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Márquez y Dovizioso, dos enfoques diferentes para un mismo objetivo
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empatados en el liderato del mundial

Márquez y Dovizioso, dos enfoques diferentes para un mismo objetivo

Márquez y Dovizioso se encuentran empatados a puntos y victorias. A falta de cinco carreras, los dos comparten resultados y posición, pero lo afrontan de modos casi opuestos

Foto: Márquez lidera en la carrera de Misano. (EFE)
Márquez lidera en la carrera de Misano. (EFE)

La lluvia ha vuelto a marcar las diferencias entre los aspirantes al título de MotoGP. Hay quien sostiene que las carreras en mojado son una lotería, pero ese comentario no deja de ser más que un tópico de la competición. La lluvia es un terreno selectivo, y en una situación tan apretada como la que se está dando en el presente campeonato separa el grano de la paja: ayuda a distinguir a los pilotos que se sienten con confianza para afrontar todas las condiciones de carrera, de los que tienen inseguridades. Hemos visto como Marc Márquez y Andrea Dovizioso, con diferentes planteamientos, han corrido sin miedo, mientras que a Maverick Viñales le ha faltado confianza.

Por mucho que anteriores experiencias le hayan jugado una mala pasada a Márquez, éste no abandona su carácter, su personal forma de concebir las carreras. Busca el límite, se exprime al máximo, y eso le lleva a caer mucho, demasiado. Si usamos como referencia el número de caídas que ha sufrido a lo largo de la presente temporada para calibrar el nivel de riesgo que asume, las veinte caídas -sí, veinte- que acumula ya en este año demuestran que está corriendo constantemente en busca del límite, sin saber a ciencia cierta dónde se encuentra. Eso es consecuencia de la situación por la que pasa, una moto que sigue afinando y ajustando día a día, y que todavía sigue dándole sorpresas.

Foto: Danilo Petrucci (i.), Marc Márquez y Andrea Dovizioso (d.) en el podio de San Marino. (EFE)

Y a pesar de los pesares, Márquez corre sin miedo. “Puerta grande o enfermería”, era su lema en el pasado, como si de un legionario se tratara. Ese todo o nada no tendría que ser el eslogan de uno que se juega el Mundial, pero así es Márquez. Y si no fuera así, ya no sería Márquez. Cuando hace un mes perdió en el Red Bull Ring austriaco a manos de Dovizioso, Márquez confesó que no habría dormido tranquilo si no hubiera intentado aquel último adelantamiento. El domingo en Misano, tampoco habría dormido tranquilo si se hubiera conformado con quedar segundo tras Danilo Petrucci. Y se la jugó en la última vuelta, y le salió bien.

No todo el mundo se puede permitir semejante lujo, no todo el mundo irradia tanta confianza ni tiene esa seguridad en sí mismo que derrocha Márquez. De momento su plan funciona. Quizás algunos pensaban que después de la caída sufrida en el “warm up”, la tercera del fin de semana, la vigésima del año, celebrada con pitos y aplausos desde las gradas amarillas del circuito de Misano, se frenaría un poco, pero quien piense así es que no lo conoce.

Fallar significaba un pie fuera del Mundial, decir medio adiós a la lucha por el título. Si hubiera fallado, ahora mismo estaría 30 puntos por detrás de Dovizioso, y adiós al Mundial habría sido el titular de la carrera, pero este es mi estilo, y con este estilo he conseguido cinco títulos e intento gestionar el riesgo”, dijo, con una voz afónica, castigada por los gritos que soltó dentro del casco nada más cruzar la meta, gritos de tensión, de presión, gritos de dureza, gritos en una carrera que, como todos sabían, resultaba crucial para la lucha por el título.

placeholder Dovizioso. (Reuters)
Dovizioso. (Reuters)

Dovizioso, atento

El carácter de Dovizioso es completamente diferente. Es un piloto tranquilo, y no asume más riesgos de los necesarios. Y no es porque sienta menos confianza que Márquez, ni mucho menos. Dovizioso, que posee una fortaleza mental ejemplar, simplemente se plantea las cosas de otro modo, y su estrategia es igualmente válida.

Misano no era una pista idónea la Ducati, pero acabar en el podio supone todo un éxito para Dovizioso, que nunca había alcanzado el “cajón” en la pista del Adriático. Por eso el tercer puesto se jaleó como una victoria en su “box”. Dovizioso volvió a hacer su carrera, siempre atento a Márquez, siempre en vanguardia, sin perder de vista los movimientos de Marc y de Petrucci que, de nuevo ha vuelto a hacer segundo en una jornada pasada por agua, como hace dos años en Silverstone, el día de su primer podio en MotoGP. “Hacer tercero en estas condiciones, con tantas caídas, es como una victoria en Misano”, dijo Dovizioso.

Foto: Viñales será la cabeza visible de Yamaha en Italia. (EFE/EPA)

El piloto de Ducati actuó con su habitual pragmatismo. El podio era un éxito, sin duda, y querer aspirar a más era tentador pero muy arriesgado, sobre todo sabiendo que para aspirar a más tendría que entrar en disputa de nuevo con Márquez, con mayor riesgo del que vivieron en Austria semanas atrás. Optó por amarrar el resultado. Poco a poco se va realizando una criba entre los candidatos de MotoGP. Márquez y Dovizioso son los claros aspirantes; Viñales también, pero lleva sin ganar desde mayo…

En entrenamientos, Viñales decía que incluso en mojado se podían aprovechar las mejoras alcanzadas en la electrónica, pero a la hora de la verdad, le costó muchísimo ganar confianza. Su primera mitad de carrera fue una continua sangría en los tiempos, y sólo en la parte final tuvo un ritmo constante, pero siempre dejándose décimas frente al trío de cabeza. Tras la carrera, fue autocrítico: “Si queremos ganar el título tenemos que estar delante en agua”, asumió, y aunque sigue quejándose de problemas de tracción, reconoce que el nuevo chasis le ayuda.

Sin embargo, Viñales va a necesitar mucho más que eso para recuperar la confianza perdida, porque ahora el Mundial encara una serie de carreras en las que las variables climatológicas entran en juego, y el piloto de Yamaha no las tiene todas consigo.

La lluvia ha vuelto a marcar las diferencias entre los aspirantes al título de MotoGP. Hay quien sostiene que las carreras en mojado son una lotería, pero ese comentario no deja de ser más que un tópico de la competición. La lluvia es un terreno selectivo, y en una situación tan apretada como la que se está dando en el presente campeonato separa el grano de la paja: ayuda a distinguir a los pilotos que se sienten con confianza para afrontar todas las condiciones de carrera, de los que tienen inseguridades. Hemos visto como Marc Márquez y Andrea Dovizioso, con diferentes planteamientos, han corrido sin miedo, mientras que a Maverick Viñales le ha faltado confianza.

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