Jorge Lorenzo, 365 días después

Ha pasado un año y puede que no hayan cambiado muchas cosas, pero sí las suficientes. Jorge Lorenzo y Yamaha regresan a Austin 365 días después de aquel error garrafal que fue una de las causas por las que el mallorquín se descolgó de la lucha por el título en los primeros compases del Mundial. Ni el piloto ni la M1 son los mismos. Los recuerdos siguen ahí, guardados en el rincón más oscuro del armario. Jorge Lorenzo puso rumbo a Estados Unidos el pasado viernes “ansioso por correr tan pronto como sea posible porque me siento en muy buena forma y mentalmente fuerte”. El piloto de Yamaha tiene un objetivo claro: convertir ese amargo sabor que le provoca Austin en uno dulce con las mieles de la victoria.

Un año más, el Circuito de las Américas es la segunda cita del calendario. Lo lógico es que un par de paradas no determinen el devenir del campeonato, pero en 2013 Qatar y Texas dinamitaron las posibilidades de Jorge Lorenzo. En Losail se fue al suelo cuando lideraba la carrera y en Austin recibió un golpe fatal para su ya de por sí mermada moral. Antes de que el semáforo cambiara de rojo a verde, una Yamaha arrancó antes que el resto de la parrilla para sorpresa del resto de pilotos. Un error en lo que mejor sabe hacer. Y es que si por algo es famoso Jorge Lorenzo es por su perfecta ejecución de la salida. En Austin quedó en evidencia; el resto de la historia es de sobra conocido: un ‘ride through’ le obligó a pasar por boxes a 60 km/h mientras Márquez se lanzaba a por la victoria sin competencia alguna.

En dos carreras y tras la “mejor salida” de su carrera, como él la definió irónicamente, el Mundial se había convertido en algo prácticamente inalcanzable. No era para menos. Jorge Lorenzo había firmado su peor arranque en los últimos diez años, un dato que se vio rematado con su notoria ausencia en el podio. Ahora, 365 días después, aterriza en Austin con la intención de borrar ese mal recuerdo entre ceja y ceja. En Qatar lideró, por momentos, la carrera y sólo los problemas que sufrió en el casco que le mermaron la visibilidad le dejaron fuera del podio. Una posibilidad que ahora no contempla.

En Yamaha hay cierta preocupación porque el Circuito de las Américas no favorece a la marca del diapasón y, sin embargo, le viene como anillo al dedo a Honda. Jorge Lorenzo es consciente de ello: “Estoy deseando competir allí una vez más, incluso a pesar de que es una pista que no se adapta bien a nuestra moto”. E, incluso, de sus palabras se desprende las ganas de revancha que tiene: “En Losail pensaba obtener un resultado mejor, pero esa carrera ya forma parte del pasado”. El piloto de Yamaha está dispuesto a enmendar sus errores ya que como recordó ha tenido “oportunidad de estar en el podio así que quiero hacerlo lo mejor posible en Texas”. Y es que para ello cuenta con la línea progresiva que ha ido experimentando después de dar carpetazo a la temporada pasada: “Tanto la moto como yo hemos mejorado y quizás los nuevos neumáticos nos den la oportunidad de luchar por la carrera. Por mi parte, voy a empujar al máximo”. No hay mayor impulso que las ganas de reivindicarse ante los demás y, sobre todo, ante sí mismo.