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La receta de Àlex Márquez: "Para ganar una carrera, locura; para lograr el título, cabeza"
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EL PILOTO DE MOTO3 CHARLA CON 'EL CONFIDENCIAL'

La receta de Àlex Márquez: "Para ganar una carrera, locura; para lograr el título, cabeza"

Antes de su victoria en Montmeló, Àlex charló con 'El Confidencial' en el box del Team Estrella Galicia con una madurez inusual y una sonrisa marca de la casa

Foto: Àlex Márquez en su box durante la presente temporada (Team Estrella Galicia).
Àlex Márquez en su box durante la presente temporada (Team Estrella Galicia).

Àlex Márquez tiene razones para ser feliz. Este fin de semana, en Montmeló, logró la primera pole de su carrera. Ser el piloto más rápido de Moto3 sólo era el inicio ya que el domingo se subió al escalón más alto del podio logrando su primer triunfo de la presente temporada. Un resultado que redondeó con la ayuda de su hermano Marc. El mayor de los Márquez también se alzó con la victoria y juntos se convirtieron en los primeros hermanos que ganan en un mismo gran premio. Antes de hacer historia, Àlex charló con El Confidencial en el box del Team Estrella Galicia con una madurez inusual para alguien de 18 años y una sonrisa marca de la casa.

Sin saber lo que se le venía encima, Àlex nos adelantaba que había que “cuando llegas bien a la carrera de casa quieres seguir esa línea y cuando llegas después de unos resultados que no son los que esperabas, tienes ganas de quitarte esa espina de las últimas carreras, de volver a disfrutar encima de la moto. En Mugello ya lo volví a hacer”. Repitió en Barcelona, donde nos aseguró que había que “disfrutar del fin de semana que siempre es especial, pero hay que tomárselo como uno más”. Sensatez, ante todo.

Al piloto del Estrella Galicia no se le escapa ni un solo detalle, tiene todo almacenado en su mente. Incluso que el margen de error se ha reducido notablemente para él: “Tenemos dos ceros que no es algo muy positivo para el campeonato porque estamos a 44 puntos; no es la situación ideal para intentar luchar por un título, pero esto es muy largo y quedan muchas carreras, doce. Eso sí, a partir de ahora no nos vale hacer un quinto, tenemos que estar en el podio constantemente y recuperar puntos al líder, algo que no es imposible. Hay que intentar disfrutar encima de la moto”. Tan claro tenía el objetivo que en Montmeló no se conformó con otra cosa que no fuera la victoria.

En esta ocasión no pudo pelear con Àlex Rins, su compañero de equipo. El pequeño de los Márquez no considera que compartir equipo con él signifique tener al enemigo en casa porque la parrilla está formada por más pilotos a los que no puede perder de vista: “Si los dos estuviéramos primero y segundo, a cinco puntos, sí que sería el rival en casa, el rival a batir, pero hay muchos más pilotos como Fenati y Miller que también están muy fuertes. No sólo tienes que pensar que Rins es tu rival, al final hay muchos más. En Moto3 estamos viendo que está todo muy igualado y tienes que tener muy en cuenta a todos los rivales”.

El piloto de Cervera prefiere ir paso a paso y, de momento, se centra en su actual categoría siendo consciente de que el aprendizaje es continuo: “Llevamos pocas carreras este año y la gente me dice que tengo cuerpo más para Moto2 que para Moto3 al ser alto. Y sí, miras Moto2 con otros ojos, pero estoy en Moto3 y concentrado en ello. A mitad de año cuando quede el último tercio del Mundial veremos las posibilidades que tenemos en Moto3, a ver si hay alguna oferta para subir Moto2… Soy muy joven y aunque la gente piense que pierdo el tiempo si el año que viene no cambio de categoría, no es así para nada. Cada año en el Mundial se aprende”.

Hablando sobre lecciones, quisimos saber si es más difícil aprender a perder o a ganar. “Es una pregunta difícil, ¿eh?”, nos contesta de primeras, entre risas, para después confesar que “es más difícil aprender a ganar porque se te puede subir a la cabeza cosas que no se tienen que subir; siempre tienes que estar con los pies en el suelo. Y aprender a perder también es complicado, ser fuerte de ‘coco’ cuando las cosas no van bien también es importante y es un punto clave para el piloto”.

No es fácil enfrentarse a las caídas o a la falta de buenos resultadas, pero Àlex está hecho de otra pasta: “Personalmente, no me cuesta gestionar la ‘cara B’ del motociclismo. Soy una persona que intenta sacar siempre la parte positiva a todo. Aunque las cosas vayan mal, las intento ver con otros ojos. En Mugello, por ejemplo, tuve una caída, me tiraron y pensé que eran cosas de las carreras. A veces las cosas pasan porque tienen que pasar y no hay que darle más vueltas. Así que me concentré en el test que teníamos el martes, en la carrera de Montmeló. Y el equipo también, si te anima y te hace pasar página rápido te ayuda mucho”.

Quisimos saber cuál es la receta perfecta para subirse a la moto: ¿locura, cordura o una mezcla de las dos? Àlex no dudó ni un segundo: “Para ganar una carrera hace falta locura, pero para ganar un campeonato necesitas gas y también cabeza porque si corres sólo con la mano y no piensas con la cabeza, de las 18 carreras que hay te vas a caer en 10. Hay que ir en todo momento sabiendo lo que haces”. Además, nos contó una de las cosas que le ha enseñado su hermano Marc: “No se siente miedo sobre la moto. Si has tenido una caída en algún punto, cuando pasas por ahí en las primeras vueltas sientes respeto. Esto es algo que me enseñó mi hermano: si tienes miedo, es imposible que vayas rápido. Hay que tener respeto, pero también hay que tirarle”.

Es inevitable que Marc salga en la conversación, pero Àlex nos cuenta que “el apellido Márquez no me pesa. Es una balanza, hay cosas positivas y cosas negativas. Cuando entro en un circuito, soy Àlex y tengo que hacer mi camino, mi equipo, seguir evolucionando como piloto y trato de aislarme de toda esta presión. Desde que mi hermano empezó a ganar, esto es algo que tengo muy claro”. Aunque también le ayuda “tenerle cerca. El año pasado llegaba a circuitos que no conocía y el jueves me explicaba todo, hacíamos una vuelta con la scooter… Tienes información que otro piloto nuevo no tiene y esto te ayuda” y, entre risas, define lo hecho por su hermano hasta ahora: “En una palabra, excelente. Impecable. No ha fallado”.

Àlex nos cuenta que “cuando más disfruto en la vida es cuando voy en moto, hago lo que me gusta y esto es lo que quiero hacer, llevo bien no poder hacer lo que hace la gente de mi edad”. Es algo que se nota. Igual que su gen ganador. No le pierdan de vista, hay Àlex Márquez para rato.

Àlex Márquez tiene razones para ser feliz. Este fin de semana, en Montmeló, logró la primera pole de su carrera. Ser el piloto más rápido de Moto3 sólo era el inicio ya que el domingo se subió al escalón más alto del podio logrando su primer triunfo de la presente temporada. Un resultado que redondeó con la ayuda de su hermano Marc. El mayor de los Márquez también se alzó con la victoria y juntos se convirtieron en los primeros hermanos que ganan en un mismo gran premio. Antes de hacer historia, Àlex charló con El Confidencial en el box del Team Estrella Galicia con una madurez inusual para alguien de 18 años y una sonrisa marca de la casa.

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