en él, pero sus problemas tienen mucho más que ver con cortocircuitos mentales que con falta de profesionalidad o de educación.

placeholder Maverick, en un momento del GP de Qatar. (EFE/EPA/Noushad Thekkayil)
Maverick, en un momento del GP de Qatar. (EFE/EPA/Noushad Thekkayil)

La semana pasada decíamos que Marc Márquez era su principal enemigo y con Maverick Viñales pasa algo similar, aunque sea por motivos distintos. En el caso de Márquez, es su desmedida ambición la que le ha llevado a los lugares más oscuros de su carrera, mientras que en el de Viñales han sido sus inseguridades, sus manías persecutorias y su nula disposición a dejarse aconsejar. O dicho de otra forma, su incapacidad de aprender de todos los graves errores personales que ha cometido.

Maverick se cuida, no lleva mala vida, no responde en definitiva a ese modelo de deportistas gandules que lo fían todo a un talento excepcional. Su problema siempre han sido los abismos que le acompañan junto a sus fantasmas, que dijera Antonio Vega. No se entienda todo lo dicho anteriormente como un desprecio a Jorge Martín o Pecco Bagnaia. Al contrario, son buenísimos, pero tocados por una varita son otra especie. La gran suerte de Marc Márquez es que el único genio a su altura es Maverick... pero siempre lo ha sido a tiempo muy parcial.

A los más jóvenes les sonará poco el nombre, pero hubo un torero, de nombre Curro Romero, que era tan capaz de lo sublime en sus buenas tardes, como de decepcionarte cuando no encontraba su duende. En el mundo del motociclismo no hay nadie que encaje en esa definición como Maverick Viñales. Se daba por hecho que el de KTM iba a ser descalificado por las presiones de sus neumáticos, pero la cuestión de fondo no cambia. El Maverick de las grandes ocasiones había regresado.

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