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¡Campeones olímpicos! España remonta, resiste y supera el oleaje francés para robar su oro (3-5)
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Decimocuarta medalla nacional

¡Campeones olímpicos! España remonta, resiste y supera el oleaje francés para robar su oro (3-5)

La sub23 conquista París en un partido histórico. Francia se adelantó, España se repuso con un doblete de Fermín y un gol de Baena, los de Henry igualaron y La Rojita se impuso en la prórroga gracias a dos tantos de Sergio Camello

Foto: Dos goles de Camello hicieron campeón a España. (EFE/Juanjo Martín)
Dos goles de Camello hicieron campeón a España. (EFE/Juanjo Martín)

La primera ocasión de la final no sucedió en las botas de ningún futbolista, sino en la garganta de más de 45.000 franceses. La Marsellesa cantada a capela en el Parc des Princes fue mejor que un gol a favor. Un grito unísono, ensordecedor e intimidatorio a más no poder. Un canto al cielo que clamaba por la medalla de oro. La primera señal del mareaje a sortear por parte del navío español. Lo que Francia desconocía es que en frente había una embarcación, la española, que tiene un capitán llamado Fermín López que junto a 21 grumetes iban a hundir la flota francesa para ganar el oro y hacer al equipo de fútbol campeón olímpico 32 años después.

Santi Denia no se guardó nada y salió con el once de gala que le llevó a la final. Thierry Henry tampoco. En el campo estaban los 22 mejores futbolistas posibles. Y el partido prometía. El control, el toque y el saber jugar de España; el poderío físico, la contundencia y el gol de Francia.

El inicio no fue el deseado. En una jugada aislada tras un mal despeje de Baena, Millot disparó y Arnau Tenas, de manera incomprensible, introdujo el balón en su propia portería. Francia no había empezado a apretar todo lo que podía, solo había dado un paso adelante. Segundo error fatal de un portero tras el fallo de Cata Coll en el partido por el bronce ante Alemania unas horas antes.

Siete minutos después, en el 18', tuvieron que venir los dos campeones de la Eurocopa para poner las tablas en el marcador. Baena encontró a Fermín, en el lugar preciso y en el momento exacto, y como a lo largo del torneo, no perdonó. Disparo cruzado con la pierna derecha dentro del área y golazo para igualar el partido. Nueva final a 62 minutos.

Diez minutos de locura

España creció con el empate y en la siguiente acción de peligro, centro de Miranda, remate de Abel Ruíz y de nuevo Fermín, quién sino, otra vez donde tenía que estar, adelantó a España. Si antes hablábamos de Baena, el centrocampista del Villarreal también quería su trozo del pastel. Tres minutos después, falta en la frontal y balón a la escuadra para desatar la locura nacional. 1-3 y el Parc des Princes enmudecido. En 10 minutos, La Rojita ganó media final.

Cuando el primer tiempo llegaba a su fin, Mateta cabeceó y Tenas, portero del Paris Saint Germain, intervino de manera providencial para salvar a España y mantener la ventaja de dos goles al descanso. Era clave mantener esa renta para que Francia encarara el túnel de vestuarios nerviosa y consciente de que tenía que salir a cuerpo abierto tras el descanso.

Sin muchas ocasiones tras la reanudación, la primera fue para Francia. Cabezazo de Koné tras centro lateral y balón al larguero. España buscaba sedar el partido y poner la puntilla con un cuarto gol que sentenciara la final. Pudo llegar en un par de ocasiones de Abel Ruiz, sin éxito. La afición francesa buscaba intimidar a España, pero los de Santi Denia resistían.

placeholder Qué final, Fermín. (Europa Press)
Qué final, Fermín. (Europa Press)

Arnau Tenas, de villano a héroe

El error en el gol no le pesó, todo lo contrario. Su reacción fue legendaria. Koné probó suerte, pero Arnau, como un felino, evitó el 2-3. Juanlu Sánchez y Adrián Bernabé fueron los primeros cambios de Santi Denia. Fermín (el protagonista) y Pubill (el autor del primer gol del campeonato) abandonaron el terreno de juego.

Una intensa lluvia comenzó a caer en París. Es bajo ella cuando ocurren los milagros. España estaba a menos de 15 minutos de ser campeón olímpico de fútbol tras 32 años sin saborear el oro olímpico. Pero no iba a ser fácil. Olise botó una falta y tras tocar en varias piernas, Francia recortó distancias. Los de Denia tenían que dejarlo todo en el campo si querían la victoria.

El gol envalentonó a los franceses en la grada y en el campo. El viento empezó a soplar en contra y había que resistir como fuera. Turrientes y Camello entraron por Baena y Abel Ruiz. Última parte de la función.

placeholder Arnau Tenas celebra una parada. (Reuters/Isabel Infantes)
Arnau Tenas celebra una parada. (Reuters/Isabel Infantes)

Un final de infarto

España fue valiente mientras era consciente de lo que había en juego. Lejos de regalar el balón y encerrarse atrás, buscó campo rival con sentido y con el cuarto gol entre ceja y ceja. Sin embargo, cada ataque francés era una agonía interminable. Una contra de tres atacantes contra dos defensas acabó con un disparo cruzado de Sergio Gómez que se marchó por poco.

En el minuto 90, córner botado por Francia, agarrón de Miranda y polémica. El VAR llamó al colegiado y tras revisión, Ramon Abatti señaló penalti. Mateta cogió el balón, chutó y empató el partido para llevar el partido a la prórroga.

La final ya era una locura, y los dos equipos estaban dispuestos a contribuir a la causa. Beñat Turrientes, con un zurdazo al larguero, se quedó a un centímetro de dar el oro a España. No hubo tiempo para más. A la prórroga.

placeholder Mateta superó a Tenas. (EFE/Juanjo Martín)
Mateta superó a Tenas. (EFE/Juanjo Martín)

Saber sufrir, saber ganar

El descanso amansó a Francia y los nervios hicieron acto de presencia. La presión de igualar un 1-3 y perder el oro en la prórroga era enorme. España creció y se empezó a acercar a área rival. Un buen golpe podía ser la sentencia. Y así fue.

En el minuto 100, Bernabé asistió a Camello, que encaró a Restes y con una definición a lo Fernando Torres en Berlín adelantó de nuevo a España. Tenía que ser la estocada definitiva. En la siguiente, un disparo de Akliouche se le escapó entre las piernas a Arnau, que la salvó sobre la línea. Los corazones no daban más de sí.

En la segunda parte de la prórroga, las piernas flaquearon en ambos equipos. La selección francesa lo intentaba, pero las fuerzas daban para lo que daban. España buscó sedar el partido mientras encontraba una rendija para anotar el 3-5. Y en un último contraataque, asistencia de 40 metros con la mano de Arnau Tenas y otra vez Camello, en la misma jugada que el 3-4, con la misma definición, marcó el quinto gol para que España tocara el cielo de París. ¡Oro olímpico!

Con la victoria, España gana primer oro en equipo desde Atlanta 1996. Ha sido un torneo de menos a más donde figuras como las de Fermín López o Sergio Gómez explican el éxito nacional. Ahora, turno de regresar a casa con la medalla al cuello y la cabeza bien alta.

La primera ocasión de la final no sucedió en las botas de ningún futbolista, sino en la garganta de más de 45.000 franceses. La Marsellesa cantada a capela en el Parc des Princes fue mejor que un gol a favor. Un grito unísono, ensordecedor e intimidatorio a más no poder. Un canto al cielo que clamaba por la medalla de oro. La primera señal del mareaje a sortear por parte del navío español. Lo que Francia desconocía es que en frente había una embarcación, la española, que tiene un capitán llamado Fermín López que junto a 21 grumetes iban a hundir la flota francesa para ganar el oro y hacer al equipo de fútbol campeón olímpico 32 años después.

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