"¡Estamos con vosotras!", pero sin estar: el Gobierno abandona a las chicas de oro en Lyon

"Nadie del Gobierno ni del Consejo Superior de Deportes, con lo que les preocupa el fútbol femenino y los palcos". Sirva este irónico mensaje remitido desde Lyon para confirmar lo que pareció verse durante la transmisión del España-Alemania, en el que las jugadoras de Montse Tomé no pudieron colgarse la medalla de bronce. Un golpe muy duro, pues, tras haber ganado el Mundial y la Nations League, llegaron a los Juegos Olímpicos de París como claras favoritas para llevarse el oro.

"En la vida no siempre se gana. Lo importante es seguir, aprender y avanzar. Siempre seréis nuestras campeonas @SEFutbolFem", escribió al término del partido la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría. "Ánimo. ¡Estamos con vosotras!", añadió la también ministra portavoz, junto a una foto de las ya conocidas como chicas de oro. Aunque lo cierto es que estar, no estuvo. Ni ella ni nadie de un Gobierno que tanto ha presumido de feminizar el deporte español.

Parece evidente que el hecho de que dos horas más tarde la Selección española masculina de fútbol disputara la final contra Francia, llevó al presidente del CSD, José Manuel Rodríguez Uribes, a quedarse en París. Junto a él no estuvo esta vez la citada Alegría. Pero sí el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, que se encontraba en la capital francesa, donde comenzó el día ofreciendo una rueda de prensa para explicar (?) la fuga de Carles Puigdemont.

Quien no se perdió la final disputada en el Parque de los Príncipes fue Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE), acompañado por el seleccionador absoluto, Luis de la Fuente, y varios representantes de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). En ausencia del inhabilitado Pedro Rocha, tan defendido por Blanco como antes hizo con su "hermano" Rubiales, el andaluz Pablo Lozano ha encabezado la expedición de la RFEF en los Juegos Olímpicos. Un hecho que le ha colocado como candidato a las elecciones en el caso de que el extremeño finalmente no pudiera presentarse. Es decir, más de lo mismo o, incluso, peor.

Mientras tanto, en el palco del Parc Olympique Lyonnais en representación de la RFEF estuvieron el navarro Rafael del Amo, vicepresidente de Rocha y miembro de la vieja guardia de Luis Rubiales, y Álvaro de Miguel, el actual secretario general. Además de Ana Álvarez, la que fuera directora de fútbol femenino de la RFEF hasta la llegada de Markel Zubizarreta, quien hace poco más de un mes decidió irse, precisamente, a Lyon. Por lo demás, lo dicho, ningún representante del Gobierno junto a un equipo del que, de haber jugado por el oro, no se hubiera separado.

Ni rastro de Vicente del Bosque

¿Y qué decir de Vicente del Bosque? "Del Bosque va a ser la representación del fútbol español. Lo vamos a ver en la final de la Champions femenina, durante la Eurocopa y los Juegos Olímpicos". Así, con esta contundencia y nada menos que en la rueda de prensa posterior a un Consejo de Ministros, anunció Pilar Alegría que el ex seleccionador español iba a presidir la llamada Comisión de Supervisión, Normalización y Representación creada por el CSD para controlar la RFEF tras la previsible y finalmente confirmada inhabilitación de Pedro Rocha, sustituto del también inhabilitado e imputado Rubiales.

Además de que aún no se sabe muy bien lo que la denominada comisión fantasma ha supervisado y normalizado, en lo que a la representación se refiere, efectivamente, Del Bosque estuvo en la mencionada final disputada en Bilbao, aunque lo hizo en un segundo plano. También viajó a la Eurocopa de Alemania, aunque a un partido, el intrascendente España-Albania, en el que también estuvo relegado a un extremo del palco.

Sin embargo, en los Juegos Olímpicos de París no se le ha visto, tal y como anunció Pilar Alegría. Se da la casualidad de que el salmantino es uno de los 29 miembros por elección de la Asamblea del Comité Olímpico Español (COE) como representante de los entrenadores. Es por ello que su presencia en París hubiera estado incluso un poco más justificada. Aunque, claro, sabido es lo poco que a Blanco le gusta que le hagan sombra y, sobre todo, que fue él quien negoció y firmó con Rocha un acuerdo que solo sirvió para darse importancia, pues no valió de nada.

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Kike Marín

Para acabar en Lyon, las abandonadas futbolistas españolas vieron junto a sus familias la final de París. Su tristeza por no poder colgarse al menos el bronce contrastó con la alegría de los pupilos de Santi Denia, quienes, 32 años después, volvieron a ganar el oro olímpico para el fútbol español. Otro éxito para una federación con un presidente inhabilitado y que, una vez disputados los Juegos, celebrará unas elecciones que deberían marcar un antes y un después. No un más de lo mismo.