España pierde el bronce y gana un trauma con un penalti fallado de Putellas en el último minuto
Alexia Putellas asumió la responsabilidad de tirar un penalti en el último minuto y falló. Alemania sí acertó en la pena máxima. La derrota, unida a la imagen ante Brasil, deja el proyecto de Tomé en entredicho
En la analítica habrá que prestar atención al azúcar. España, una vez más, conquista un cuarto puesto en los Juegos Olímpicos, otra medalla de chocolate y esta, de las que duelen especialmente. La Selección de Fútbol femenina, la gran favorita al oro al inicio del torneo, abandona Lyon con una derrota ante Alemania 0-1. Lo hace con drama: Alexia Putellas tuvo en sus botas el empate en el minuto 97, último del partido, desde la tanda de penaltis, pero lo falló. El encuentro se decidió por un solitario tanto de Gwinn, fruto de una pena máxima torpona de Cata Coll, que Alemania sí metió. Jennifer Hermoso y Aitana Bonmatí tuvieron grandes ocasiones, pero no acompañó la puntería.
España demostró su superioridad técnica, pero, una vez más, se traicionó así misma, evidenciando una falta de competitividad y de acierto de cara a portería. Un año después del triunfo en el Mundial, este cuarto puesto deja un horroroso sabor de boca, con algunas de las mejores futbolistas españolas señaladas y los focos puestos en Monse Tomé, decepcionante en su primer gran torneo como seleccionadora. Contra Colombia, el drama se evitó a última hora; Brasil nos rompió y Alemania tuvo más hambre de bronce.
Llegaba Tomé al encuentro cuestionada, quizás en su peor momento deportivo tras la paupérrima imagen del equipo ante Brasil. Sus decisiones de semifinales todavía colean. La seleccionadora dejó fuera a Alexia Putellas, probablemente, la futbolista española más determinante del torneo. La doble Balón de Oro, a diferencia del Mundial al que llegó fuera de forma por las lesiones, ha recuperado su nivel en un exquisito final de temporada. La respuesta de Tomé a su suplencia fue el clásico "no pueden jugar todas". Suele venir bien poner a las mejores. Contra Alemania, la entrenadora optó por un once de videojuego: Teresa Abelleira, Alexia Putellas, Aitana Bonmatí, Jenni Hermoso, Salma Paralluelo y Athenea del Castillo. Más ofensivo, difícil.
En las horas previas al partido, Tomé dio a conocer los descartes: Misa Rodríguez, Irene Paredes, Eva Navarro y Alba Redondo, las dos primeras por problemas físicos. Esto premió a Elene Lete y Vicky López, las dos únicas futbolistas que no habían formado parte de una convocatoria durante los Juegos y que, por lo tanto, carecían de la oportunidad de colgarse la medalla según el reglamento. Un bonito detalle por parte de la seleccionadora, aunque podría haberse realizado en encuentros más cómodos, como el primer España-Brasil de fase de grupos, en el que solo el primer puesto estaba en juego.
Ni Salma, ni Aitana ni Alexia. El protagonismo inicial fue para los nervios. Las piernas temblaban más de la cuenta, había una medalla de bronce en juego y se hizo notar. La calidad estaba en los pies de las españolas, la energía en Alemania (cuartas en el ranking FIFA, la Roja es la primera). El paso de los minutos mejoró a la Selección gracias al buen criterio que implementaban Putellas y Hermoso en la zona medular, intercambiando posiciones en todo momento.
Cuando el reloj rondaba el minuto 20, Teresa Abelleira casi marca el tanto de los Juegos Olímpicos con una falta desde 50 metros que se envenenó, con toda la intención del mundo, impactó en la parte superior del larguero. Gran control de juego de la madridista, que terminaría la primera mitad con 48/54 pases completados, 5 recuperaciones y todos los duelos aéreos ganados.
La pelota pasó a vestir de rojo, con las alemanas esperando su oportunidad a la contra, aferrándose a enganchar alguna superioridad física individual. Putellas no paró de capitanear el encuentro, surtiendo los mejores balones a Salma o Athenea, quien falló un uno contra uno en fuera de juego. La primera, físico (y pasado) de atleta, alma de futbolista, dio síntomas de cansancio. Vamos, estaba tiesa, y no pudo capitalizar su velocidad punta.
Volvía a estar gris Aitana, quien no ha podido lucir su condición de Balón de Oro en el torneo olímpico, por debajo de lo esperado. Pero el talento, a veces, se pone por delante de la constancia, y la futbolista del Barça tuvo la mejor ocasión del encuentro con un disparo ajustado a la escuadra que se topó con el larguero. El rebote, cazado de primeras por Jenni iba a gol, pero Hegering puso el cuerpo y evitó la celebración española. Con mejor sabor de boca, pero un 0-0 en el luminoso, se llegó al descanso.
España era mejor equipo que Alemania. Nadie tiene futbolistas mejores en lo técnico, aunque la imagen general del torneo haya sido mala. Del vestuario se salió con esa actitud. Eran mejores y lo iban a demostrar. Solo la falta de maña de Paralluelo evitaba que España mandara en el marcador, en el césped sí lo hacía. Las germanas dieron un susto con un disparo raso de Minge que lamió el palo de la portería de Cata Coll.
Alemania metía miedo en acciones individuales, mientras el peso del partido era para España. Ona Batlle protagonizó uno de los regates del partido internándose por su carril izquierdo, la jugada la finalizó Athenea, cambiada de banda, que trató de poner la pelota en la escuadra sin éxito. Faltaba convencerse, faltaba el gol para tranquilizar el partido. Había más gritos a favor de España en el estadio del Olympique de Lyon, absurdamente vacío para tratarse de un encuentro por la medalla de bronce.
El drama llegó en el minuto 62. Pelotazo de las germanas, Gwinn gana la espalda a la defensa española, salida de Cata Coll que, en vez de utilizar las manos, carga a la delantera: penalti clamoroso y amarilla. La propia Gwinn lo marcó y puso contra las cuerdas a España, tocaba, una vez más, remontar. El partido también era contra el reloj.
La comodidad, sin embargo, era para Alemania. Cata Coll ofreció un flashback del Casillas-Robben del 2010 en Sudáfrica para evitar el segundo gol de Gwinn. Era sintomático, España necesitaba despertar sí o sí para colgarse la medalla. Apenas quedaban 20 minutos por delante y las de Tomé estaban en su peor momento del encuentro.
El corazón lo puso Jenni Hermoso con un testarazo a bocajarro que convirtió en heroína a Berger. España, con el partido totalmente roto, se volcó en el área rival. Tenía que ser la épica o la nada. Alemania empezó el otro fútbol, más codazo, más agarrón, más protesta... Pero siempre con peligro a la contra. Solo había opción para el milagro y llegó el penalti a Lucía García. Alexia Putellas, la mejor del partido, asumió la responsabilidad desde los once metros y falló. Drama olímpico y adiós a los Juegos, derrota de las que dejan huella. Veremos si consecuencias.
En la analítica habrá que prestar atención al azúcar. España, una vez más, conquista un cuarto puesto en los Juegos Olímpicos, otra medalla de chocolate y esta, de las que duelen especialmente. La Selección de Fútbol femenina, la gran favorita al oro al inicio del torneo, abandona Lyon con una derrota ante Alemania 0-1. Lo hace con drama: Alexia Putellas tuvo en sus botas el empate en el minuto 97, último del partido, desde la tanda de penaltis, pero lo falló. El encuentro se decidió por un solitario tanto de Gwinn, fruto de una pena máxima torpona de Cata Coll, que Alemania sí metió. Jennifer Hermoso y Aitana Bonmatí tuvieron grandes ocasiones, pero no acompañó la puntería.