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Lorenzo, campeón del mundo de MotoGP
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ganó en valencia; rossi remontó hasta ser cuarto

Lorenzo, campeón del mundo de MotoGP

Jorge Lorenzo es el nuevo campeón de MotoGP. Es su tercer título de la categoría reina y el quinto de su carrera. Rossi lo intentó, pero su bestial remontada sólo le permitió ser cuarto en la última cita

Foto: Jorge Lorenzo, campeón del mundo de MotoGP (Cordon Press).
Jorge Lorenzo, campeón del mundo de MotoGP (Cordon Press).

“Ha habido mucha presión. No he visto la pizarra, no la entendía, no podía ver cuántas vueltas quedaban… Así que sólo tiraba”. Estas fueron las primeras palabras de Jorge Lorenzo después de proclamarse campeón del mundo de MotoGP. Lo hizo con una carrera perfecta en la que no cometió errores; en definitiva, el mallorquín no pudo hacerlo mejor. La sensacional remontada de Valentino Rossi no sirvió para nada porque el italiano -cuarto- no pudo superar a las Honda, las mismas que batallaron hasta la última de las 30 vueltas del GP de Valencia. Tuvo que ser en la última carrera del año en la que, por primera vez, Lorenzo estuviera por delante de su compañero en los puntos. Eso sí, lo hizo en el momento más importante. Con el neumático delantero destrozado, Jorge no perdió ni un ápice de concentración para levantar su tercer título de MotoGP (el quinto en su carrera). Tras la temporada más vibrante de los últimos años, no es de extrañar que Lorenzo llorase emocionado y no se lo pudiera creer, pero como él mismo apuntó: “Ahora es fácil decir que soy tricampeón”.

Acompañaba el clima y mucho más el ambiente del Ricardo Tormo. Lleno hasta la bandera, la última cita del Mundial era una auténtica fiesta de las dos ruedas. El motociclismo disfrutaba como nunca y, por fin, los focos tenían dos puntos de atención: Valentino Rossi (312) y Jorge Lorenzo (305). La gran final (#TheGrandFinale en las redes sociales) había llegado; era el momento en el que los pilotos se quedan solos y tienen que dar todo lo que tienen. Tanto el italiano como el español tenían ante sí una carrera complicada en la que Jorge no debía pensar en que iba delante y Valentino tenía que sacarse de la cabeza que estaba por detrás. El segundo circuito más corto del calendario (sólo por detrás de Sachsenring), sus 120 kilómetros y las 30 vueltas que debían dibujar esperaban la última y más épica de las batallas.

Lorenzo y Rossi estaban separados por 75 metros; esta era la distancia entre la primera fila y la última. Nunca antes hubo tanta expectación en la parte trasera de la parrilla, allí donde hubo un invitado inesperado. Valentino no fue el último, ese lugar fue para Crutchlow que, durante la formación, se vio obligado a cambiar su moto debido a unos problemas y por ello la penalización le mandó al fondo de la parrilla. El italiano tenía un piloto menos que adelantar… y pronto serían dos porque Iannone se fue al suelo en la curva Champi (12) cuando la carrera dibujaba la cuarta vuelta. Antes de llegara ese punto, Lorenzo volvió a dejar su particular sello con una salida impecable desde la pole. El espectáculo estaba en la parte de atrás: en la primera vuelta Rossi era 14º mientras que en la segunda escaló hasta ser 12º.

En la cuarta vuelta, la curva 12 fue testigo de cómo Iannone se iba al suelo y dicho percance situaba a Valentino en la novena posición. En ese momento, el italiano estaba a tres segundos de Dovizioso, el piloto que ocupaba su objetivo: la cuarta posición. En ese momento, la carrera estaba en la parte de atrás. Rossi estaba protagonizando una remontada bestial en la que, por ejemplo, contó con la ayuda de Petrucci: el italiano miró hacia atrás y después se abrió. Vía libre para su compatriota que no tuvo demasiados problemas para adelantar a Smith. El de Yamaha ya era séptimo y por delante sólo quedaba el grupo de los Espargaró y compañía antes de atacar a la cabeza de carrera. No se esperaba Pol a Rossi en la curva seis (la que lleva el nombre de Ángel Nieto), probablemente supuso que lo intentaría en la ocho y el italiano no falló.

Resistió lo que pudo Aleix cuando Valentino le adelantó y le contestó haciendo lo propio. No tardó Rossi en aprovechar el interior para con una espectacular pasada dejar al mayor de los Espargaró atrás. Dovizioso tampoco fue rival para él y antes de que la carrera llegara al ecuador, el italiano de Yamaha ya era cuarto. Objetivo conseguido. A partir de ese momento, dependía de los tres pilotos de delante -Lorenzo, Márquez y Pedrosa por este orden-. Valentino había hecho todo lo que tenía que hacer: una remontada limpia (igual que la salida en la que superó a ocho hombres) y bestial en la que casi todos plantaron cara en la medida en la que les fue posible. ¿Y por delante? En los primeros compases Marc y Dani se molestaron, algo que benefició a Lorenzo aunque éste no consiguió abrir brecha suficiente entre él y las Honda.

A pesar de ello, batió el récord del Ricardo Tormo que ostentaba Márquez con un tiempo de 1:31.3; quedaba por ver si sería capaz de mantener ese ritmo en la segunda parte de la carrera. Giro a giro, fue abriendo hueco junto a las Honda aunque no conseguía irse y eso dibujaba una situación incómoda para el mallorquín porque tanto Marc como Dani podían adelantarle en cualquier momento. Mientras Pedrosa regulaba, Márquez arriesgaba como siempre y seguía el ritmo que marcaba Jorge tirando a pesar de que toda la presión recaía sobre su M1. Mientras tanto, Valentino Rossi no conseguía recortar la enorme desventaja que mantenía con Pedrosa y que era de 12 segundos. Ver al italiano en el podio era una posibilidad cada vez más lejana.

La emoción de la primera parte de la carrera, dio paso a cierta calma en la segunda… hasta que a la carrera le quedaron diez vueltas. Las tres décimas que seguían distanciando a Márquez y Lorenzo o los 13 segundos que Pedrosa ya sacaba a un Valentino que rodaba en tierra de nadie pasaron a un segundo plano cuando Dani se reenganchó a la carrera. El piloto catalán (fruto de su buena gestión en vueltas anteriores) se puso a 1.4 de su compañero de equipo que había estrechado el cerco en torno a Jorge. La tensión aumentaba y las cosas se complicaban para Lorenzo tras este último arreón de las Honda: con Pedrosa a 1.2 de Márquez a cuatro vueltas para el final, comenzó un espectáculo de adelantamientos entre las Honda que levantaron a la afición de sus asientos. Ataques y contraataques mientras el líder de la carrera se mantenía con dos décimas por delante.

La carrera de Valencia entró en su última vuelta y a Jorge Lorenzo sólo le quedaba lo más difícil, algo que había hecho en los 29 giros anteriores: mantener la concentración ante el rocoso final que estaban brindando las Honda. Así lo hizo, sin salirse de la franja de medio segundo en la que se había movido a lo largo de toda la carrera fue el primer piloto en ver ondear la bandera de cuadros en el Ricardo Tormo. Jorge Lorenzo era campeón del mundo, acababa de conquistar el quinto título de su carrera (dos en la extinta 250cc y tres en MotoGP) y el tercero de la categoría reina. Una corona fruto de una “moto extraordinaria que ha hecho Yamaha y el perfecto trabajo del equipo” como destacó Lorenzo en el 'parc fermé'. Jorge se convertía en el piloto español con más títulos de MotoGP y el segundo con más trofeos por detrás de Ángel Nieto (12+1). El motociclismo español tiene motivos para celebrar y se lo deben a Jorge Lorenzo.

“Ha habido mucha presión. No he visto la pizarra, no la entendía, no podía ver cuántas vueltas quedaban… Así que sólo tiraba”. Estas fueron las primeras palabras de Jorge Lorenzo después de proclamarse campeón del mundo de MotoGP. Lo hizo con una carrera perfecta en la que no cometió errores; en definitiva, el mallorquín no pudo hacerlo mejor. La sensacional remontada de Valentino Rossi no sirvió para nada porque el italiano -cuarto- no pudo superar a las Honda, las mismas que batallaron hasta la última de las 30 vueltas del GP de Valencia. Tuvo que ser en la última carrera del año en la que, por primera vez, Lorenzo estuviera por delante de su compañero en los puntos. Eso sí, lo hizo en el momento más importante. Con el neumático delantero destrozado, Jorge no perdió ni un ápice de concentración para levantar su tercer título de MotoGP (el quinto en su carrera). Tras la temporada más vibrante de los últimos años, no es de extrañar que Lorenzo llorase emocionado y no se lo pudiera creer, pero como él mismo apuntó: “Ahora es fácil decir que soy tricampeón”.

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