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Ni toda Francia, ni un 'alien' pudieron con el 'Dream Team': EEUU toma París a la fuerza
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FRANCIA 87-98 ESTADOS UNIDOS

Ni toda Francia, ni un 'alien' pudieron con el 'Dream Team': EEUU toma París a la fuerza

El equipo local, que soñaba con dar la sorpresa, no pudo hacer frente al músculo ni a la mano del combinado norteamericano que, de nuevo, volvió a reinar en los Juegos

Foto: Estados Unidos, campeón olímpico de baloncesto. (Reuters/Brian Snyder)
Estados Unidos, campeón olímpico de baloncesto. (Reuters/Brian Snyder)

Estados Unidos no tiene rival. El conjunto norteamericano, que ya puede ser considerado como el nuevo Dream Team, no dio opciones a Francia en la gran final del baloncesto olímpico (87-98), en un partido en el que Stephen Curry, con 24 puntos, acabó con la resistencia del equipo galo… y de toda Francia. Porque ni los 19.000 aficionados galos que llenaban hasta los topes las gradas del Bercy Arena fueron suficientes para acabar con el poder del equipo entrenado por Steve Kerr.

Derrotar a Estados Unidos es el sueño húmedo de todos los equipos, pero los números lo dejaban claro: es más fácil que un meteorito impacte en un coche en movimiento que ganar al equipo de la NBA. Y es que, en toda la historia olímpica, EEUU solo ha perdido seis partidos de los 150 que ha jugado, lo que supone un 96% de victorias. La final de París no iba a ser una excepción: ni jugar contra el equipo local ni con toda la afición en contra iba a frenar al Dream Team.

Francia sabía que la misión no era sencilla, pero sí posible. Para poder ganar a Estados Unidos, era necesario estar brillante en todas las facetas: había que dominar la zona en ataque y en defensa, tener buena mano desde la línea de tres, saber correr y, sobre todo, no dejar a los norteamericanos salir en velocidad. Y, además, que algún jugador tomara la responsabilidad del equipo en los momentos de zozobra, esos que siempre aparecen ante EEUU y que les hace estirarse en el marcador.

Y ese fue Victor Wembanyama, que quería demostrar que todas las esperanzas que hay puestas en él no son flor de un día. El alien, como lo bautizó LeBron James, hizo todo lo que estuvo en su mano para tratar de evitar la victoria de EEUU. Pero ni estando bien escudado por Yabusele, De Colo y Fournier, pudo detenerlos. Francia tuvo en el punto de mira a sus rivales durante muchos minutos, pero nada impidió que los norteamericanos tomaran París a la fuerza en su 17º oro olímpico.

Foto: Ghadfa se conformó con la plata en París. (Reuters/Pilar Oliveros)

El partido comenzó con la intensidad que estas finales tienen, con Estados Unidos tratando de tomar ventaja en el marcador y Francia buscando la manera de no distanciarse. Devin Booker y Wembanyama tomaban la responsabilidad del ataque, con siete puntos cada uno, para acabar el primer cuarto con 15 a 20 para los norteamericanos. Y, entonces, llegó el festival anotador, con el encuentro algo más roto que lo que los galos deseaban.

Curry empezó a ver canasta desde el perímetro, LeBron James comandaba las operaciones de su equipo y Kevin Durant aparecía en los momentos claves. Wemby y un gran Yabusele sostenían a Francia a duras penas. La barrera de los diez puntos se antojaba fundamental. Había que llegar vivos al final del partido como fuera. El segundo cuarto fue un camino de rosas para los ataques, con las defensas algo laxas, para llegar al descanso con un 41 a 49 para EEUU.

placeholder Victor Wembanyama no fue suficiente para Francia. (AFP7)
Victor Wembanyama no fue suficiente para Francia. (AFP7)

El tercer cuarto volvió a ser para Francia, que sabía que debía de apretar para tener opciones en el tramo final de partido. Wembanyama no se rendía y la buena defensa gala provocó que los norteamericanos no tomaran decisiones correctas en sus ataques. El ejemplo más claro, la última acción en la que Durant perdió un inexplicable balón que permitió a De Colo colocar al combinado galo con solo ocho puntos de desventaja en el marcador (66 a 72).

Francia seguía creyendo y, con el paso de los minutos, recortaba en el marcador. Llegó a creer por un momento cuando, a falta de tres minutos, se ponía 79 a 98. Pero entonces Curry, que quería su primera medalla olímpica, sofocó la rebelión gala con tres triples que sellaron la victoria para EEUU (87-98). Francia lo había intentado hasta el final, pero no era suficiente para acabar con el poder de un equipo que sigue destrozando todo tipo de registros.

placeholder Curry sentenció el partido con tres triples. (Reuters/Brian Snyder)
Curry sentenció el partido con tres triples. (Reuters/Brian Snyder)

Estados Unidos volvió a demostrar que, cuando se pone a jugar, no hay quien les pare. Es un equipo dotado de un talento, una confianza y un músculo que no es fácil de frenar, especialmente porque no hay altibajos en su rotación sobre la pista. Francia lo intentó, pero ni los doce jugadores, ni los 19.000 espectadores, ni los 68 millones de habitantes, ni la Torre Eiffel pudieron frenar el poder del Dream Team. Ni evitar que LeBron James lograra su cuarta medalla olímpica. Ni Curry, la primera.

Estados Unidos no tiene rival. El conjunto norteamericano, que ya puede ser considerado como el nuevo Dream Team, no dio opciones a Francia en la gran final del baloncesto olímpico (87-98), en un partido en el que Stephen Curry, con 24 puntos, acabó con la resistencia del equipo galo… y de toda Francia. Porque ni los 19.000 aficionados galos que llenaban hasta los topes las gradas del Bercy Arena fueron suficientes para acabar con el poder del equipo entrenado por Steve Kerr.

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