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Break

Paris 2024 Paris

El arte urbano que llega a París como deporte olímpico (aunque a tu cuñado no le guste)

Alberto Ramirez | Carlos Herráez | Emma Esser | Ainara Rúa | Laura Martin | Marta Abascal | Luis Rodríguez

Qué es el breaking

Este 9 de agosto, las cámaras de los Juegos Olímpicos enfocarán al único deporte que se estrena en París 2024, el breaking. Un baile convertido en batalla uno contra uno en el que, tanto en la disciplina masculina como en la femenina, los participantes improvisarán y realizarán movimientos de suelo al ritmo de un DJ con el objetivo de convencer a los jueces. La implementación del breaking como deporte olímpico ha conllevado multitud de polémicas, tal y como sucedió en su momento con especialidades modernas como el skate.

Estos días, oirás numerosos comentarios de nuestros queridos cuñados olímpicos, aquí te explicaremos todo lo que necesitas saber para entender este deporte. El b-boy madrileño Grazy [Graciel Stenio] ejercerá de maestro de ceremonias para explicarnos, paso a paso, los detalles del breaking. Por cierto, para ir metiéndonos en materia: es breaking, no break dance. No es sinónimo ni negociable.

El breaking, a nivel social, es una de las cuatro patas de la cultura hip-hop, junto con los movimientos DJ, MC/rap y el grafiti. Grazy lleva más de dos décadas vinculado a este deporte, a esta cultura, ha ganado multitud de competiciones y estuvo cerca de participar en los Juegos Olímpicos. ¿Decepción? No, lo importante es el crecimiento de su arte. “Conocí esto por los mayores de mi barrio. De repente vi bailar a Tomás, Dani… y me pregunté: ‘¿Qué es eso?’. Ellos me dijeron que era breakdance [término erróneamente impuesto fuera de EEUU] y poquito a poco me enseñaron porque yo venía de la capoeira. Entonces fuimos haciendo lazos, empezamos a entrenar y hasta hoy en día”, nos cuenta sobre sus inicios: “Me atrevería a decir que para mí el breaking es, después de tantos años, una forma de meditar y de estar en paz conmigo. Es terapia”.

Breaking para dummies: elementos básicos y movimientos

“Es un baile que se basa mucho en la originalidad. Hay una base que está muy establecida: one step, two step, three step, four step, five step, six step, seven step, windmill, babies... Pero nosotros intentamos coger esas bases y estrujarlas, darles tres mil vueltas y darle la diferencia”, asegura Grazy. El b-boy nos muestra los movimientos clásicos en una demostración.

Top rock

Top rock

Uno. El top rock

Primera impresión

Es un movimiento ejecutado de pie que marca el inicio del storytelling.

Introducción

Sirve como toma de contacto al estilo y como calentamiento para las transiciones y otros movimientos.

Los freezes

Freezes

Dos. Los freezes

Objetivo

Se trata de congelar una cierta postura durante unos segundos.

Relación con
la Capoeira

Piernas en forma de ‘L’similar al aú batido, patada de voltereta tradicional de la Capoeira.

Más de 20 tipos

Existe una gran variedad de tipos de freezes.

El footwork

Footwork

Tres. El footwork

Velocidad de pies

Movimientos de pierna/pies cerca del suelo.

Complejidad

Requiere mucha técnica y postura para poder llevarse a cabo.

Autenticidad

Los footwork son propios del breaking, marcan la diferencia respecto a otros tipos de baile.

Powermoves

Powermoves

Cuatro. Powermoves

Potencia

Es el elemento más dinámico, son la guinda del pastel,los pasos que marcarán la diferencia ante los jueces.

Combinaciones

A menudo, estos powermoves son mezclas y combinaciones de los otros movimientos.

Toque personal

Se utilizan los powermoves para diferenciarse del resto y para dar el golpe sobre la mesa definitivo.

Lejos de lo que los prejuicios opinen, el breaking es una disciplina de altísima dificultad física. “No puedo hablar de todos los deportes ni de todas las artes porque obviamente nadie es conocedor de todas las artes, pero sí soy conocedor de la mía. Soy hiperespecializado en breaking. Ha salido un estudio que demuestra que es de los deportes que más rango de lesiones tiene para los que lo practican. En mi caso, tengo la espalda llena de hernias, me han operado los dos meniscos, el quinto metatarso roto. ¿Qué te quiere decir eso? Que aprenderlo es muy doloroso”, explica el b-boy. Si prestamos atención a los ejercicios que se podrán ver en plena competición, la movilidad y plasticidad del cuerpo, de las extremidades, son esenciales para la fluidez de los movimientos y para captar la atención de los jueces.

La competición del breaking: formato, reglas y jueces

Es la primera vez que el breaking es olímpico, pero ya hubo una toma de contacto en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires en 2018, donde fue uno de los deportes que más llamó la atención. Esta ‘prueba’ acabó por convencer al Comité Olímpico Internacional, que apostó por ello como referencia en París.

¿Cómo se decide un deporte olímpico? El COI valora positivamente varios aspectos a la hora de incluir nuevos deportes a los Juegos. El breaking cumplía de largo con dos fundamentales. Tanto mujeres como hombres pueden dedicarse a ello, es decir, tiene un valor de integración. Y, segundo, es un producto interesante para un público juvenil —como a cualquier espectáculo visual del siglo XXI, atraer a la audiencia joven es una obligación—. La disciplina lleva más de 50 años practicándose y en multitud de lugares del mundo [75 países y 4 continentes por hombres y un mínimo de 40 países y 3 continentes por mujeres son los requisitos del COI para aceptar propuestas].

Rondas de 60 segundos al ritmo de un track desconocido

Para empezar, en París habrá dos disciplinas dentro del breaking, masculino y femenino. En cada una de ellas competirán 16 b-boys y 16 b-girls. Las mujeres disputarán su prueba a lo largo del día 9 de agosto, los hombres en el día 10. Habrá ronda preliminar, cuartos, semifinales y final, así como batalla por el bronce. Los atletas se enfrentarán uno contra uno a partir de los cuartos. La preliminar, la Robin Round, será en grupos de cuatro y clasificarán los dos mejores.

Para llegar hasta ahí, hubo que clasificarse en diversos preolímpicos. La élite de la élite se da cita en el corazón de París, concretamente en la famosa Plaza de la Concordia, sede también del skateboarding, el baloncesto 3x3 y del ciclismo BMX Freestyle.

Puntuación según un mínimo de 3 jueces (siempre impares)

Los atletas olímpicos, por turnos establecidos por la organización, darán un paso al frente y el cypher [círculo dentro de la pista de baile donde se realizará el ejercicio] será suyo. Ahí improvisarán su actuación en función de la pista que el DJ pinche, incluyendo los citados freezes, power moves, downrock y top rock. “Hay cinco variables: musicalidad, ejecución, técnica, originalidad y variedad. Son los cinco patrones que hay que juzgar este sistema en los Juegos Olímpicos”, relata Grazy.

Hay un punto de subjetividad a la hora de que los jueces valoren las actuaciones, pero todos ellos podrán sancionar y eliminar al b-boy o a la b-girl en caso de ver una conducta antideportiva. ¿Quiénes son los grandes favoritos? Apunten estos países: “Japón, sin duda. También Estados Unidos y Países Bajos”. España, pese a contar con algunos de los nombres más destacados del panorama internacional como Xak, Law, Johnny Fox o el propio Grazy, no logró clasificar a ningún atleta.

El deporte olímpico que nació en la fiesta de un Dj

No es posible entender el breaking sin remontarse a sus orígenes. Nos trasladamos a los Estados Unidos de los años 70, donde el Dj Kool Herc, considerado como el padre del hip-hop, comenzó el movimiento. En una mezcla de literatura y realidad, este asegura que tuvo una realización en plena sesión: el break gustaba más a su público, había que explotarlo.

La música urbana conquistó los corazones de la cultura joven, y, durante las sesiones del Dj, básicamente, fiestas, los asistentes disfrutaban más de los breaks dentro de las canciones, es decir, de las partes de la pista en las que la música cobraba protagonismo. No era necesario la voz para bailar. Poco a poco, nacieron los b-boy y b-girls, especialistas en actuar en estos momentos, cuando el MC [Maestro de ceremonias] callaba.

Lo que durante años fue cultura, se convirtió en deporte. El caso es muy similar al de las Batallas de Gallos (impulsadas en España y América Latina por Red Bull), lo que comenzó como un arte urbano, acabó por ser una competición que da de comer a varios freestylers en nuestro país, como Sergio Castro, más conocido como Chuty, el gran exponente español de la disciplina, que lo ha ganado prácticamente todos los títulos posibles.

“Al final, en países como España, el deporte está mejor visto que el arte, por lo que ha cogido una magnitud diferente. Llevo 22 años antes de ser considerado deporte, he viajado por medio mundo, he estado en 50 países, pero, aun así, había algo, un arraigo de la calle y la gente no llevaba a comprender. Ahora que es deporte y es olímpico, simplemente por ese cambio de concepto, porque al final breaking es lo mismo hecho aquí, en los Juegos Olímpicos, en el parque o en el teatro, es como ‘wow’ para la gente. A nivel nuestro, el breaking es breaking, sigue siendo lo mismo”, defiende Grazy. Como es lógico, hay detractores dentro de la cultura urbana, que no ve con buenos ojos esta ‘deportización’ del hip-hop.

La influencia estadounidense engloba al breaking, por ello, casi todos los términos técnicos del deporte son anglicismos: “Todo el baile de arriba se llama top rock; todos los movimientos de pies se llaman footwork; todos los movimientos circulares y acrobáticos se llaman power moves; los congelados son freezes. De arriba a abajo se llama go downs. Cuando cuentas una historia al bailar se llama storytelling”.

Al final, es un baile que busca emocionar, ser capaz de contar un relato a través de movimientos. Llevar esta filosofía a una tabla de evaluación de un juez es un pase importante y no exento de polémica. “Siempre digo lo mismo: la esencia va a ser la misma para el que quiera, pero al final lo que lo cambia son las personas. Trabajo de esto. He estado en el Circo del Sol, he competido en el Red Bull del mundo… he hecho muchas cosas y para mí no ha cambiado absolutamente nada. Si hubiese estado en los Juegos Olímpicos, no cambia nada. Creo que a la gente que quiera, seguirá manteniéndolo, ya sea por diversión, por deporte, por arte o por profesión. No creo que cambie mucho. Lo único que nos da son cosas buenas: llegan más patrocinadores, más marcas, más hospicios, subvenciones del Estado… para mí todo es positivo”, explica el b-boy español.

¿Qué hacer si uno de tus hijos se enamora de este deporte una vez lo vea por el televisor? No es una respuesta fácil. “Antes necesitabas muchas ganas y aprendías a base de hostias, ensayo y error. Esa era nuestra metodología. Teníamos un vídeo VHS para todo el grupo, imagínate cuando llegaba a ti estaba ya rayado. Entonces era ensayo y error e intentar copiar algo que tú creías que tu cabeza imitaba... Ahora hay muchos medios: escuelas, club deportivos o entrenadores. Hoy en día se puede entrenar de muchas maneras, o sea, hay un amplio abanico”.

El olimpismo efímero del breaking

“Hay otros deportes que tienen mucha más gratificación. Si yo entreno mucho al fútbol y consigo ser de los mejores, puedo vivir muy bien de ello. Pero, en cambio, en breaking entreno mucho y quizás puedo vivir dignamente de ello, no muy bien. Y además, esforzándote al máximo”, reflexiona Grazy durante una larga conversación con este periódico. La última pregunta es obligada, qué significa este deporte para él: “Es verdad que yo vivo de esto, es mi profesión. Realmente es mi misión de vida, mi objetivo. Aunque el día de mañana me dieran 10 millones de euros, yo seguiría haciendo lo mismo. Para mí, es mi vida soñada e ideal. Voy a seguir haciendo lo que hago hoy, que es ir a entrenar break”.

Grazy entrenando
Grazy en un entrenamiento (Redbull)

Una vez acaben los Juegos Olímpicos, como casi todos los deportes minoritarios, los focos dejarán de alumbrar al breaking. De hecho, su paso por los cinco aros es efímero, ya que desaparecerá en Los Angeles 2028. Ahí estarán béisbol y softbol, críquet, flag football (modalidad del fútbol americano sin contacto), lacrosse y squash como nuevas disciplinas. Pero la vida del breaking como deporte no ha hecho más que empezar, sea olímpico o no. Ahora toca disfrutar y ver a los b-boys y b-girls colgarse las medallas con la torre Eiffel de fondo.