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Los Hispanos chocan con un muro llamado Wolff y jugarán por su quinto bronce en los Juegos
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DERROTA POR 24 A 25

Los Hispanos chocan con un muro llamado Wolff y jugarán por su quinto bronce en los Juegos

La Selección masculina de balonmano se quedó a las puertas de la final olímpica y, pese a jugar el mejor partido del campeonato, no pudieron con el excepcional portero germano

Foto: Wolff fue demasiado para los 'Hispanos'. (EFE/EPA/Alex Plavevski)
Wolff fue demasiado para los 'Hispanos'. (EFE/EPA/Alex Plavevski)

El balonmano español no pudo hacer historia, tras estrellarse contra Alemania en semifinales de los Juegos Olímpicos (24-25) en un partido que quedará grabado para siempre en las retinas de los aficionados españoles por el enorme partido de Andreas Wolff. El meta alemán fue el factor diferencial con 22 paradas, cuatro de ellas en los dos últimos minutos, un muro que los Hispanos no lograron superar y que les manda a la pelea por el bronce (domingo a las 09:00h).

Hablar del balonmano español es prácticamente sinónimo de medalla olímpica pero, esta vez, soñaba con meterse en la final. En las últimas ocho participaciones olímpicas, se puede presumir de haber conseguido una medalla al menos en cuatro ocasiones, pero todas ellas de bronce. Pero, esta vez, España estuvo muy cerca de romper su techo, algo que no sucedió por culpa de la brillante actuación del portero alemán, que fue decisivo.

Foto: El error de Putellas. (Reuters/Albert Gea)

El partido no comenzó bien para los españoles, que en sus primeros ataques se encontraron con un Andreas Wolff espectacular, con 5 de 8 paradas. Por el contrario, Alemania no perdonaba en casa posesión, para ponerse con ventaja a las primeras de cambio. Solo las intervenciones de Gonzalo Pérez de Vargas mantenían con vida a los Hispanos, que tardaron 7 minutos en hacer su primer gol. Pero, a partir de ahí, España se quitó los nervios y empezó a morder en defensa y en ataque.

Los Hispanos tenían que agarrarse al partido, pero continuamente se encontraban con el meta alemán. Aun así, lograron empatar a 6, momento en el que Alemania puso la directa para hacer un parcial de cero a cuatro. Wolff, con 9 paradas en 22 minutos, frenaba a España, que veía cómo los germanos seguían pisando el acelerador. Pero la Selección es mucho equipo y se iban a rehacer. Jugada a jugada, gol a gol, con mucho trabajo, conseguían meterse en el encuentro.

Tanto que, en los minutos finales, España mejoró ostensiblemente. Ajustó su defensa, Pérez de Vargas empezó a sacar su magia y, en ataque, se comenzó a jugar con los extremos para generar superioridades. De menos a más, los Hispanos acabaron la primera parte ofreciendo su mejor imagen, con Agustín Casado y Daniel Fernández en plan estelar para, aprovechando los dos minutos de exclusión de Johannes Golla, llevar el partido al descanso con empate 12. Había mucha vida.

Llegaba el momento de la verdad

Quedaban treinta minutos para soñar con la final olímpica y España sabía lo que tenía que hacer: era clave defender bien y, sobre todo, encontrar buenas posiciones de tiro en ataque. En los primeros minutos, los Hispanos volvieron a las andadas, no siendo capaces de frenar a los germanos y con el brazo algo encogido en ataque, lo que valió, de nuevo, para verse por debajo en el marcador (14-17). Había que trabajar mucho para recuperar el terreno perdido.

De nuevo, poco a poco, España empezó de nuevo a ajustar su defensa, en un partido que estaba siendo una exhibición de Wolff y de Pérez de Vargas. Los dos porteros estaban brillantes, dando una verdadera lección bajo palos. Dani Fernández e Ian Tarrafeta cogieron la responsabilidad del ataque, para volver a empatar el partido a veinte con catorce minutos por jugar. La victoria se iba a decidir por detalles. Cada ataque, empezaba a contar. Y mucho.

En Alemania, Renars Urcins era la gran razón que hacía soñar a la Mannschaft, que había convertido su brazo izquierdo en un martillo contra España. Aleix Gómez era el que respondía y, a falta de 8 minutos, ponía a los Hispanos por delante por primera vez en el partido (23-22). Pero, entonces, Wolff hizo acto de aparición -otra vez más, la enésima- para parar tres disparos consecutivos desde seis metros de Javier Rodríguez que habrían abierto brecha en el marcador.

Y la realidad fue, una vez más, tozuda. A pesar del gran partido de España, Juri Knorr ponía por delante a la Mannschaft y la incapacidad de los Hispanos para superar a Wolff en los minutos finales, que finalizó el partido con 22 paradas, mataría a España, que moriría en la orilla para quedarse sin final olímpica (24-25). Será el domingo cuando la Selección luche por su quinto bronce, tras el logrado en Atlanta 96, Sídney 00, Pekín 08 y Tokio 20. Una verdadera lástima.

El balonmano español no pudo hacer historia, tras estrellarse contra Alemania en semifinales de los Juegos Olímpicos (24-25) en un partido que quedará grabado para siempre en las retinas de los aficionados españoles por el enorme partido de Andreas Wolff. El meta alemán fue el factor diferencial con 22 paradas, cuatro de ellas en los dos últimos minutos, un muro que los Hispanos no lograron superar y que les manda a la pelea por el bronce (domingo a las 09:00h).

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