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Los deberes de Valentino Rossi
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de nueve circuitos, cinco no le favorecen

Los deberes de Valentino Rossi

Rossi no sólo debe centrarse en los trazados más hostiles para él y su Yamaha, también tiene que tener en cuenta a un Márquez que no tiene nada que perder y a su compañero de equipo, Lorenzo

Foto: Valentino Rossi en su box (Efe).
Valentino Rossi en su box (Efe).

El líder es el rival a batir y esto es algo irrefutable. Valentino Rossi posee dicha condición y ha aterrizado en Indianápolis con el objetivo de defenderla contra viento y marea. No es el único punto que figura en la lista del nueve veces campeón del mundo. Es perfectamente consciente de que la empresa que tiene entre manos es compleja y por ello ha elaborado una hoja de ruta en la que figuran los circuitos en los que se jugará el título. O lo que es lo mismo: los lugares en los que sus rivales se hacen fuertes y esperan la mínima oportunidad para lanzar sus ataques. Y es que Rossi no sólo debe centrarse en los trazados más hostiles para él y su Yamaha, también tiene que tener en cuenta a un Márquez que no tiene nada que perder y a su compañero de equipo, Lorenzo. Valentino tiene deberes y no puede distraerse.

Ha tardado dos temporadas en dar con los ingredientes exactos: un cambio completo en su rutina y preparación, pero también en su equipo de la mano de Silvano Galbusera (el sustituto de Jeremy Burgess como su jefe de mecánicos) o en su forma de pilotar. Valentino asumió que la M1 le pedía algo diferente y la competencia había traído nuevos vientos: primero fue el ‘dirt-track’ para mejorar las derrapadas, después pulió su salida levantando antes la moto y, por último, la entrada a curva. Rossi no quiere vivir del pasado, de los nueve Mundiales que descansan en la estantería de su palmarés personal, de lo que fue. El italiano quiere vivir del ahora, de lo que es hoy y de lo que puede ser si suma el que sería su décimo título de campeón en una temporada en la que no existen favoritos.

Con una exhaustiva preparación física y metal, Valentino muestra su mejor versión sobre la M1. A este proceso de chapa y pintura hay que añadir una dilatada experiencia atesorada a lo largo de las dos décadas que lleva recorriendo los diferentes circuitos del Mundial. Todo esto hacía pensar en Rossi como uno de los pilotos que iban a plantar batalla a Marc Márquez que, hace cuatro meses y medio, era el rival a batir por toda la parrilla de MotoGP. Este era el escenario que todos imaginaron, todos menos el italiano que ha hecho saltar la banca. ¿Cómo? El de Yamaha es el único piloto que ha estado presente en el podio de las nueve carreras disputadas hasta el momento y ha subido al peldaño más alto en tres ocasiones (Qatar, Argentina y Holanda). A esto hay que añadir dos segundos (Francia y Cataluña) y cuatro terceros (Austin, Jerez, Mugello y Alemania).

Todo lo conseguido en la primera parte del Mundial no le servirá de nada a Rossi si no sabe gestionar lo que está por venir. A buen seguro, Valentino ha dedicado buena parte de sus vacaciones a prepararse él, pero también a estudiar y desgranar aquellos lugares en los que puede ganar puntos y, sobre todo, donde puede perderlos. Lo cierto es que la mayoría de los nueve circuitos que le quedan al Mundial por visitar se adaptan mejor a sus rivales que a él. Se salvan de esta criba Misano, cómo no, Japon, Australia y Malasia. El trazado italiano será la cuarta parada de la segunda parte y es 'territorio Rossi' de principio a fin: corre en casa y es un terreno que conoce a la perfección. El resto llegarán en la recta final del Mundial, la gira asiática estará formada por la sexta, la séptima y la octava parada. Y es que las características de Motegi, Phillip Island y Sepang no sólo le benefician a él, también a su Yamaha.

El título no está en aquellos circuitos en los que Rossi podría dibujar sus curvas y chicane con los ojos cerrados sino en trazados como Indianápolis, República Checa, Gran Bretaña o Aragón. Allí donde Honda (y en consecuencia Marc Márquez) es más fuerte o donde más le cuesta a Valentino pilotar se esconde su particular Décima. ¿Y Valencia? La última parada del Mundial merece una mención aparte. Aunque el año pasado fue segundo y firmó la pole (algo que no había conseguido en cuatro años), el Ricardo Tormo no está entre sus favoritos; tanto que han pasado once años desde su última victoria allí. Además, no podemos olvidar que en 2006 se truncó la que podría haber sido la mayor remontada de la historia: después de recortar puntos y llegar con un +59 respecto a Nicky Hayden, se fue al suelo y sirvió el título en bandeja de plata al norteamericano.

Estudiadas todas las posibilidades, Valentino Rossi no sólo ha tenido que ser el más aplicado de MotoGP durante las vacaciones sino que ahora no puede fallar si quieres seguir siendo el mejor. Los deberes hechos hasta ahora resultarán inútiles si se relaja en la fase decisiva del Mundial. Agarrado a la regularidad mostrada con su perenne presencia en el podio de las nueve carreras, el líder de la categoría reina comienza la defensa de su feudo y lo hace en territorio enemigo.

El líder es el rival a batir y esto es algo irrefutable. Valentino Rossi posee dicha condición y ha aterrizado en Indianápolis con el objetivo de defenderla contra viento y marea. No es el único punto que figura en la lista del nueve veces campeón del mundo. Es perfectamente consciente de que la empresa que tiene entre manos es compleja y por ello ha elaborado una hoja de ruta en la que figuran los circuitos en los que se jugará el título. O lo que es lo mismo: los lugares en los que sus rivales se hacen fuertes y esperan la mínima oportunidad para lanzar sus ataques. Y es que Rossi no sólo debe centrarse en los trazados más hostiles para él y su Yamaha, también tiene que tener en cuenta a un Márquez que no tiene nada que perder y a su compañero de equipo, Lorenzo. Valentino tiene deberes y no puede distraerse.

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