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El sacrificio de Marc Márquez une al mejor piloto con la mejor moto del Mundial de MotoGP
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DÍA INOLVIDABLE PARA MM93

El sacrificio de Marc Márquez une al mejor piloto con la mejor moto del Mundial de MotoGP

El "estaba jugando con nosotros" de Pecco Bagnaia al término de la carrera fue tan duro de digerir como descriptivo de lo ocurrido en pista. La mejor moto y el mejor piloto están juntos

Foto: Gigi Dall'Igna y Marc Márquez, una victoria inolvidable. (EFE/Rungroj Yongrit)
Gigi Dall'Igna y Marc Márquez, una victoria inolvidable. (EFE/Rungroj Yongrit)

Se estrena el mundial 2025 con pole position, victoria en la carrera sprint y victoria en el Gran Premio de Tailandia de Marc Márquez. Nada que a priori sorprenda. El catalán era el favorito en todas las apuestas e hizo buenos los pronósticos. Pero llegar hasta este estreno soñado que le catapulta como principal favorito del mundial 2025 no ha sido fácil. Las mejores máquinas siempre buscan a los mejores pilotos y viceversa, pero nadie regala nada en este mundo. Lo visto en el circuito de Chang es el justo premio a la fe y la perseverancia.

"Ayer estaba feliz y hoy estoy exultante", exclamaba Márquez. "Al final esto es un sueño, comenzar este viaje con Ducati, ganando aquí en Tailandia, donde gané mi último campeonato y hacerlo conjuntamente con mi hermano es increíble". El de Cervera reconocía que acababa de lograr su victoria, si no la más importante, sí la más bonita. Gigi Dall'Igna, el genio técnico de Ducati, también estaba muy emocionado, pues ya ha cumplido su sueño de tener sobre su moto a un piloto de época.

Desde que en 2007, Casey Stoner lograra la victoria en su debut con Ducati, ningún piloto había logrado vencer en su primera carrera como piloto oficial de la marca italiana. Stoner precisamente logró aquel año el primer título de la historia para los de Borgo Panigale. Allí aprendieron una lección muy dura cuando años después el australiano se marchó a Honda: nunca más subestimar la importancia del piloto.

Ducati tardó más de una década en volver a ser campeón del mundo. Teóricamente, Valentino Rossi, cuando fue fichado, no suponía en Ducati ningún bajón en cuanto a pilotaje respecto a Stoner. Pero sí lo fue. Valentino es uno de los mejores pilotos de la historia, pero la Ducati funcionaba con la forma de pilotar de Stoner, no con la de VR46. Con Marc Márquez podría haber pasado lo mismo si se diera por sentado que su estilo solamente se adaptaría a Honda, su marca de toda la vida.

Lecciones aprendidas

La lección Stoner estaba aprendida. Había que comprobar, primero, qué tipo de Marc Márquez se iba a encontrar Ducati después de tres años de calvario por las lesiones. Y calcular hasta donde podrían afectar las premisas adquiridas después de mucho tiempo como referente de Honda. Esa fue la incógnita que Gigi Dall'Igna vio despejada en 2024. Marc apretó la temporada pasada a los pilotos oficiales sobre la Ducati satélite de Gresini Racing. No había dudas a nivel de velocidad y adaptación. Pero lo verdaderamente importante era el mensaje subliminal: "Gigi, estoy dispuesto a todo con tal de triunfar en Ducati".

placeholder Extraordinario Alex Márquez, que lideró durante quince vueltas la prueba y logró la segunda plaza detrás de su hermano Marc y delante de Bagnaia. (Reuters/Athit Perawongmetha)
Extraordinario Alex Márquez, que lideró durante quince vueltas la prueba y logró la segunda plaza detrás de su hermano Marc y delante de Bagnaia. (Reuters/Athit Perawongmetha)

Muchas cosas se ven muy fáciles a priori en el mundo de las carreras, pero luego en realidad no lo son tanto. Para que el matrimonio Ducati-Márquez se produjera y se estrenara de esta forma tan feliz como la vivida este domingo, la cosa ha habido que lucharla mucho. Que Márquez haya renunciado a un sueldo abultado y se marchara de un equipo oficial a un equipo privado no es fácil. Menos fácil aún es ser un siete veces campeón del mundo y aceptar que te pongan a prueba sobre una moto antigua. Pero ojo, no solamente Márquez ha hecho sacrificios, porque Ducati también los ha hecho.

No crean que es fácil tampoco para una marca italiana fichar al enemigo número 1 de muchos tifosi. Las cuentas pendientes entre Valentino Rossi y Marc Márquez aún escuecen mucho en el país de la bota. Pero piensen, además, que tampoco debe de hacer ninguna gracia a los italianos que al nuevo héroe nacional, Pecco Bagnaia, le pongan en el box de al lado a un potencial destructor de su prestigio como doble campeón mundial. La prensa nacional aprieta y mucho no lo olvidemos.

¿Qué necesidad habría además en Ducati de fichar a Márquez, cuando claramente tienen la mejor moto? En Buriram, no solamente tres Ducati coparon el podio, sino que Álex Márquez logró un meritorio segundo puesto con la moto del año pasado. Pero es que Dall'Igna, además de un genio de la mecánica, es un carrerista de los de la vieja escuela y se las sabe todas. Él se ocupa de crear la mejor moto posible, pero quiere asegurarse también de que los mejores la piloten. Y más aún, que no piloten motos rivales.

Las Aprilia, cerca

Márquez dominó en Tailandia con solvencia, es cierto, pero Ai Ogura en su debut en la categoría estuvo cerca de los Ducati con una de las Aprilia semioficiales. ¿Quién puede asegurar que Marc Márquez a bordo de una Aprilia oficial no habría sido candidato a la victoria? Si un debutante como Ogura fue capaz de acercarse a las posiciones de cabeza, no es descabellado pensar que Márquez podría haber ganado en la carrera inaugural de la temporada.

Gigi Dall'Igna es un genio, pero Romano Albesiano, el padre las Aprilia no le va a la zaga. Albesiano acaba de fichar por Honda, por lo que es cuestión de tiempo que la marca del ala dorada vuelva por sus fueros. Yamaha con Fabio Quartararo también avisa de sus progresos y KTM pese a sus dificultades empresariales es siempre una fuerza a tener en cuenta. Ducati hoy día es la moto más fuerte, sí, pero para convertirse en algo cercano a lo imbatible necesitaba tener a Marc Márquez en su establo.

placeholder Márquez, tras vencer el GP. (EFE/Rungroj Yongrit)
Márquez, tras vencer el GP. (EFE/Rungroj Yongrit)

Tailandia 2025 va a quedar grabado de forma indeleble en la familia Márquez. No solamente ha supuesto la vuelta absoluta al primer plano de Marc, sino que Álex ha demostrado también su enorme valía como piloto. Como destacamos en El Confidencial hace un par de meses, el gran problema del menor de los Márquez es ser hermano de un extraterrerestre. Ahora pensemos, lo que diríamos de Alex, si en la primera carrera de la temporada, bate a todo un dos veces campeón mundial como Pecco Bagnaia con la Ducati del equipo satélite.

Nunca sabremos cuánto había de estrategia calculada o necesidad técnica real técnica en esas 15 vueltas que Marc cedió el liderato de la carrera a su hermano Álex. Puede que quisiera correr a lo Ángel Nieto, gestionando la carrera para dar el hachazo en las vueltas finales, o puede que necesitara realmente aumentar la presión de sus neumáticos. Fuese lo que fuese, el Márquez imperial ha vuelto. Sus rivales, sobre todo Bagnaia y Martín, lo van a tener difícil, pero ojo también con subestimarles. La reconquista de la cumbre no ha hecho más que comenzar.

Se estrena el mundial 2025 con pole position, victoria en la carrera sprint y victoria en el Gran Premio de Tailandia de Marc Márquez. Nada que a priori sorprenda. El catalán era el favorito en todas las apuestas e hizo buenos los pronósticos. Pero llegar hasta este estreno soñado que le catapulta como principal favorito del mundial 2025 no ha sido fácil. Las mejores máquinas siempre buscan a los mejores pilotos y viceversa, pero nadie regala nada en este mundo. Lo visto en el circuito de Chang es el justo premio a la fe y la perseverancia.

Marc Márquez
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