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Por qué el "estoy hasta los cojones" de Belén Toimil te explica a la perfección los Juegos Olímpicos
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EN EL STADE DE FRANCE

Por qué el "estoy hasta los cojones" de Belén Toimil te explica a la perfección los Juegos Olímpicos

La española mostró su frustración en la entrevista con TVE. La cita olímpica son dos semanas cada cuatro años, pero hay un esfuerzo detrás que manifestó tras su derrota

Foto: Belén Toimil, durante la competición. (EFE/Franck Robichon)
Belén Toimil, durante la competición. (EFE/Franck Robichon)

Belén Toimil, especializada en lanzamiento de peso, ha ejemplificado como nadie la decepción que puede vivir un deportista en unos Juegos Olímpicos tras su eliminación en París. Esto dijo en una entrevista con TVE: "Me cago en la puta. ¿Por qué me hacéis llorar? ¡Vaya preguntas! Da rabia".

Las lágrimas llegaron justo después. "El primer lanzamiento fue nulo y el último no salió. Estoy hasta los cojones de que no salga. Ver que se pasó de ronda con tan poco... Es para pegarme un tiro. Las calificaciones son una mierda, porque hay gente muy buena que se queda fuera. Me da rabia que haya sido así".

"Me quedo con el Europeo de Roma y esa lucha por las medallas; me quedo con los 18.75 del Nacional, así que no puedo estar descontenta con este año, porque ha sido el mejor en regularidad y en marcas hasta la fecha. Estar en una final olímpica habría sido la leche, porque era mi sueño", reconoció Toimil.

La reacción de Belén es la misma que la de muchísimos deportistas en una cita olímpica. La preparación es ardua, sacrificada y a veces sin recompensa. Son cuatro años de mucho esfuerzo para 15 días en los que es necesaria cierta dosis de fortuna. Una mala clasificación y estás fuera. España suma, a estas alturas, siete cuartos puestos, a las puertas de la medalla de bronce.

Se cataloga y se entiende como una derrota, como quedarse a las puertas de los metales, pero los Juegos Olímpicos son mucho más que ello. Cada entrenamiento, cada evento social al que dices que no, cada pequeña molestia, cada lesión, cada lágrima de frustración... No quitemos grandeza a los olímpicos, no se lo merecen.

placeholder Las lágrimas de Belén Toimil. (EFE/Juanjo Martín)
Las lágrimas de Belén Toimil. (EFE/Juanjo Martín)

Las lágrimas de un campeón olímpico

El propio Daniel Pintado, ecuatoriano y campeón olímpico en los 20 kilómetros marcha, reconoció que la noche previa a ganar el oro estuvo llorando desconsoladamente en su habitación. ¿Se lo imaginan? Eres el gran favorito para una prueba, tienes el oro a tu alcance, y solo puedes llorar a horas de la prueba. En su caso, la familia se encontraba muy lejos y los echaba de menos. Un audio de su hijo de nueve años lo tranquilizó.

Los deportistas pasan innumerables horas en gimnasios, pistas, competiciones o diversos centros de entrenamientos. Hay una parte importante sin ver, expuesta a las mil maravillas por Toimil, que fue la otra cara de la moneda. Ella ha sido valiente y se ha abierto ante los micrófonos de RTVE. La grandeza deportiva se escribe en las medallas, pero la tinta son los atletas que quedan en el camino.

Porque son precisamente los deportes minoritarios los que tienen más trabajo detrás. Además, tiene el foco mediático solo una vez cada cuatro años. Y para llegar a unos Juegos Olímpicos deben sortear numerosas vicisitudes. Toimil lo sabía, sus lágrimas nos lo cuentan todo.

Belén Toimil, especializada en lanzamiento de peso, ha ejemplificado como nadie la decepción que puede vivir un deportista en unos Juegos Olímpicos tras su eliminación en París. Esto dijo en una entrevista con TVE: "Me cago en la puta. ¿Por qué me hacéis llorar? ¡Vaya preguntas! Da rabia".

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