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¡Un bronce que sabe a gloria! El espíritu de los Hispanos se impone a Eslovenia (23-22)
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Un final apretadísimo

¡Un bronce que sabe a gloria! El espíritu de los Hispanos se impone a Eslovenia (23-22)

Los pupilos de Jordi Ribera conquistan el partido por la medalla de bronce y suman la medalla número 18 para España en los Juegos Olímpicos de París 2024

Foto: Jorge Maqueda celebra un gol. (EFE/Miguel Gutíerrez)
Jorge Maqueda celebra un gol. (EFE/Miguel Gutíerrez)

No será de oro, pero la medalla de bronce de los Hispanos se ha conquistado como si fuera una final. España sumó su medalla número 18 en los Juegos Olímpicos de París 2024 después de una guerra absoluta en la pista ante Eslovenia, que luchó hasta el último segundo y que tuvo ocasión de llevar el encuentro a la prórroga. El marcador final fue de 23 a 22, en épica estuvo más desigualado, los Hispanos mostraron más hambre. El balonmano español volvió a demostrar su carácter competitivo, una vez más cerrando ciclo olímpico con metal entre los dientes.

A 200 kilómetros de París, en Lille, la selección española saltó a la pista con el objetivo de resarcirse de su dolorosa derrota ante Alemania por la mínima en semifinales. En juego, un bronce para redondear el medallero de España en los Juegos Olímpicos. Fue un partido correoso, pesado por momentos, pero los pupilos de Jordi Ribera demostraron que a corazón pocos les pueden hacer frente.

El partido por el bronce fue una relación a tres. Jugaron España, Eslovenia y el miedo. Es el encuentro más difícil de todos en unos Juegos Olímpicos. O te vas con un metal a casa o la medalla de chocolate te deja un amargo sabor en la boca. Las piernas pesan (es el octavo partido de ambos equipos en apenas dos semanas de competición), los dedos tiemblan y la cabeza se pone en lo peor.

Hubo un hombre que sostuvo a los Hispanos en los momentos calientes, Gonzalo Pérez de Vargas, que volvía (una vez más) a erigirse en el gigante que es para tapar opciones claras de gol para los eslovenos. Los primeros 30 minutos de la lucha fue embarrada, con poco ritmo y apenas contraataques. España, al igual que Eslovenia, anotó 12 goles repartidos entre los Casado, Aleix Gómez o, Maqueda, ninguno marcó más de dos tantos.

placeholder Gonzalo, héroe en Lille. (Reuters/Bernadett Szabo)
Gonzalo, héroe en Lille. (Reuters/Bernadett Szabo)

La nota más negativa estuvo en una revisión de videoarbitraje contraria a España, que determinó que, por unos instantes, hubo ocho Hispanos en pista. ¿El resultado? Dos minutos de sanción para Álex Dujshebaev que acabaron pesando demasiado y dieron alas a Eslovenia. Dejó mejores sensaciones el equipo dirigido por Jordi Ribera, pero un siete metros a última hora a favor de los eslovenos condenó a la máxima igual para el descanso.

Después de los vestuarios, mismo guion de partido. España un poco mejor, con defensas duras y obligando a Eslovenia a la genialidad para anotar, el problema es que encontraban estos huecos. Que se lo digan a Blaž Janc, que dejó el golazo del encuentro por la medalla de bronce: el extremo derecho del Barcelona coló una rosca tan estética como efectiva.

Pese a esos detalles de absoluta calidad de los eslovenos, los Hispanos siempre parecían ir un poquito por delante, manteniendo una ventaja intermitente de un gol. Ni siquiera la superioridad numérica durante dos minutos permitió abrir mayor ventaja. Hubo algún agarrón de camiseta no pitado por los árbitros, pero esto son los Juegos Olímpicos y por una medalla hay que sufrir.

placeholder La tensión del banquillo español. (Reuters/Bernadett Szabo)
La tensión del banquillo español. (Reuters/Bernadett Szabo)

A falta de diez minutos para el final, Aleix Gómez ponía por delante a España 19-18 gracias a un siete metros. Sin dudar y por la escuadra. Todo se encaminaba, una vez más, a un colofón de tensión y máxima igualdad. No hacía falta café para los madrugadores del domingo, las pulsaciones estaban altas solo con ver el partido. La primera superioridad en el marcador de Eslovenia en toda la segunda mitad llegó en el minuto 51:30.

Un empujón evidente de Mackovsek dio una superioridad numérica España que debería haber sido más trascendental. Los eslovenos pusieron la pausa, forzaron al máximo el pasivo y solo se realizaron dos ataques en esos dos minutos. Eso también es competir. Pese a ello, dos goles consecutivos de Aleix Gómez desde el extremo derecho colocaban a los Hispanos por delante con cinco minutos restantes.

Una mano al cuello de Miguel Sánchez condenó a España a la inferioridad en pista. Pero los nervios, ay, los nervios. Eslovenia no logró capitalizar la ventaja. Dos acciones polémicas consecutivas encendieron a los Hispanos. Que encima sufrieron una lesión de Aleix Gómez. Tenía que defender el equipo 20 segundos de Eslovenia, atacando con siete jugadores, claro. Un gol de diferencia. Tocaba sufrir, tocaba defender... ¡Y se logró! Final feliz para el balonmano español masculino. Lágrimas de los jugadores, este bronce sabe a gloria.

No será de oro, pero la medalla de bronce de los Hispanos se ha conquistado como si fuera una final. España sumó su medalla número 18 en los Juegos Olímpicos de París 2024 después de una guerra absoluta en la pista ante Eslovenia, que luchó hasta el último segundo y que tuvo ocasión de llevar el encuentro a la prórroga. El marcador final fue de 23 a 22, en épica estuvo más desigualado, los Hispanos mostraron más hambre. El balonmano español volvió a demostrar su carácter competitivo, una vez más cerrando ciclo olímpico con metal entre los dientes.

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