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Por qué Liberty tiene difícil replicar el éxito de Fórmula 1 en MotoGP... pero tiene un plan
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COMIENZA UNA NUEVA ERA

Por qué Liberty tiene difícil replicar el éxito de Fórmula 1 en MotoGP... pero tiene un plan

El Campeonato del Mundo de Motociclismo cumplió este fin de semana en Silverstone 75 años. No son pequeños los retos que le espera en futuro a corto y medio plazo, el más interesante, seguir los exitosos pasos de la Fórmula 1

Foto: Enea Bastianini (segundo en la imagen) fue el vencedor del Gran Premio de Gran Bretaña. (Reuters/John Sibley)
Enea Bastianini (segundo en la imagen) fue el vencedor del Gran Premio de Gran Bretaña. (Reuters/John Sibley)

La compra de Dorna por parte de Liberty, gigante americano del entretenimiento, ha lanzado muchas preguntas acerca del futuro de la especialidad cumbre del motociclismo. Está claro que van a cambiar cosas, pero en el paddock de Silverstone este fin de semana se respiraba una mezcla de escepticismo y optimismo a partes iguales. El aficionado a las motos es celoso de su identidad y, en general, más purista que el de los coches. Es lógico que haya cierta inquietud al pensar que el propietario de la Fórmula 1 desnaturalice MotoGP.

El motociclismo se convirtió en campeonato del mundo un año antes de que lo hiciera la Fórmula 1 y, como todos los deportes, ha pasado por altos y bajos a lo largo de su historia. En la actualidad, es una de las pocas especialidades deportivas que tiene realmente un circuito de competiciones global. Deportivamente, la resurrección de Marc Márquez, el ascenso de Pedro Acosta y la consagración como fuerza dominante de Ducati y Pecco Bagnaia, ha sacado a la competición del bache que quedó sumida después de la retirada de Valentino Rossi, la última y más poderosa megaestrella mundial que ha tenido este deporte.

Las razones de Liberty Media para la compra de Dorna son obvias. Con la Fórmula 1, la Fórmula E, y el motociclismo, detentas el poder absoluto de las competiciones sobre ruedas. Existen otras series poderosas como la Nascar, o los Hypercar de Le Mans, pero no dejan de ser competiciones regionales. Es algo similar a la diferencia entre fútbol americano y el fútbol o soccer concebido a la europea. La liga NFL podrá ser más poderosa que cualquier otra competición europea pero, fuera de Estados Unidos, es absolutamente irrelevante en términos económicos.

Todos por el aro de Liberty

La posición negociadora de Liberty Media, con países, ciudades o promotores de circuitos que busquen competiciones de motor, ahora se ha fortalecido de forma extraordinaria. O pasas por el aro de lo que pida Liberty o casi te puedes olvidar de todo lo que implique ruedas, velocidad y atraiga mucho público. Y esta circunstancia es lo que más podría beneficiar al motociclismo. Ir a rebufo de la Fórmula 1, aunque moleste a algún aficionado muy motero, es algo que a la larga hará de su deporte algo más poderoso a nivel mundial.

No hay que engañarse: fuera de España, Italia, Tailandia o Indonesia, MotoGP es un deporte menor en lo que a número de seguidores respecta. Pocos casos hay tan llamativos de esta circunstancia como el Reino Unido. Pese a ser un país con competiciones de larguísima tradición como el TT de la Isla de Man y tener un historial de marcas y pilotos muy brillante, a duras penas entra entre los 15 deportes preferidos por los británicos. Y este va a ser uno de los principales desafíos que va a tener que afrontar Liberty, como es el de ampliar el abanico de nacionalidades en la parrilla.

El caso de Francia, otro país muy motero de toda la vida, ejemplifica a las claras lo vital que resulta tener un héroe local para sacar al deporte del nicho de los seguidores muy fanáticos. Fabio Quartararo es al autor de la magia que hizo que, en Francia, MotoGP pasara de tener un eco reducido a interesar de repente a millones de franceses. No estamos descubriendo nada. El tenis en Estados Unidos no es ni la sombra de lo que fue en las épocas de McEnroe, Connors, Courier, Agassi o Sampras. Sin ídolos locales a los que seguir, el aficionado generalista (que es el que dispara los números de audiencia) desaparece igual de rápido que llegó.

La Fórmula 1, pese a cierta desproporción británica, tiene una diversidad de nacionalidades en la parrilla suficientemente amplia. Pero esto no es algo ni fácil ni rápido de conseguir y aquí es donde Liberty va a sufrir más. No se puede culpar a España e Italia que, por tradición, cultura motera, instalaciones y clima, sean máquinas de sacar buenos pilotos como churros. Basta irse en invierno a muchas pistas de karting del Mediterráneo, viendo competir a cientos de niños muy pequeños, para darse cuenta de la enorme dificultad de replicar el modelo de escalera de talento hispanoitaliana.

Lo de los pilotos es algo que, por las razones explicadas, se tomará su tiempo, pero hay otras medidas para aumentar la popularidad del deporte a nivel global, que Dorna no hizo en su momento y que Liberty acometerá. La principal diferencia es que en el accionariado ya no hay un fondo de inversión, sino una empresa de entretenimiento. Ambas quieren ganar dinero, pero mientras que los primeros buscan maximizar su inversión lo antes posible, los segundos buscan una estrategia que dé réditos sostenibles en el largo recorrido.

placeholder Foto conmemorativa de MotoGP. (MotoGP)
Foto conmemorativa de MotoGP. (MotoGP)

Cambios en circuitos y derechos de emisión

Por mucho que nos afecte a nosotros, desde una perspectiva comercial global a largo plazo, no tiene sentido cuatro Grandes Premios en un mismo país, como ocurre actualmente en España. Carmelo Ezpeleta, el gran jefe del mundial de motociclismo, sabía perfectamente esto. La cuestión ha sido que, mientras los circuitos españoles pagaran más que otros por albergar carreras, esto no iba a cambiar. Cuando tienes a Bridgepoint, (el fondo de inversión anterior accionista mayoritario de Dorna) apretándote detrás, la visión a largo plazo pasa a segundo plano.

Lo mismo ha venido sucediendo con muchos de los acuerdos de difusión televisiva que, aunque a corto plazo resultaran lucrativos, son contraproducentes para el crecimiento del deporte. No todo es malo en un fondo de inversión porque en el caso concreto de Bridgepoint-Dorna, su dinero sirvió para elevar los estándares de la competición hasta convertirla en una de las más profesionales del mundo. Pero cumplida esa misión, si Liberty da los pasos adecuados, su llegada es más que positiva para MotoGP.

Habrá cambios en el calendario, va a haber un enfoque muy diferente en el apartado de derechos de difusión y el poderío de una de las principales empresa globales del mundo del entretenimiento se va a notar. Pero un error grave sería extrapolar directamente éxitos de la Fórmula 1 a MotoGP, subestimando la diferente naturaleza de ambas especialidades. Lo que sí es indudable es que muchos errores cometidos por Liberty Media en sus primeros años como propietario de la Fórmula 1, aquí no se van a cometer. Al menos, en ese 50% aproximado de aficionados que se solapan entre ambas especialidades.

La Fórmula 1 va económicamente como un tiro y quien más se va a beneficiar de forma colateral en esta nueva era va a ser MotoGP. No descarten, de hecho, que en los Grandes Premios que se incorporen al calendario o renueven su presencia con la Fórmula 1, tengan ahora que esforzarse mucho donde antes no lo hacían con MotoGP. Incluso, no será en absoluto de extrañar que motos y coches compartan fin de semana juntos en el mismo circuito. Hay un plan. De esto podemos estar seguro.

La compra de Dorna por parte de Liberty, gigante americano del entretenimiento, ha lanzado muchas preguntas acerca del futuro de la especialidad cumbre del motociclismo. Está claro que van a cambiar cosas, pero en el paddock de Silverstone este fin de semana se respiraba una mezcla de escepticismo y optimismo a partes iguales. El aficionado a las motos es celoso de su identidad y, en general, más purista que el de los coches. Es lógico que haya cierta inquietud al pensar que el propietario de la Fórmula 1 desnaturalice MotoGP.

Marc Márquez
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