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Así ganó Marc Márquez el Mundial: derrapando como en los años 70
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LO ENTRENABA PRACTICANDO ‘DIRT TRACK’

Así ganó Marc Márquez el Mundial: derrapando como en los años 70

El nuevo campeón del mundo tiene sus trucos. El estilo agresivo de Marc Márquez se basa en derrapar en las curvas y abrir gas a fondo para controlar

Foto: Marc Márquez en Malasia (Efe).
Marc Márquez en Malasia (Efe).

Ha sido uno de los grandes protagonistas del fin de semana. Este domingo, Marc Márquez conquistó el título de MotoGP haciendo historia: ya puede presumir de ser el campeón más joven de la máxima categoría. Carrera a carrera, el de Honda iba barriendo nuevos récords con suma facilidad mientras dejaba bocas abiertas a su paso. Incluso los que le rodean no alcanzan a explicarlo vivido a lo largo de la temporada. Emilio Alzamora lo intentaba para, finalmente, simplemente decir: “Es Marc”. Su padre, embriagado por la emoción, recordaba que “es el número uno, no lo olvidéis”. ¿Y cómo ha llegado hasta la cumbre? Con un pilotaje agresivo en el que las derrapadas con su rueda trasera han sido la marca de la casa. O lo que es lo mismo: a la vieja usanza.

Seis temporadas en el Mundial y siete meses viajando en cada una de ellas dan para conocer a la perfección a un piloto. El equipo de Marc Márquez se define como una familia y señalan que el piloto aprende con una rapidez extrema: anota mentalmente cada uno de los errores que comete para no volver a tropezar con ellos. Detrás su amplia sonrisa y de ese joven carismático, se esconde un piloto inteligente que apenas conoce límites cuando se sube a la Honda. Con el bagaje y el aprendizaje que da Moto2, la selva, Márquez ha mostrado un estilo descarado y agresivo que ha sacado de quicio a veteranos y campeones del mundo. Es un piloto diferente, llamado a ser el mejor de su generación, pero ¿cuál es su truco? Hay que retroceder varios años en el tiempo para encontrarlo.

Cuando la electrónica y la tecnología apenas existían y los neumáticos no tenían el nivel de ahora, sólo estaban el piloto y la máquina. Los campeonatos hablaban inglés o italiano y, precisamente, fueron son los americanos la fuente de la bebe Marc Márquez. Aquellos pilotos dibujaban las curvas en forma de ‘V’: entraban, tumbaban y se levantaban abriendo gas al límite. Sí, derrapaban, pero lo aprovechaban para dirigir la moto a su antojo. Las imágenes de aquellas carreras dejan pilotos luchando con sus motos para domarlas, se movían tanto que parecían caballos desbocados pero, en realidad, lograban controlarlas con mayor o menor dificultad. Entonces y ahora se necesita un buen físico y pilotos de poca envergadura como Pedrosa y Márquez sufren más de la cuenta. Ahí es donde la tecnología hace su trabajo.

El ‘dirt track’, una de las claves

Los avances en electrónica y neumáticos han cambiado la forma de pilotar, ahora las trazadas en las curvas son mucho más amplias y en forma de ‘U’. Hasta que llegó Márquez y lo llevó todo al extremo ayudado por su pasión por el ‘dirt track’, una disciplina que se corre en tierra y en pistas ovaladas utilizada por muchos pilotos (Valentino Rossi entre ellos) para mejorar el control en las derrapadas. Una combinación perfecta para los dibujos que hace Marc en cada curva. El de Honda entra frenando a fondo y deja que la moto patine y se cruce porque así dirigir la moto hacia el punto que quiere y no le cuesta hilar una curva a izquierdas con otra a derechas. Una técnica que resulta más fácil que trazar la curva inclinando al máximo y utilizando la rueda delantera. Márquez deja que la parte trasera gire la moto y ajusta al milímetro su recorrido para salir por el mejor sitio; además, los neumáticos le permiten una inclinación máxima. Y ahí es donde aparece otra de las señas de su pilotaje: el de Honda saca el codo y la rodilla. Hasta Valentino Rossi imitó este gesto en la pretemporada preguntando a Márquez por Twitter si lo estaba haciendo bien.

Bien es cierto que su Honda es una máquina complicada de domar, pero da la sensación de que no la controla porque siempre va demasiado suelta. Nada más lejos de la realidad. El nuevo campeón de MotGP abre gas al máximo para restar importancia a la parte delantera y porque de esta forma el control lo tiene él y no la moto. A lo largo de esta temporada, mientras otros pilotos se quejaban de la falta de agarre y de los derrapes que hacía su moto, Marc Márquez convertía ese problema en su truco para ser campeón usando las técnicas de los años 70.

Ha sido uno de los grandes protagonistas del fin de semana. Este domingo, Marc Márquez conquistó el título de MotoGP haciendo historia: ya puede presumir de ser el campeón más joven de la máxima categoría. Carrera a carrera, el de Honda iba barriendo nuevos récords con suma facilidad mientras dejaba bocas abiertas a su paso. Incluso los que le rodean no alcanzan a explicarlo vivido a lo largo de la temporada. Emilio Alzamora lo intentaba para, finalmente, simplemente decir: “Es Marc”. Su padre, embriagado por la emoción, recordaba que “es el número uno, no lo olvidéis”. ¿Y cómo ha llegado hasta la cumbre? Con un pilotaje agresivo en el que las derrapadas con su rueda trasera han sido la marca de la casa. O lo que es lo mismo: a la vieja usanza.

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