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La resurrección de Maverick Viñales con una extraña metodología
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La resurrección de Maverick Viñales con una extraña metodología

Maverick Viñales ha conseguido el primer podio de la temporada, el primero desde su victoria en Australia en octubre. Sigue teniendo carencias, pero ¿es el inicio de su recuperación?

Foto: Maverick Viñales durante el GP de España. (EFE)
Maverick Viñales durante el GP de España. (EFE)

Pisar el podio de MotoGP siempre supone una recarga energética fundamental en un deporte como éste, tan ingrato en ocasiones. Hollar ese cajón mágico cuando nadie cuenta contigo tiene un valor intangible. Qué le pregunten a Fabio Quartararo lo que habría dado por acabar este domingo en el GP de España en ese podio después de haber hecho historia como el autor de la pole más joven de todos los tiempos. Habría cambiado ese hito por saborear ese espumoso italiano con el que ahora brindan y se riegan los triunfadores de MotoGP. Pero no pudo ser.

Para Maverick Viñales, el tercer puesto de Jerez y los honores del podio tienen el valor de una victoria, porque no debía tener muy claro que llegaría a él. Es difícil saber si este resultado marca el comienzo del resto de la temporada o es un episodio más de alegrías y tristezas que se vienen sucediendo en el garaje de Yamaha desde hace casi dos años.

Sin duda que la energía que le proporciona el podio le permitirá acudir con más moral y más confianza a un circuito grato y favorable como es Le Mans. Viñales necesitaba esto, el cariño de un buen resultado, para seguir creyendo en sí mismo, porque en un deporte duro y exigente como el motociclismo no basta el calor de los tuyos y las buenas palabras de la gente que te rodea; si los resultados no acompañan, se pierde la fe. Porque éste es un deporte de método, pragmático y cartesiano, pero también de mucho corazón.

La metodología de Viñales

Me siento desconcertado por el método de trabajo de Viñales, por el frecuente recurso que hace de los compuestos blandos durante las sesiones de entrenamiento. Los neumáticos blandos se utilizan básicamente en la sesión clasificatoria (Q2), pero también para amarrar tiempos en la tercera sesión libre e intentar asegurar el paso directo a la Q2, pero Viñales ya usó uno de estos neumáticos en la segunda sesión, y gastó dos al empezar la tercera –en vez de guardarlos para el final- con lo que falló en el intento de ganarse directamente la Q2 y tuvo que pasar por el purgatorio de la Q1, gastando dos neumáticos blandos más, con lo que en la Q2 sólo tuvo uno a su disposición. Fue una maniobra muy arriesgada que estuvo a punto de terminar en desastre.

Pero salvó la situación con una positiva quinta plaza en la parrilla. Viñales comentó tras la carrera que resultó esencial algo que descubrieron en la cuarta sesión. Allí, en su última salida a pista, montó el compuesto medio delante y duro detrás, y fue segundo. Y volvió a hacerlo en el 'warm up' del domingo por la mañana; y volvió a ser segundo. Y ésa fue su elección para la carrera.

El planteamiento, la clave

Probablemente, la elección de esos neumáticos no haya sido la clave de su buen resultado. Ni tampoco su buena salida, en la que le ganó el sitio a Andrea Dovizioso, a pesar de la poderosa arrancada desde debajo de la Ducati. Lo esencial en el buen resultado ha sido su planteamiento en las primeras vueltas, las mismas que en otras ocasiones han hecho de lastre, arrastrándolo al fondo.

Viñales reconoce que no tenía buenas sensaciones con el agarre en los dos primeros giros, pero en vez de empeñarse ciegamente en seguir la estela de las Yamaha satélite de Morbidelli y Quarataro, que cada vuelta que daban por delante de él era una punzada en su orgullo como piloto de fábrica de Yamaha, decidió reservar las gomas, porque sabía que su final era poderoso. Y sólo así, sabiendo renunciar al protagonismo de las primeras vueltas, consiguió llegar a la gloria del final, y consiguió batir a ese maestro de la estrategia que es Dovizioso, siempre sorprendente en el final, siempre hábil en el uso de los neumáticos.

El cuarto de Dovizioso tampoco es mal resultado para Ducati en una pista que no es excesivamente propicia para la marca italiana, pero no es buena señal para ellos: Honda y Márquez están delante en cualquier terreno, pero Ducati y Dovizioso vemos que todavía flojean en algunos. La Desmosedici todavía no es una moto 100% ganadora.

Pisar el podio de MotoGP siempre supone una recarga energética fundamental en un deporte como éste, tan ingrato en ocasiones. Hollar ese cajón mágico cuando nadie cuenta contigo tiene un valor intangible. Qué le pregunten a Fabio Quartararo lo que habría dado por acabar este domingo en el GP de España en ese podio después de haber hecho historia como el autor de la pole más joven de todos los tiempos. Habría cambiado ese hito por saborear ese espumoso italiano con el que ahora brindan y se riegan los triunfadores de MotoGP. Pero no pudo ser.

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