Es noticia
Hay que seguir aunque duela: el motivo por el que los pilotos corrieron en Italia
  1. Deportes
  2. Motociclismo
Una decisión controvertida

Hay que seguir aunque duela: el motivo por el que los pilotos corrieron en Italia

La muerte de Jason Dupasquier ha dejado conmocionado al paddock de MotoGP, que con gran pesar de todos ha tenido que tirar hacia adelante con el Gran Premio

Foto: Todos los pilotos quisieron rendir homenaje a Jason Dupasquier. (Reuters)
Todos los pilotos quisieron rendir homenaje a Jason Dupasquier. (Reuters)

Desgraciadamente, a veces nos encontramos con una tragedia así, la muerte de un piloto en una carrera. Es un impacto muy grande porque la muerte de una persona joven, de solo 19 años como tenía Jason Dupasquier, es un hecho contra natura. Pero no podemos olvidar el tan repetido y manido comentario de que el motociclismo es un deporte de riesgo. Tristemente, de cuando en cuando, la tragedia ensombrece la competición, por más que tanto el promotor del campeonato, Dorna, como la Federación Internacional de Motociclismo, hayan conseguido mejorar enormemente las condiciones de seguridad de la competición. Sin embargo, el riesgo cero es imposible, es una utopía, y hay que asumir el peligro que acompaña a las emocionantes carreras motociclistas.

Foto: Dupasquier en acción durante el anterior Gran Premio de Le Mans. (EFE)

En la actualidad, la muerte de un piloto quizás nos impacta mucho más porque no forma parte de nuestro deporte, porque afortunadamente hace mucho que ha dejado de ser un hecho con el que se tenía que convivir en las carreras. En otro tiempo, hace varias décadas, la tragedia siempre acompañaba al campeonato, aunque aquello no hacía que una muerte fuera menos sentida por ser más habitual. El dolor es el mismo hoy que en 1970. Seguramente mucha gente haya pensado por qué no se ha interrumpido el programa de carreras, por qué se han disputado Moto2 y MotoGP una vez que se ha conocido el fallecimiento de Dupasquier.

Los pilotos de Moto3 corrieron con la esperanza de que les llegaran más y mejores noticias de la Clinica Careggi de Florencia, pero poco después de terminar su emocionante carrera, el paddock de Mugello recibió la terrible noticia de su muerte, con los pilotos de Moto2 ya en capilla, listos para saltar a pista. Ninguno conoció el desenlace hasta el final de su carrera.

placeholder Fabio Quartararo dedica su victoria en Italia al fallecido Dupasquier. (EFE)
Fabio Quartararo dedica su victoria en Italia al fallecido Dupasquier. (EFE)

Y todos, con la parrilla de MotoGP ya formada, rindieron homenaje al desafortunado piloto suizo, y salieron a carrera con el corazón hecho jirones. 'Pecco' Bagnaia, en la rueda de prensa tras la carrera, ha asegurado que era difícil conseguir concentrarse en la carrera después del minuto de silencio. ¿Quizás lo mejor habría sido no hacer la carrera? Es tan difícil entender tanto eso como lo contrario. ¿Por qué no hacerla? Eso decía Fabio Quartararo, que ha reconocido la dificultad que ha tenido para mantener la concentración, pero que quería correr y ganar por y para Dupasquier.

Correr fue la mejor forma de rendir homenaje

Todos los pilotos corrieron porque no conocen mejor forma de rendir homenaje a Jason: salir a pista y darlo todo, ofrecer la mejor carrera que les permite su capacidad y su talento, poniendo toda su sensibilidad en juego. Corrieron porque los allegados de Dupasquier así lo quisieron, su familia y su equipo. Al igual que sucediera hace ahora casi cinco años, cuando Luis Salom perdió la vida durante los entrenamientos del Gran Premio de Cataluña de 2016, la organización preguntó a su familia y a su equipo qué hacer, si deseaban que se suspendiera el Gran Premio. Pero no quisieron que se dejara de correr. Si se deja de correr, ¿qué sentido tiene la pérdida de Jason, de Luis, de Marco, de Shoya…?

placeholder Dupasquier en acción durante esta temporada. (EFE)
Dupasquier en acción durante esta temporada. (EFE)

A veces reconozco que es difícil de entender esta mentalidad. En momentos críticos y dolorosos como el de hoy, los pilotos se aferran a lo que para ellos solo tiene sentido: la competición. Corren por ellos y para los demás; corren por los que están y por los que se han ido. Corren aunque les duela, porque a veces el motociclismo es doloroso, como hoy. O como el sábado. A miles de kilómetros de Mugello, en Jerez, un aficionado que seguramente tendría previsto sentarse hoy delante del televisor para ver el Gran Premio de Italia, perdía la vida en una tanda de entrenamientos para pilotos amateur. Nuestro pequeño mundo, en ocasiones, es así de doloroso.

Nadie es ajeno a esta realidad. La familia Dupasquier llevaba la competición en la sangre. Philippe, el padre, había sido un piloto de motocross de buen nivel en el Campeonato del Mundo de 125, donde cosechó incluso algunos podios durante la década de los noventa y en los primeros años del nuevo siglo. Como todos los que compiten, él también conocía de primera mano los riesgos de este deporte que tanto le apasionó y que tanto disfrutó compartiéndolo con su hijo. Ahora, tristemente, ha sufrido lo peor que le puede pasar a unos padres. No hay consuelo suficiente, no hay palabras, nada puede mitigar este daño.

placeholder Todos los equipos quisieron dedicarle un sentido adiós. (EFE)
Todos los equipos quisieron dedicarle un sentido adiós. (EFE)

Apenas hemos tenido tiempo de conocer a Jason, que había debutado en el Mundial el año pasado y este comenzaba a despuntar, ayudado por el múltiple ex campeón de Europa de 250 Álvaro Molina, que ejerce de coach para él y para el veterano Thomas Luthi, también suizo, como Dupasquier, procedentes de un país en el que las competiciones de motor están prohibidas desde 1955, por lo que encontrar pilotos de esta nacionalidad llega a resultar algo milagroso. Viendo su buen hacer en las primeras carreras de la temporada, Dupasquier llevaba camino de abrirse hueco en la siempre complicada y exigente categoría de Moto3, confiando en que, más pronto que tarde, pudiera llegar a ser uno de esos exóticos hombres, Luigi Taveri, Fritz Scheidegger, Rolf Biland, Bruno Holzer, Stefan Dorflinger y Thomas Luthi, que un día llegaron a campeones del mundo en un país donde las carreras están prohibidas.

Desgraciadamente, a veces nos encontramos con una tragedia así, la muerte de un piloto en una carrera. Es un impacto muy grande porque la muerte de una persona joven, de solo 19 años como tenía Jason Dupasquier, es un hecho contra natura. Pero no podemos olvidar el tan repetido y manido comentario de que el motociclismo es un deporte de riesgo. Tristemente, de cuando en cuando, la tragedia ensombrece la competición, por más que tanto el promotor del campeonato, Dorna, como la Federación Internacional de Motociclismo, hayan conseguido mejorar enormemente las condiciones de seguridad de la competición. Sin embargo, el riesgo cero es imposible, es una utopía, y hay que asumir el peligro que acompaña a las emocionantes carreras motociclistas.