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Cinco años sin Ángel Nieto: así fue la pillería de 'calle' que le permitió ganar su Mundial 12+1
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Cinco años sin Ángel Nieto: así fue la pillería de 'calle' que le permitió ganar su Mundial 12+1

La leyenda española consiguió derribar todo tipo de muros para hacer que el motociclismo fuera atractivo en nuestro país... pero siempre con la pillería y la superstición por banderas

Foto: Imagen promocional de la serie documental sobre Ángel Nieto. (Amazon)
Imagen promocional de la serie documental sobre Ángel Nieto. (Amazon)

Este miércoles se cumplen cinco años del triste fallecimiento de Ángel Nieto, la gran leyenda del deporte española y mundial. Si por algo destacó el piloto zamorano a lo largo de su historia es, sin ningún género de dudas, por ser un pionero y ser encargado de abrir la puerta de motociclismo de par en para nuestro país. Sin la semilla de Nieto, no hubieran llegado los Cardús, Crivillé, Alzamora, Lorenzo, Pedrosa o Márquez, entre muchos otros, y fue el gran ejemplo a nivel mundial de lo que significaba competir al máximo nivel. Pero si por algo destacó siempre fue por su pillería en pista.

Uno de los elementos que más diferenciaba a Ángel Nieto del resto de pilotos era su capacidad para sacar ventaja competitiva allá donde otros solo veían un problema. Era bastante habitual que realizara malas salidas y que, con el paso de las vueltas, fuera remontando hasta alcanzar la cabeza de carrera. Y, casi siempre, esperaba a las últimas curvas del último giro para llevar a cabo el adelantamiento definitivo con el que ganaba. Era parte de su estrategia. Pero su manera de correr tampoco se entendería sin sus manías, que utilizaba modo de ritual para concentrarse.

Foto: El expiloto Ángel Nieto (EFE/Román Ríos)

Como es de sobra conocido, odiaba el número 13, pues pensaba que le traía verdaderamente mala suerte. Pero no era la única manía con la que contaba y una de las más curiosas tenía que ver con los monos nuevos. Ángel Nieto aseguraba que siempre que estrenaba mono, sufría una caída, lo que le llevó a tomar una decisión: cada vez que contaba con una prensa nueva, la arrastraba por el asfalto hasta arañarla de manera notoria. Así creía que evitaría irse al suelo. Pero, sin duda, una anécdota cargada de astucia que tuvo lugar el día que consiguió su campeonato 12+1 es la que resume a la perfección el estilo pillo de Nieto.

Era el 5 de agosto de 1984 y el español se jugaba en Silverstone ganar un nuevo Mundial de 125cc. Hasta el momento, sumaba cinco victorias en las cinco pruebas disputadas con su Garelli, pero su perseguidor, Eugenio Lazzarini, había hecho podio en las cinco carreras y, por tanto, estaba muy cerca de él en la clasificación. Nieto quería ganar en el circuito británico con la intención de cerrar el título lo antes posible y, así, no disputar las últimas dos pruebas del Mundial, para cogerse vacaciones desde ese mismo día que ya era campeón. Pero una de sus habituales manías pudo acabar en drama.

Siempre que salía a pista, durante la vuelta de calentamiento, solía golpear el manillar para comprobar que se encontrase bien anclado. Cuál fue su sorpresa en Silverstone cuando, en pleno reconocimiento, uno de esos golpes de suyos provocó que su guía se partiera y se saliera de su sitio. Al llegar a la línea de salida, donde se encontraban todos los mecánicos -eran otros tiempos muy distintos a los actuales-, Nieto les comentó lo que acaba de pasar y todos se echaron las manos a la cabeza, pues no había tiempo material para cambiar el manillar. Fue entonces cuando Ángel Nieto 'encontró' la solución.

Quedaban pocos segundos para que se diera la salida y, en ese momento, el español dio una patada a una caja de herramientas que había junto a su moto. Aquel puntapié provocó que toda la pista se llenara de todo tipo de herramientas y, por tanto, los comisarios no tuvieron más remedio que retrasar la salida. En ese momento de confusión, en el que alguno de sus mecánicos comenzaban a recoger los utensilios que había en el asfalto, otros corrieron hasta el box para coger otro manillar y atornillarlo a su moto a toda velocidad. En el momento en el que la pista estaba completamente recogida, Nieto ya tenía un manillar nuevo en su moto.

La prueba comenzó con retraso, pero Ángel Nieto no tardó muchas vueltas en convertirse en campeón de 125cc y lograr sus 12+1 Mundiales, después de que Lazzarini rompiera el motor de su montura. A pesar de ello, Nieto quiso celebrar el campeonato con una nueva victoria, lográndola tras adelantar a Fausto Gresini en los últimos compases de prueba. A pesar de que aquel día confirmó que se iba de vacaciones, los jefes de Garelli le convencieron para correr la última prueba, en Mugello. ¿Saben qué pasó? Que Ángel Nieto tuvo una grave caída que incluso le hizo pasar por quirófano. Quizás tuvo que ver que aquella prueba se corrió un día 13

Este miércoles se cumplen cinco años del triste fallecimiento de Ángel Nieto, la gran leyenda del deporte española y mundial. Si por algo destacó el piloto zamorano a lo largo de su historia es, sin ningún género de dudas, por ser un pionero y ser encargado de abrir la puerta de motociclismo de par en para nuestro país. Sin la semilla de Nieto, no hubieran llegado los Cardús, Crivillé, Alzamora, Lorenzo, Pedrosa o Márquez, entre muchos otros, y fue el gran ejemplo a nivel mundial de lo que significaba competir al máximo nivel. Pero si por algo destacó siempre fue por su pillería en pista.

Uno de los elementos que más diferenciaba a Ángel Nieto del resto de pilotos era su capacidad para sacar ventaja competitiva allá donde otros solo veían un problema. Era bastante habitual que realizara malas salidas y que, con el paso de las vueltas, fuera remontando hasta alcanzar la cabeza de carrera. Y, casi siempre, esperaba a las últimas curvas del último giro para llevar a cabo el adelantamiento definitivo con el que ganaba. Era parte de su estrategia. Pero su manera de correr tampoco se entendería sin sus manías, que utilizaba modo de ritual para concentrarse.

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