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Márquez, el invitado incómodo que ha puesto al rojo a Rossi y Lorenzo
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ROSSI Y LORENZO, SEPARADOS POR 11 PUNTOS

Márquez, el invitado incómodo que ha puesto al rojo a Rossi y Lorenzo

Once puntos separan a Rossi y Lorenzo tras su paso por Australia. Y en mitad de esta pelea cuerpo a cuerpo se han colado varios invitados inesperados entre los que destaca el más incómodo: Márquez

Foto: Márquez lidera la carrera en Australia (Repsol Media).
Márquez lidera la carrera en Australia (Repsol Media).

Phillip Island era una cita clave tanto para Valentino Rossi como para Jorge Lorenzo. El primero buscaba llegar a la última parada de la gira asiática con claras opciones de rematar el título. El segundo ansiaba firmar una de las dos victorias que se ha propuesto lograr en las tres carreras que quedan. Ni uno ni otro consiguieron su objetivo primario, pero lo cierto es que, como en cualquier batalla, hubo un vencedor y un perdedor. Lorenzo encarnó la piel del primero mientras que a Rossi le tocó el papel que todos rechazan. La diferencia de puntos del italiano respecto al mallorquín se ha reducido a once puntos, apretando el Mundial al máximo, aumentando las cotas de emoción para deleite de los aficionados. Y en mitad de esta pelea cuerpo a cuerpo se han colado varios invitados inesperados entre los que destaca el más incómodo de todos: Marc Márquez.

El Mundial de Motociclismo vive su particular cuenta atrás: dos carreras, cincuenta puntos y un par de títulos en juego, el de Moto3 y el de MotoGP. Con permiso de la más pequeña de las categorías, todos los focos están centrados en la reina porque el título se encuentra en medio de una balanza ligeramente inclinada a favor de Rossi, pero que puede desequilibrarse hacia el lado de Lorenzo en un abrir y cerrar de ojos. El Mundial necesitaba una temporada como esta a la que le quedan dos suspiros: los más profundos. Australia ya es parte del pasado, pero no por eso se puede ignorar su importancia. El líder llegó a Phillip Island con 18 puntos de ventaja y se marcha con 11, se ha dejado siete por el camino; buscaba subirse a lo más alto del podio para tener dos oportunidades de rematar el título y, por segunda vez esta temporada, se quedó fuera de él.

Aunque sigue dependiendo de sí mismo, Valentino Rossi ha sido el peor parado en Australia; no ocultó su decepción ni lo que le dolía haber firmado un cuarto puesto. Reconoció que los errores cometidos el sábado le habían pasado factura el domingo a pesar de que para la carrera, el italiano y su equipo lograron templar la M1 para que tuviera el punto óptimo para la antepenúltima batalla del año. Tuvo las armas, pero no el día y la consecuencia más visible de ello es que apenas atisbó la estela de su compañero de equipo. Igual que los éxitos se celebran en equipo, las culpas se reparte a partes iguales pues ya se sabe que las penas compartidas son menos: “No estoy contento, especialmente por la moto que he tenido. Creo que ha sido nuestra culpa, mía y de mi equipo. Si hubiese empezado en una mejor posición habría sido una carrera diferente, pero es nuestra culpa, no tenemos que reprochárnoslo, pero sí recordarlo”.

En el otro lado de la moneda se sitúa Jorge Lorenzo que sale reforzado de su paso por Australia; su segundo tiene sabor a victoria puesto que Iannone no ayudó a su amigo Rossi y el tercer puesto del piloto de Ducati -que pasó de enemigo a amigo de un día para otro- beneficia al mallorquín. Es consciente de que debe recortar puntos en todas las carreras y por su mente pasa firmar un segundo puesto y dos victorias. Y para ello, Lorenzo ha optado por ser el de siempre: en Australia volvió a lucir su constancia, cualidad que le hace calcar vuelta a vuelta (la máxima diferencia fue de tres décimas) con la precisión de un reloj suizo. El Mundial ha llegado a un punto en el que el guión parece escrito por Jorge, el problema es que un triunfo en Malasia es menos probable que en Valencia. Y a pesar de que llega con la moral y la confianza por la nubes, un golpe de Rossi en Sepang puede dejarle tocado.

Y todo esto si no tenemos en cuenta a todos los actores secundarios que moran por el paddock de MotoGP: desde las incidencias climatológicas sobre las que no tienen control hasta el estado de la pista… pasando por sus compañeros de parrilla. Si la actuación de Iannone jugó a favor de Lorenzo, la irrupción de Marc Márquez sirvió para poner el Mundial al rojo vivo. El piloto de Honda tenía ganas de divertirse y, sobre todo, de saldar sus cuentas pendientes con Australia. De un plumazo borró el mal recuerdo de la descalificación de 2013 y de la caída de 2015; lo hizo de la mejor manera posible: subiéndose a lo más alto del podio haciendo que los tiempos saltasen por los aires. La que muchos han calificado como la mejor carrera de la temporada se decidió en los compases finales: “He hecho una gran última vuelta. No sé de dónde he sacado ese tiempo, pero ahí hemos marcado la diferencia”.

A Márquez nadie le había invitado a la fiesta de Lorenzo y Rossi, pero él fue. Tras la esquina, esperó el momento para meterse dentro y mientras unos entraban y otros iban saliendo, él aprovechó el barullo para colarse dentro. No, no había Coca Cola para todos como en la famosa canción de Mecano, pero sí ganas de gustarse y de pasárselo bien. Así fue. Márquez sabe que para ser el más rápido de la parrilla tiene que divertirse y su carrera de este domingo fue el mejor ejemplo de ello: sin muchas frenadas -su talón de Aquiles en este 2015-, fue veloz, muy veloz. Y así es como firmó su victoria número 50 con 22 años y la 24 en la máxima categoría

Una cifra con la que iguala al mítico Wayne Rainey y con la que el Mundial se aprieta al máximo. Rossi y Lorenzo ya saben que Márquez (y el resto de pilotos) pueden convertirse en incómodos invitados a una lucha que está más abierta que nunca. El espectáculo prima y el margen de error se reduce a medida que se acerca el 8 de noviembre: los adelantamientos, las frenadas, las puestas a punto, las estrategias, el pilotaje… se ajusta al milímetro para lograr el punto de equilibrio perfecto para bailar sobre el filo. “Este campeonato es del tipo: yo llego delante de Jorge, soy el favorito; Jorge me bate, él es el favorito. Será el domingo 8 de noviembre en Valencia, a las 14:45, cuando sepamos quién es el campeón”, quizás Valentino Rossi acierte en la predicción de un Mundial que está más al rojo vivo que nunca… gracias a los siempre necesarios actores secundarios.

Phillip Island era una cita clave tanto para Valentino Rossi como para Jorge Lorenzo. El primero buscaba llegar a la última parada de la gira asiática con claras opciones de rematar el título. El segundo ansiaba firmar una de las dos victorias que se ha propuesto lograr en las tres carreras que quedan. Ni uno ni otro consiguieron su objetivo primario, pero lo cierto es que, como en cualquier batalla, hubo un vencedor y un perdedor. Lorenzo encarnó la piel del primero mientras que a Rossi le tocó el papel que todos rechazan. La diferencia de puntos del italiano respecto al mallorquín se ha reducido a once puntos, apretando el Mundial al máximo, aumentando las cotas de emoción para deleite de los aficionados. Y en mitad de esta pelea cuerpo a cuerpo se han colado varios invitados inesperados entre los que destaca el más incómodo de todos: Marc Márquez.

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