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A Paul McGrath le va la marcha: "¿Reino Unido? Soy español, no tomo té y me echo la siesta"
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La promesa española

A Paul McGrath le va la marcha: "¿Reino Unido? Soy español, no tomo té y me echo la siesta"

El atleta finalizó 17º en los 20 kilómetros marcha, en su primera experiencia en unos JJOO. Es hijo de escocés, tiene abuelos irlandeses y estudia Periodismo. En parte, él ha elegido este titular para la entrevista

Foto: Paul McGrath, durante los 20 kilómetros marcha. (Europa Press)
Paul McGrath, durante los 20 kilómetros marcha. (Europa Press)

Ha comido hace poco y está muy contento de haber llegado a la villa olímpica. Es la sonrisa del debutante, la que no se le escapa a Paul McGrath (Barcelona, 2002) en toda la conversación, que tuvo lugar en la previa de su participación en los 20 kilómetros marcha, en la que terminó 17º.

Hijo de escocés y de española, y con abuelos irlandeses, tiene una mezcla enriquecedora en su currículum. Es un tipo cuyo sentido del humor se asemeja más al de su padre y con el que uno puede reírse casi cada dos minutos, como se comprobará en esta conversación.

McGrath estudia Periodismo tras un efímero paso por Publicidad y Relaciones Públicas. En el futuro, le encantaría dedicarse al periodismo deportivo. Pero antes de ser entrevistador le toca el papel de entrevistado. Y ha aceptado encantado la charla con El Confidencial.

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PREGUNTA. Usted es hijo de escocés y de española y sus abuelos son irlandeses.

RESPUESTA. Lo que hace el amor [risas]. Es muy bonito tener familia en diferentes partes. Algunos vendrán de Escocia a París para verme, aunque yo no los conozco. Son primos y tíos que no paran de mandarles mensajes a mis padres y a los que no les he visto en mi vida.

P. ¿Cómo se ha producido esa movilización familiar?

R. No han querido que me ocupe de nada de eso, así que sólo sé que vienen muchas personas. Les he dicho a todos que a partir del 1 [cuando acabó su participación] hablaremos con tranquilidad, pero que ahora estoy focalizado en la competición. Tengo amigos que vendrán y que no tienen sitio para dormir, gente que irá y vendrá en el día…

P. ¿Los deportistas intentan evadirse del teléfono en la previa de la competición o es imposible?

R. Es imposible. A mí me gusta tener el móvil, porque si no estás muy solo. No me molesta estar conectado con mis amigos y que me pasen el cotilleo del pueblo. Hay vida más allá de esta burbuja. He notado que tengo una gran cantidad de mensajes de gente que no conozco y choca un poco.

P. ¿Cómo pasa sus ratos libres en la villa olímpica?

R. La villa olímpica es fantasía [risas]. Hace unos días, me percaté de que tenía tres horas libres y no me eché la siesta porque quería irme a dormir pronto. Entonces di una vuelta con la bici y vi las delegaciones de los diferentes países. Y vi la cabina con los teléfonos en la del Reino Unido, los murales que había… Cuando me cansaba, me quedaba en un sofá o en una silla para ver a cuántos deportistas conocía.

P. Usted es hispano-escocés. ¿Cómo explicará la enemistad que existe entre Inglaterra y Escocia?

R. Tampoco me quiero meter en muchos charcos [risas]. Es una rivalidad que viene desde hace muchísimos años. Grosso modo, te digo que Inglaterra conquistó Escocia, luego los escoceses se independizaron y volvieron a conquistarlos. Mi padre también es irlandés y ellos también tienen una gran rivalidad con los ingleses…

P. Con tanta nacionalidad, podría ser diplomático.

R. Claro [más risas]. En la final entre España e Inglaterra en la Eurocopa, mi padre estaba muy nervioso porque podían ganar los ingleses. Eso no podía pasar. Cuando empataron, recuerdo a mi padre casi sudando, como les pasó a otros muchos escoceses. No hay una rivalidad muy sana entre escoceses e ingleses.

P. ¿Cómo definiría a los escoceses?

R. Muy buena gente, graciosos y con un enorme sentido del humor, muy parecido al que tengo yo. Cuando algunos amigos han ido a Inglaterra, me han dicho que eran muy fríos. Y siempre les digo que tienen que ir a Escocia para ver que es completamente diferente. Lo conozco de primera mano, porque la mitad de mi familia vive allí.

Foto: Rodrigo Conde, en un evento antes de los Juegos Olímpicos. (Europa Press)

P. ¿Qué rasgos le vienen de su madre?

R. Mi madre es española, del norte, y es graciosa, pero no al nivel de los andaluces. Si te vas de cañas con ella, no es la típica de la que dirías: '¡Cómo me he reído contigo!'. Mis abuelos son de Aragón y de La Rioja y son grandes personas, pero no tienen el humor que te he comentado antes. Es como comparar la medalla de oro y el diploma, siempre hay niveles.

P. En Escocia hay una gran afición por la cerveza.

R. A mi padre le gusta como cualquier hombre, pero yo soy deportista y estoy enfocado en ello. En su momento, mis amigos empezaron a beber y a salir de fiesta y yo estaba en otras cosas. El 1 de agosto, cuando haya acabado la competición, me tomaré una con mi familia y mis amigos. Sólo una, porque si me bebo dos me puedo tirar al Sena [risas].

P. Su padre es muy del Celtic.

R. El otro día vio hasta el amistoso que le ganaron al Manchester City (3-4). Le dije: 'Papá, hombre, que es un amistoso'. Eso le viene de familia, porque sus padres y sus hermanos son grandes forofos del club. La mala suerte de mi padre es que vive en Barcelona y no puede ir cada 15 días al estadio. El Celtic une a toda la familia y está muy presente en mi casa.

P. ¿Es usted igual de futbolero que su padre?

R. Lo fui en su momento, hasta el punto de jugar muchísimo al Fantasy. Eso me hizo ver partidos de equipos que nunca más he vuelto a ver. Me percaté de que eso era demasiado y hace dos o tres años me relajé. Me gusta ver la Champions, los Clásicos… Pero ahora veo otros deportes como el atletismo y el ciclismo. Eso sí, cuando estaba en el colegio, mi primera opción era ser futbolista.

P. ¿Cuándo renunció a ser futbolista para ser atleta?

R. Fue un cambio muy rápido, porque me percaté que no era ni el mejor de mi clase [sonríe]. Veía que algunos compañeros empezaban a fichar por equipos de la zona y yo no. Además, mi madre no me quería llevar a ningún club porque no le gustaba nada el ambiente, que es bastante tóxico. A ella le parecía que los padres estaban demasiado metidos. Tuve que buscar otro deporte, encontré el atletismo y me propuse llegar a unos Juegos Olímpicos. Y aquí estoy.

P. ¿Quién sería el Messi del atletismo?

R. Usain Bolt, sin duda. El problema actual del atletismo es que no hay una figura como él, hay atletas como Duplantis, Jakob… Pero si voy a preguntarle a mi primo por esos atletas no tiene ni idea. En cambio, estoy seguro de que sabe quién es Bolt. Falta un perfil así, porque no sólo vale con ser bueno como en el fútbol, en el atletismo también tienes que ser carismático. Bolt se ponía a bailar después de las pruebas, charlaba con los voluntarios…

P. ¿Ha tenido contacto con Bolt?

R. Lo vi después de correr en una carrera de relevos y le di la mano. Tras ello, mi primer pensamiento fue en no lavármela nunca más. Pensé que era lo mejor que me había pasado en la vida.

P. Si Bolt es el Messi, ¿qué futbolista sería Paul McGrath?

R. No sé [piensa], quizás alguno joven.

P. Jóvenes son Bellingham y Vinícius.

R. Pero esos son demasiado buenos, tienen Champions y yo no he ganado nada todavía [risas]. Te voy a decir uno del Celtic, Matt O’Riley, que tiene 24 años. En unos años fichará por un club grande y se escuchará más su nombre.

placeholder McGrath, al concluir una prueba. (EFE/Yoan Valat)
McGrath, al concluir una prueba. (EFE/Yoan Valat)

P. ¿Es Álvaro Martín el mejor corredor de fondo del momento?

R. De marcha, sí.

P. ¿Cuántas veces lo han confundido con el central de Irlanda del Norte?

R. Bastantes, bastantes, sobre todo los periodistas de cierta edad [risas]. Si hubiera nacido hace 20 años, igual mis amigos también me dirían eso. Él es una leyenda y yo quedo a su sombra.

P. Usted estudia Periodismo. ¿Qué lo llevó ahí?

R. Yo empecé en Publicidad y Relaciones Públicas, pero en segundo me percaté de que no me llenaba nada. En la carrera, me pasó lo inverso al deporte, porque no encontraba las ganas. Entonces no sabía si iba a ser capaz de terminarla. No quería amargarme dos años más y siempre había tenido el runrún del Periodismo. Es más, un profesor siempre me dijo que iba a dedicarme a eso.

P. No quería estar amargado.

R. Claro. Si estás amargado y no dedicas tu vida a más cosas, puede valer. Pero tengo otra vida paralela con el atletismo y me estaba frustrando también en el deporte. Fue una de las mejores decisiones que he tomado, porque me gusta y porque me veo en el futuro dedicándome a ello.

P. ¿Enfocado al periodismo deportivo?

R. Sí, sobre todo a esa rama. Aunque es lo que más me gusta, también me planteo ser corresponsal. Siempre he soñado con cubrir el olimpismo, pero no me cierro puertas, porque no estamos para eso.

P. Decía Kapuscinski que para ser buen periodista hay que ser buena persona. ¿Coincide?

R. Sí, sí, totalmente, hay que ser buena persona al tratar con el deportista. He tenido compañeros de clase que me han querido entrevistar para algún trabajo y no se han preparado nada. Uno tiene que documentarse antes de conversar con una persona. El entrevistado tiene que sentirse como en casa, no pensar que es una pérdida de tiempo. Nunca he dicho que no a entrevistas, porque me pongo en esa situación.

P. Es importante documentarse.

R. Hay periodistas que han llegado a las entrevistas sin saberse siquiera mis datos. Otros que me han llegado Paul, en catalán. No sé por qué lo pronuncian así, si queda bastante claro con mi apellido [risas]. Para ser bueno en la profesión, tienes que ser buena persona porque es un trabajo de cara al público.

P. He leído que a usted le gusta escribir a mano.

R. No me voy a poner como si me encantara lo analógico [risas]. Lo dije una vez y ya empezaron las burlas de mi familia, que me preguntaba dónde tenía todos los papeles. Me gusta más tomar notas cuando entrevisto a alguien que utilizar la grabadora.

P. ¿Qué atributos debe tener un buen periodista?

R. Lo principal, que sepa escuchar. También tiene que saber cómo ver, porque muchas noticias se consiguen observando. Y debe ser creativo. Es necesario saber cómo contar la historia para que el periodismo no se convierta en algo monótono. A veces me hacen entrevistas y me preguntan siempre por lo mismo. ¿Por qué no son todas como esta que me estás haciendo? ¿Por qué no me preguntan por el periodismo? ¿Por qué no me preguntan por otras cosas?

P. ¿Por qué eligió competir con España en lugar de con el Reino Unido?

R. Competir con el Reino Unido no es algo que me haga mucha ilusión. Además, yo nací y me he criado en España y mi cultura es española. No tomo el té, me echo la siesta… Fue una decisión muy sencilla.

placeholder McGrath, en el Europeo de este año. (Europa Press)
McGrath, en el Europeo de este año. (Europa Press)

Para acabar, Paul se somete al test de El Confidencial.

P. Su primer recuerdo de los Juegos Olímpicos.

R. Aunque tengo algún recuerdo vago de Pekín 2008, me acuerdo mucho más de Londres 2012, una edición que vi entera.

P. ¿Con qué deportista se tomaría una cerveza?

R. Con Jefferson Pérez.

P. ¿Dónde se liga más, en la villa olímpica o en Tinder?

R. Supongo que es más fácil en la villa olímpica.

P. ¿A qué deportista le pediría un autógrafo?

R. A Rafa Nadal.

P. ¿Qué se tatuaría si ganara una medalla?

R. Nada.

P. ¿Sabe quién es el deportista español con más medallas?

R. David Cal [es correcto].

P. Elija el titular de El Confidencial si gana una medalla.

R. [Se lo piensa] a España le va la marcha, aunque puede ser demasiado [risas]. O yo quiero marcha, marcha. La segunda me mola mucho más [carcajadas].

P. Una superstición inconfesable.

R. Me depilo las piernas en la ciudad en la que se disputa la competición, no en casa.

P. ¿Cuál es el día de su vida que más le costó entrenar?

R. Justo antes de venir a los Juegos Olímpicos, porque ya habían empezado y yo todavía no había llegado. No tenía motivación porque no me sentía parte de ellos. Tenía que irme a más de 30 grados a correr diez kilómetros, pero los hice.

P. ¿Dónde estaría ahora mismo si no estuviera dedicado al deporte?

R. De vacaciones, seguramente.

P. La última vez que ha ganado una medalla en su vida personal.

R. Ver a toda mi familia unida e ilusionada para verme en los Juegos Olímpicos.

P. Un compromiso que haya evitado por el deporte.

R. La vida normal casi: quedar a cenar con amigos, ir a la playa, no tomar Coca-Cola

P. ¿Qué haría con el dinero de una medalla si ganara?

R. Invertirlo.

Ha comido hace poco y está muy contento de haber llegado a la villa olímpica. Es la sonrisa del debutante, la que no se le escapa a Paul McGrath (Barcelona, 2002) en toda la conversación, que tuvo lugar en la previa de su participación en los 20 kilómetros marcha, en la que terminó 17º.

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