Saúl Craviotto ya es eterno gracias a la alegría del piragüismo español con un doble bronce

Hablar de piragüismo en los Juegos Olímpicos es sinónimo de éxito para España y, en París, no podía ser de otra manera. El K4 500 y el C2 500 masculinos han entrado en la historia con tres nuevas medallas, que colocan a la delegación española con 13 metales —además de otros dos asegurados, pero de los que desconocemos el color— y que elevan a esta especialidad como la que más preseas olímpicas nos ha dado en la historia, con 23, en un jueves para el recuerdo.

Especialmente importante fue para Saúl Craviotto que, con esta medalla, se convierte en el deportista olímpico más laureado de la historia de nuestro país. Hasta la fecha, el catalán contaba con cinco metales olímpicos, empatado con otro histórico de nuestro deporte como David Cal en lo más alto del palmarés nacional. Pero gracias a su éxito en los Juegos de París, el piragüista español ha roto todos los récords para entrar en la leyenda de España.

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La jornada comenzó con un gran sabor de boca, después de que el C2 500 de Joan Antoni Moreno y Diego Domínguez acabara tercero en una brillante final. Era en la que menos expectativas había puestas, pero en un enorme final, los dos españoles lograron una brillante remontada en los últimos 250 metros para, por solo 9 centésimas, conseguir la primera medalla de la mañana. Su alegría era evidente... y solo era el comienzo de lo que estaba por llegar.

El plato fuerte eran los dos kayak que apuntaban grandes maneras antes de comenzar la final, pero el femenino se quedó lejos de la medalla. El equipo formado por Sara Ouzande, Estefanía Fernández, Carolina García Otero y Teresa Portela solo pudieron ser sextas, a pesar de la buena clasificación que habían logrado y de llegar a la cita olímpica como vigentes medallistas de bronce en el mundial. No pudo ser para las chicas, en una final donde estuvimos lejos del metal.

Pero solo diez minutos más tarde, era el K4 masculino el que seguía los pasos de la embarcación del C2 500 para hacerse también con la medalla de bronce. El equipo formado por Saúl Craviotto, Marcus Cooper, Rodrigo Germade y Carlos Arévalo firmó una brillantísima final para acabar tercero y sumar la decimotercera medalla para España. Los españoles, que fueron de más a menos, lograron aguantar en los metros finales para acabar en la tercera plaza.

Craviotto, con su sexta medalla olímpica, ya es eterno. Desde aquel primer metal que lograra en Pekín 2008, cada participación olímpica que ha vivido el español se ha transformado en metal. El deportista olímpico más laureado de toda la historia tiene motivos para ser feliz. Sus lágrimas tras conseguir el bronce en París son el claro ejemplo del valor que tiene su último éxito. Dos bronces en piragüismo que devuelven la felicidad a una España necesitada de medallas.