Es noticia
Dovizioso encumbra a Ducati mientras Lorenzo hace lo que puede
  1. Deportes
  2. Motociclismo
el español fue octavo en mugello

Dovizioso encumbra a Ducati mientras Lorenzo hace lo que puede

Superada la euforia, llega el momento de hacer balance. En Ducati se viven sentimientos enfrentados: la felicidad por el triunfo de Dovizioso frente a la inquietud por el rendimiento de Lorenzo

Foto: Jorge Lorenzo acabó octavo en el Gran Premio de Italia, a más de 14 segundos de su compañero Andrea Dovizioso. (EFE)
Jorge Lorenzo acabó octavo en el Gran Premio de Italia, a más de 14 segundos de su compañero Andrea Dovizioso. (EFE)

En las anteriores catorce ediciones del Gran Premio de Italia, Ducati sólo había conseguido la victoria en una ocasión. Fue, cómo no, obra de Casey Stoner, en 2009. La pista de Mugello, a pesar de ser teóricamente favorable al fabricante italiano por su alta velocidad punta, no había sido un circuito especialmente propicio para Ducati, pero este fin de semana Andrea Dovizioso logró lo máximo que un piloto italiano puede lograr: ganar el Gran Premio de Italia con una moto italiana. El último que lo había conseguido fue Gianfranco Bonera, con MV Agusta, en el Gran Premio de las Naciones de 1974, en Imola, después de que Giacomo Agostini se quedara sin gasolina en la última vuelta.

Hace ya 45 años desde que un italiano ganara el Mundial de la máxima categoría con una moto italiana, un hito que pertenece al grandísimo Agostini, aunque alcanzar este objetivo es algo que pocos contemplan, a pesar de que Dovizioso se haya situado segundo en la clasificación general. ¿Cambiará esa forma de pensar tras la victoria de 'Dovi'?

Ducati ha saldado de forma positiva su paso por Mugello. El equipo se había planteado todo tipo de escenarios para poder encarar la situación, aunque seguramente lo último que contemplaban era un final feliz, con Dovizioso en lo más alto del podio. Todo en Ducati gira en torno a Lorenzo, y es lógico porque se trata de su gran fichaje, su apuesta máxima, por eso tras una jornada como la del domingo, en la que Dovizioso gana y Lorenzo no sólo es octavo, sino que además es la cuarta Ducati de carrera tras Dovizioso, Petrucci (3º) y Bautista (5º), con dos motos satélite, hay que pararse a pensar en las prioridades del equipo. Al menos, las prioridades para 2017.

Dovizioso pone los resultados

La situación no es cómoda para nadie, ni para Ducati, ni para Lorenzo ni tampoco para Dovizioso, que ha asumido su papel de número dos con nobleza, gracias a su buen carácter. Es un piloto con temple, que no se altera. Pero no se contenta con cualquier cosa. Asume su papel en esta situación. A pesar de cobrar doce veces menos que Lorenzo, sus resultados están salvando la cara de Ducati. Pero él no hace declaraciones grandilocuentes ni intenta poner colorado a nadie. Sólo trabaja, por él y por el equipo, y cumple con su labor.

Y no se llama a engaños: Dovizioso asegura que sabía perfectamente que Lorenzo lo iba a pasar mal en Ducati, aunque valora el rendimiento de su compañero con justicia y realismo. “No me han sorprendido los resultados de Lorenzo. Él es rápido, y la Ducati ha funcionado bien en esta situación, pero en otras ocasiones no es así, y esto quiere decir algo. Lorenzo no tiene la experiencia suficiente sobre esta moto para abordar situaciones así”, dijo en Mugello, en un excelente análisis.

A pesar de su brillante palmarés, nunca se ha considerado a Dovizioso un superserie. En MotoGP, primero está el grupo de los fantásticos, que puede ser de cuatro o cinco elementos si Dani Pedrosa se encuentra suficientemente entonado, y luego están los aspirantes. Ahí encontramos a Dovizioso, aunque puede que haya que dejar de pensar en él de esa manera. Pero él es, de nuevo, quien planta los pies en el suelo y nos descubre la verdadera posición en la que se encuentra Ducati. La eficacia de esta moto depende de las circunstancias. “Hay que ser realista: el diseño de la pista nos ha favorecido, y los factores negativos de nuestra moto no nos han afectado tanto como en otros circuitos”, admitió Dovizioso. Con gran honestidad, reconoció que se dio una situación adecuada y él la aprovechó.

Gran capacidad de adaptación

Hay que reconocer que no es fácil saber gestionar una situación así: sacar las castañas del fuego al equipo cuando la estrella de la escudería está lejos de controlar la situación. No es la primera vez que pasa por algo así. Dovizioso aterrizó en Ducati en el peor momento: con el departamento de carreras arrasado tras el paso de Valentino Rossi. Defenestrado Filippo Preziosi, el 'padre' de la Desmosedici, la 'troika' —el Grupo Volkswagen, nuevo propietario de la marca— colocó a un comisario político en Ducati Corse, Bernhard Gobmeier, para dirigir el equipo. La llegada de Gigi Dall’Igna, el hombre del cambio, no se produciría hasta un año después. Por tanto, no era el entorno más cómodo para un piloto, pero Dovizioso, que el año anterior había sido cuarto en el Mundial con la Yamaha satélite de Tech 3, apechugó con las circunstancias.

Dovizioso sabe adaptarse y ser positivo. No pierde la calma ni se enciende, ni da patadas por debajo de la mesa. Es un tipo noble rodeado de un pequeño y familiar entorno de colaboradores que le acompaña desde tiempo atrás, lo que le da mucha seguridad y confianza en sí mismo. Y tampoco es tonto. A pesar de cobrar muchísimo menos que Lorenzo, sabe exprimir la ventaja que disfruta frente a su compañero, esas cuatro temporadas de experiencia que acumula sobre la Ducati.

Él sabía positivamente que en la mayoría de las carreras quedaría por delante de Lorenzo, y por eso pidió a Ducati una cláusula en su contrato que contemplara una prima por cada carrera en la que quedara por delante del mallorquín… De momento, de las cinco carreras que ambos han terminado, Dovizioso se ha impuesto en cuatro (Lorenzo solo fue mejor en Jerez). Eso se traducirá en un buen puñado de miles de euros a final de temporada, porque la situación tardará en invertirse.

En las anteriores catorce ediciones del Gran Premio de Italia, Ducati sólo había conseguido la victoria en una ocasión. Fue, cómo no, obra de Casey Stoner, en 2009. La pista de Mugello, a pesar de ser teóricamente favorable al fabricante italiano por su alta velocidad punta, no había sido un circuito especialmente propicio para Ducati, pero este fin de semana Andrea Dovizioso logró lo máximo que un piloto italiano puede lograr: ganar el Gran Premio de Italia con una moto italiana. El último que lo había conseguido fue Gianfranco Bonera, con MV Agusta, en el Gran Premio de las Naciones de 1974, en Imola, después de que Giacomo Agostini se quedara sin gasolina en la última vuelta.

Jorge Lorenzo
El redactor recomienda