Bridgestone no llega a tiempo y allana el camino a la Yamaha de Lorenzo

Dejando a un lado los cambios en el reglamente que afectan a la parte electrónica y mecánica de las motos y la llegada de las ‘Open’, el punto de atención tanto en la pretemporada como en el arranque del Mundial han sido los neumáticos proporcionados por Bridgestone. Los problemas de producción de dicha marca han provocado que en Austin se utilicen las gomas del año pasado con las que Marc Márquez ganó su primera carrera en MotoGP. En el podido estuvo secundado por Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo que en Estados Unidos puede ver resueltos los problemas de adaptación a su Yamaha al tener que montar los compuestos de hace un año. Buenas noticias para el mallorquín.

Tras críticas suscitadas, Bridgestone ha anunciado que pondrá a disposición de los equipos los mismos compuestos del pasado año porque debido a una serie de problemas de producción no ha sido capaz de fabricar todos los juegos de gomas blandas necesarios para el Gran Premio de Austin. Emplear los compuestos de 2013 es un arma de doble filo. Beneficia a los pilotos de Honda y puede perjudicar a los de Yamaha, en particular a Jorge Lorenzo y a Valentino Rossi que la pasada temporada tuvieron problemas para aguantar allí el ritmo de sus rivales. El año pasado fue la primera cita en el Circuito de las Américas y, por lo tanto, la única referencia a la que los pilotos pueden mirar, pero lo cierto es que la marca del diapasón adaptó mejor sus máquinas a los neumáticos de 2013. Algo que Jorge Lorenzo ya recordó en la pretemporada.

Por lo tanto, no todo son malas noticias para Yamaha. A lo largo de la pretemporada, el piloto mallorquín ha elevado la voz para quejarse de los compuestos que Bridgestone ha proporcionado recordando que su moto se adaptó mejor a los usados un año antes: “Son peligrosos. El control de tracción está funcionando constantemente y parece que en realidad no lo está haciendo, el año pasado tenían agarre en los laterales y ahora no tienen nada”. Lorenzo evidenciaba el gran problema de su equipo: las suspensiones de la M1 no lograban adaptarse a los nuevos neumáticos. Una de las consecuencias de este hándicap es que la moto pierde agarre lateral en su paso por curva y éste, precisamente, es el talón de Aquiles de Yamaha frente a Honda.

Tan negro veía el panorama que el mallorquín planteó a Bridgestone la posibilidad de usar los neumáticos de la pasada temporada en los entrenamientos de pretemporada y la respuesta fue negativa. Lorenzo no se rindió e, incluso, llegó a transmitir sus inquietudes a Loris Capirossi, delegado de seguridad de los pilotos: “Quiere ir por ese mismo camino para que cambien el neumático. No es cuestión sólo de rendimiento, sino de seguridad. Pocas veces me he visto tan en apuros abriendo gas y cuando te caes con estas motos no es de broma”.

Rossi y Lorenzo lo van a tener complicado en Austin y sus posibilidades éxito dependerán en gran medida del rendimiento de su nueva Yamaha YZR M 1, con el agravante de que para Lorenzo no caben nuevos errores como los que protagonizó en Qatar, donde una caída en la primera vuelta de carrera le dejó sin sumar un solo punto. El mallorquín necesita imperiosamente sumar cuantos más puntos mejor, ya que de otra forma se encontraría todavía más lejos de sus aspiraciones de pelear por el título mundial en una temporada en la que todo parece apuntar que las Yamaha están un paso por detrás de las Honda. Aunque sus peticiones todavía no han sido escuchadas, los problemas de Bridgestone han acabado por allanar el camino de la marca del diapasón. De momento.