El mapa del oro: la región española que se cuela en el top europeo con más medallas olímpicas
Francia, Holanda y Suecia son las líderes en el número de mujeres campeonas olímpicas
La primera vez que el subcampeón olímpico (Pekín 2008) y campeón de Europa de hockey sobre césped, Eduard Arbós, jugó al hockey, tenía 3 o 4 años. "Mis padres jugaban también, nos apuntamos a un club y desde muy pequeño me llevaban para pasar el rato; a los seis o siete años ya empecé con entrenos y partidos", afirma por teléfono a El Confidencial, Arbós, que es el actual Gerente de la Federación Catalana de Hockey. Bromea con que, en Cataluña, los niños no nacen con un pan bajo el brazo, sino "con un palo de hockey en la cuna". A su Tarrasa natal se la conoce como el Silicon Valley del hockey hierba.
En Europa, Cataluña es, junto a la Isla de Francia (la región de París), Budapest, Belgrado o Lombardía, una de las regiones que históricamente más medallas ha cosechado en distintas ediciones de los Juegos Olímpicos, cuando se filtran los datos por lugar de nacimiento de los deportistas. Entre ellos, la tenista Arantxa Sánchez Vicario, que fue la primera española que obtuvo dos medallas en unos Juegos, en los de Barcelona de 1992. Aunque a más población, hipotéticamente más talento, los datos muestran que no es solo cuestión de número de habitantes.
La Red Europea de Periodismo de Datos analizó las cifras de medallas por la región en la que habían nacido los deportistas para los pasados juegos de Tokio de 2020 y observó que algunas de las más pobladas de Europa, como Isla de Francia, Cataluña y Lombardía, se situaban en esos juegos entre las cinco primeras con más medallistas, junto con las regiones de Budapest y Belgrado, sin embargo, de acuerdo a su población, otras grandes regiones como Estambul, Andalucía y Madrid habían obtenido resultados inferiores.
Fue así en los Juegos de Tokio de 2020, de donde 18 medallas de plata y 24 de bronce fueron obtenidas por jugadores catalanes; los de 2016 de Río de Janeiro, en los que uno de cada cuatro olímpicos que representó a España había nacido en Cataluña y además, consiguieron tres medallas de oro, cinco de plata y seis de bronce; los juegos olímpicos de Pekín en 2008, en los que hubo 26 jugadores catalanes que obtuvieron una medalla de plata, entre ellos, Eduard Arbós, además de los que consiguieron una de oro y cinco de bronce o las pasadas de Tokio, en 2020, en los que la mitad (48,3%) de los medallistas de España, 28 de un total de 58, habían nacido en Cataluña.
Además, teniendo en cuenta el número de medallas obtenidas por millón de habitantes, en los Juegos de Tokio, Budapest continuaba entre las primeras regiones, liderando la lista, con 16 medallas por millón de habitantes, en su mayoría en waterpolo y piragüismo. Puesto que el número de medallistas en deportes de equipo se contabiliza por jugador y no por equipo, en aquellos lugares con más tradición de este tipo de deportes, el contador también se dispara. Pero, ¿por qué hay regiones que dan tantas medallas y otras tan pocas?
"Una causa puede ser demográfica, pero no solo", explica por teléfono, Franco Pinotti, entrenador de baloncesto, experto en formación de deportistas de alto nivel, actualmente en el programa de formación deportiva de ITW Sport. Pinotti pone el ejemplo de Eslovenia, "que no tiene ni tres millones de habitantes, y es un fenómeno en el ciclismo, sus selecciones de baloncesto, de waterpolo, de voleibol son muy buenas, son buenos en fútbol, gimnasia", enumera, "y esto quiere decir que hay una tradición deportiva detrás", añade. Dice que ese es el éxito de España en el deporte, no solo de Cataluña, "también de Madrid, Andalucía, Canarias, o Valencia y es la planificación y formación, los entrenadores cada vez son mejores".
"El deporte es una actividad social predominantemente urbana, lo que explica en parte la sobrerrepresentación de las grandes ciudades", afirma por email a El Confidencial, el historiador francés, Michaël Attali, profesor universitario de Ciencias del Deporte en la Universidad de Rennes. Attali explica que la gran cantidad de clubes en estas ciudades "hace que sea fácil atraer a esos hombres y mujeres que después se convertirán en campeones". "La existencia de infraestructuras de calidad y la concentración de centros de entrenamiento en unos pocos lugares contribuyen a esta situación", agrega.
"Hay muchos apellidos que se repiten"
Arbós coincide que, en el caso del hockey, "hay un trabajo muy grande de los clubes privados a nivel histórico, que hacen un trabajo de formación con escuelas impresionante en Cataluña". Dice que hay clubes con más de 100 años, como el Lawn Hockey Club Calassanç, creado en 1910. Además, explica que Cataluña en hockey aglutina el 50% de las licencias de toda España, "y esto hace que se concentre mucho talento en poco territorio".
A esto se suma, continúa, que "el hockey es un deporte al que juega poca gente, pero la gente que juega comparte la tradición, porque es muy familiar, y esto hace que la siguiente generación siga jugando y haya un traspaso de conocimiento y talento de padres a hijos", aclara. Pone el ejemplo de la familia Amat, una de las más conocidas en hockey, "porque Pol Amat fue cinco veces olímpico; sus padres y sus tíos también compitieron y su primo, Santi Amat, fue medalla de plata". "Hay muchos apellidos que se repiten de unos juegos olímpicos a otros", agrega. "En mi caso, Arbós, yo fui olímpico y mi tío también lo fue".
Ese es, sin embargo, también el reto de España, dice Arbós, que lamenta que aquí, el deporte de élite se basa, "en un modelo de los clubes, muy privado" y "hay países que tienen más recursos a nivel estatal". "Las federaciones quieren ganar, pero para ganar hay que competir, y para competir, hay que formar bien, esto es una escalera, no se puede saltar del primer al quinto escalón de repente, hay que trabajar la base", agrega Pinotti, que coincide en que "esto requiere financiación también pública, no solo de clubes privados".
Francia y Suecia: más medallistas mujeres en Tokio
Cuando a Pinotti le preguntan el principal cambio que ha visto en décadas dedicadas al deporte en España, lo tiene claro: "El gran cambio que he visto es la evolución en el deporte femenino, que ha mejorado muchísimo". "Por eso, no sé por qué no se apoya más", añade. Francia, Holanda y Suecia encabezaron el ranking de países europeos con el mayor número de mujeres medallistas, superando, a su vez, al número de hombres, en los juegos de Tokio 2020. Si echamos la vista atrás, en 2016, Holanda y Suecia se mantienen, y entra Hungría como tercer país con mayor número de medallistas mujeres, que, a su vez, superan en número a medallistas hombres. En España, el mayor número de medallistas mujeres también se lo lleva Cataluña.
En cuanto a participación, Cataluña, Madrid y Baleares, son en este orden las comunidades que más deportistas han enviado a los Juegos de París. Para Ruth Alonso, mallorquina, de 28 años, entrenadora de niños en el Mallorca Waterpolo Club y miembro de la Federación balear de natación, su pasión por el deporte también fue heredada a los 12 años: "Siempre había estado en el tema de piscinas porque mi padre es nadador y mientras él nadaba, veía a gente entrenar en waterpolo y me encantó".
Con 20 representantes, Baleares es una de las tres comunidades españolas que más deportistas han llevado a los Juegos Olímpicos de París, aunque lejos de la cifra de Cataluña (97) y Madrid (90). "En Baleares hay waterpolo, pero no hay una cuarta parte de lo que hay en Cataluña, por ejemplo", dice Alonso. "Somos siete equipos en total en todas las Baleares y tenemos que sobrevivir porque hay muy pocos patrocinadores". El fenómeno es global, en los Juegos Olímpicos de Río 2016, un 40% de los atletas franceses participantes vivían por debajo del umbral de pobreza, según datos analizados por Voxeurop.
La obsesión de Orbán con piscinas y campos de fútbol
La financiación pública del deporte, por el contrario, no es un problema en Hungría, uno de los países europeos que más invierte en deporte en subvenciones directas. Desde que llegó al poder en 2010, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha sido fotografiado en varias ocasiones inaugurando piscinas y campos de fútbol. Se calcula que el gobierno húngaro ha destinado 2,1 billones de florines (unos 5,8 billones de euros) en financiar actividades e instalaciones deportivas. A ello se suma la llamada TAO (subvención fiscal corporativa), de la que las asociaciones y federaciones deportivas pueden recibir un total de 125.000 millones de florines al año. Las empresas húngaras puedan donar una parte de su impuesto de sociedades al deporte.
"Hay una equivocación con el deporte, la gente se piensa que es un pasatiempo, pero el deporte forma parte de la educación", concluye Pinotti, que lamenta que a los 10 u 11 años, en España, hay muchos chicos y chicas que no saben correr o saltar, pero, ¿cómo van a aprender si hacen una hora de actividad física a la semana?", concluye.
La primera vez que el subcampeón olímpico (Pekín 2008) y campeón de Europa de hockey sobre césped, Eduard Arbós, jugó al hockey, tenía 3 o 4 años. "Mis padres jugaban también, nos apuntamos a un club y desde muy pequeño me llevaban para pasar el rato; a los seis o siete años ya empecé con entrenos y partidos", afirma por teléfono a El Confidencial, Arbós, que es el actual Gerente de la Federación Catalana de Hockey. Bromea con que, en Cataluña, los niños no nacen con un pan bajo el brazo, sino "con un palo de hockey en la cuna". A su Tarrasa natal se la conoce como el Silicon Valley del hockey hierba.
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