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Assen, un circuito con solera en el que se corre el sábado para ir a misa el domingo
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LA DECISIÓN TOMADA EN 1925 TODAVÍA PERMANECE

Assen, un circuito con solera en el que se corre el sábado para ir a misa el domingo

"Bienvenidos a la Catedral de la velocidad" reza el cartel. Assen es un trazado distinto en el que se corre los sábados para poder ir a misa el domingo

Foto: Vista del trazado holandés a pie de circuito (MotoGP).
Vista del trazado holandés a pie de circuito (MotoGP).

“Bienvenidos a la Catedral de la velocidad” reza el cartel de la entrada. La octava etapa del Mundial de Motociclismo es, probablemente, la más especial. La parte europea del calendario llega a Holanda y, más concretamente, a Assen. Las bicicletas dejan su sitio a las motos y las calles de la capital de Drente rugen al ritmo de los motores. La Catedral destila un aroma especial cargado de historia, curiosidades y una peculiaridad que destaca por encima del resto: la carrera se celebra el sábado. Para conocer el motivo hay que remontarse a 1925 y a una tradición muy dominical: ir a misa.

La historia que hay detrás de Assen tiene varias razones para convertirle en un circuito distinto al resto: el trazado holandés es el único que no ha faltado desde que le Mundial arrancó en 1949. Fiel a la cita, el país de los tulipanes sabe que tiene reservado el último sábado de junio para celebrar uno de los eventos deportivos más destacados del país. La solera de Assen se ve superada por la del GP de Holanda en sí pues éste se celebra desde 1925, año en el que surge otra de las razones que hacen de la cita algo único.

A siete kilómetros en dirección este del actual circuito se encuentra Rolde, la localidad que era la sede de las carreras en aquel momento. La salida de aquel trazado estaba situada junto a una iglesia; además había que cortar todas las carreteras impidiendo el acceso de los fieles al templo. El ayuntamiento de Rolde se vio obligado a tomar una decisión y decidió cambiar la carrera de día pasándola al sábado. La decisión fue todo un acierto que se vio redondeada por la ‘Speed week’ (Semana de la Velocidad), una cita que se celebró en los años 70 y 80 en la que se unía el Campeonato de Europa (lunes y martes) al Mundial. Holanda vivía una auténtica fiesta del motor y la gente tenía un día para volver a sus lugares de origen.

El éxito y el aumento de aficionados que se producía año a año fueron razones de peso para no modificar la cita sabatina cuando ésta fue trasladada a Assen. Lo que sí ha cambiado ha sido el trazado: empezó teniendo una longitud de 27,53 kilómetros y ahora tiene 4,542 después de haber sufrido un par de variaciones. A pesar del paso del tiempo, Assen todavía conserva algunas de sus curvas originales en las que el nombre de Ángel Nieto está grabado a fuego: sus quince triunfos en las extintas 125cc y 50cc le convierten en el piloto con más victorias en el trazado holandés. Entre los pilotos actuales es Valentino Rossi el que más veces se ha subido al escalón más alto del podio: ocho, seis en MotoGP, una en la extinta 250cc y otra en 125cc. Es más, la última victoria del italiano en la máxima categoría llegó el año pasado en Holanda.

Rossi y Nieto no son los únicos que han puesto su granito de arena a la hora de escribir la historia de Assen. Jim Redman y el mítico Mike Hailwood ganaron tres carreras en el trazado holandés el mismo día: el primero lo hizo en 1964 llevándose el triunfo en 125cc, 250cc y 350cc sobre una Honda y el segundo hizo lo propio tres años más tarde ganando en 250cc, 350cc y 500cc. Además, en 1975, Barry Sheene y Giacomo Agostini protagonizaron una situación poco usual. Ambos competían en la máxima categoría y vieron la bandera de cuadros al mismo tiempo, en paralelo, tras 16 vueltas con un tiempo idéntico de 48.01.00s a una velocidad media de 155,64 km/h. Tras la intervención de los jueces, la victoria fue para el primero en el final más ajustado de la historia del motociclismo. No podía haber pasado en otro escenario que no fuera Assen.

“Bienvenidos a la Catedral de la velocidad” reza el cartel de la entrada. La octava etapa del Mundial de Motociclismo es, probablemente, la más especial. La parte europea del calendario llega a Holanda y, más concretamente, a Assen. Las bicicletas dejan su sitio a las motos y las calles de la capital de Drente rugen al ritmo de los motores. La Catedral destila un aroma especial cargado de historia, curiosidades y una peculiaridad que destaca por encima del resto: la carrera se celebra el sábado. Para conocer el motivo hay que remontarse a 1925 y a una tradición muy dominical: ir a misa.

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