Jorge Lorenzo toca fondo: cómo remar en su peor momento

“Carrera para olvidar, nunca tuve ritmo de carrera. Estoy triste y decepcionado. Probablemente este sea el momento más duro desde que estoy en Ducati”. Jorge Lorenzo, con el gesto serio y los brazos cruzados, esperaba estoicamente el micrófono de ‘Movistar’ para realizar una autocrítica sin reparos. En Austin, undécimo, ha tocado fondo tanto con Ducati como en su trayectoria deportiva en MotoGP: nunca antes había sumado sólo 6 puntos en las tres primeras carreras de la categoría reina.

Cuando su etapa en el motociclismo comenzaba a ser sólida, una de las decisiones más complejas que debió tomar para seguir avanzando fue el de dejar de lado a su padre para continuar escuchando otro tipo de consejos. Con el paso del tiempo, su timidez delante de las cámaras –que a veces se tornaba en una declaración a pecho descubierto- las fue superando también con ayuda de profesionales a su alrededor. También fue capaz de que en Yamaha, un equipo hecho por y para Valentino Rossi, creyeran en sus posibilidades más que en las del mito italiano. Antes ya había enterrado el hacha de guerra con Dani Pedrosa y hasta su desembarco en Ducati su reputación y popularidad había aumentado por su actitud tanto dentro como fuera de la pista (de ahí la apuesta económica de más de una decena de millones de euros anuales para el balear). La vida de Jorge Lorenzo no ha sido en línea recta, ha tenido curvas que ha ido sorteando y ahora está en una de las más complejas: dominar la GP18.

Una de las características de la personalidad de Jorge Lorenzo es su determinación y la búsqueda de soluciones y la elección del mejor camino. Tras abandonar Yamaha hace más de un año, ¿era Ducati la mejor elección? A toro pasado, y a final de año, sólo él tendrá la respuesta porque a la importante suma económica deberá sumar el aprendizaje para el futuro de este año y poco, de momento. “Esperemos que en Europa mejore la cosa”, señalaba el de Palma tras la carrera. La siguiente parada es en casa, Jerez.

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El Jorge Lorenzo más físico

En Texas, la Ducati no iba bien y prueba de ello es el quinto puesto de Dovizioso, que sí parece haber domado la dura GP18. Además, los dos pilotos que llevan la GP17 también terminaron por delante de Jorge. “Me está costando más con esta. La nueva Ducati tiene puntos positivos, pero también, negativos. Quizá para dos vueltas, abusando de la electrónica, se puede ir más rápido, pero para ritmo de carrera me está costando más. Es una moto más física”. Y si algo ha entrenado a conciencia este año Lorenzo es el físico, realizando una dieta más estricta y poniendo fuera de la pista todo lo que está en su mano. De momento, insuficiente.

Cuantas más curvas tenga el trazado, más complicado de exprimir las características de la Ducati (exige una manera diferente de entrar y salir de cada giro) y en Austin, para el español, ha quedado reflejado en relación al récord del circuito que durante la pretemporada dejó en Malasia y sus largas rectas. ¿De un extremo a otro en sólo unas semanas? El piloto que cumplirá la próxima semana 31 años llegaba al Circuito de Las Américas con la intención de “mejorar sensaciones” y regresó con el objetivo tocado.

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La fortaleza mental para no dejar caer los brazos resultan clave a la hora de seguir intentando el objetivo de aquí hasta final de temporada no sólo para ayudar al equipo liderado por Dovizioso, sino para labrarse un futuro tras un contrato que finaliza este año. Con las puertas de Honda y Yamaha cerradas, a día de hoy una oferta a la baja de Ducati o un vuelo a Suzuki son las opciones aparentemente más reales. No obstante, el panorama puede cambiar y a peor no puede ir… Es cuestión de dar con ese clic con el que Dovi dio hace más de un año.