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Attaoui, la revelación de España que muestra que un quinto puesto puede ser mejor que un cuarto
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BRILLANTE ACTUACIÓN EN PARÍS

Attaoui, la revelación de España que muestra que un quinto puesto puede ser mejor que un cuarto

El atleta de Torrelavega, sin duda uno de los grandes descubrimientos de los Juegos, sí mostró una actitud y pelea que le llevó a rozar el podio de una prueba casi imposible, algo que, a veces, no se ha visto en la delegación española

Foto: Mohamed Attaoui, extenuado tras entrar quinto en la final de 800 metros. (EFE/Julio Muñoz)
Mohamed Attaoui, extenuado tras entrar quinto en la final de 800 metros. (EFE/Julio Muñoz)

A lo largo de estos Juegos Olímpicos, el aficionado español se ha hartado de ver cuartas posiciones o, como coloquialmente se le conoce, de medallas de chocolate. Muchos han sido los deportistas y los equipos que han muerto en la orilla del éxito en París, muchos de ellos, con la vitola de favoritos o con muy alto ránking en sus diferentes especialidades. Pero un joven de 22 años, de Torrelavega, nos ha enseñado el camino hacia la felicidad... sin un triunfo de por medio.

Y es que Mohamed Attaoui se ha convertido en una de las relevaciones del deporte español en París. Había cierta sensación de desazón en el aficionado nacional, que consideraba que algunos de los deportistas y equipos no han estado al nivel que se les presupone en la cita olímpica, donde la cuarta posición se ha convertido en una rutina. Pero, entonces, ¿por qué fue tan celebrada la quinta posición de Attaoui en los 800 metros? Muy sencillo: por pelear y competir.

Foto: La decepción española fue total. (EFE/Sashenka Gutiérrez)

Es evidente que ningún deportista quiere quedarse a las puertas de la medalla, pero en París ha habido cierta sensación de tristeza para España: unas veces, por ver que un deportista no llega en su pido de forma; otras, por malas fortuna; otras, por falta de pelea hasta la extenuación; y, las menos, por alguna decisión polémica. Pero, lo cierto, es que España se ha abonado al cuarto puesto, con demasiados deportistas rozando el podio olímpico.

Fue entonces cuando un desconocido apareció como un soplo de esperanza en los 800 metros. Attaoui se ha hecho un nombre en los Juegos de París: rápido, peleón, irreductible, ambicioso y sin temor a nada, demostró en todas las series que tenía ritmo para pelear con los Miuras de la competición. No en vano, en la final olímpica, estaba ante las cuatro mejores marcas de la historia. Y, ¿qué hizo el español? Tratar de acabar con su reinado a base de desparpajo.

En una final brillante, Attaoui acabó en quinta posición con un tiempo de 1:42.08 para demostrarle a todo el planeta que, si se pelea hasta el final, nada más se le puede pedir a un atleta. Se quedó a cuatro centésimas del récord de España -que es suyo- y voló en pista: "Me voy muy contento con la carrera, he peleado hasta el final contra rivales durísimos. Me da confianza y motivación para seguir entrenando y mejorando años tras año". Un impulso para seguir triunfando.

Attaoui sorprendía a todos en el campeonato europeo sub-23 del verano pasado al conseguir la medalla de plata en 1.500 metros. En aquel entonces, llegaba de ser campeón de España sub-23 en dicha modalidad tanto en 2023 como en 2022. A pesar de considerarse mediofondista, la gran sorpresa la dio en los 800 metros y fue un mes antes de los Juegos Olímpicos. Aquel día supo que esa podía ser su verdadera distancia.

Sería en Italia, en el Europeo de Atletismo, donde el nombre de Mohamed Attaoui empezaría a escucharse por Europa. Porque el joven de 22 años se hacía con la medalla de plata en 800 metros. Pero no tuvo suficiente con ello, y en el mes de julio, a escasas semanas de París 2024, haría historia para el atletismo español durante la Diamond League de Mónaco, donde establecía el nuevo récord de España y el noveno de todos los tiempos con 1:42.04.

Este sábado, cerró su primera participación olímpica con letras mayúsculas, convirtiéndose en la gran revelación del atletismo español en estos Juegos Olímpicos junto a Quique Llopis. Una de las grandes razones para soñar en las próximas citas con volver a coger alguna medalla en la pista de atletismo, esa que se nos resiste desde hace tiempo. Y para confirmar que, a veces, un quinto puesto sabe mejor que una cuarta posición si se da todo lo que uno tiene dentro.

A lo largo de estos Juegos Olímpicos, el aficionado español se ha hartado de ver cuartas posiciones o, como coloquialmente se le conoce, de medallas de chocolate. Muchos han sido los deportistas y los equipos que han muerto en la orilla del éxito en París, muchos de ellos, con la vitola de favoritos o con muy alto ránking en sus diferentes especialidades. Pero un joven de 22 años, de Torrelavega, nos ha enseñado el camino hacia la felicidad... sin un triunfo de por medio.

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