La tarde para el olvido del taekwondo: Cerezo y Vicente se quedan sin medalla en París

El taekwondo español vivió una dura jornada con dos varapalos en un día en que todo se torció. La mañana empezó con la felicidad experimentada por la marcha, cuando la pareja conformada por Álvaro Martín y María Pérez lograron el oro. Adriana Cerezo y Adrián Vicente, candidatos a la medalla en la categoría -49 kg y -58 kg, se quedaron sin metal en estos Juegos Olímpicos de París.

Las expectativas se cumplieron por la mañana, cuando ambos avanzaron hasta su duelo de cuartos de final con facilidad. En esa ronda, ya palabras mayores por la dificultad de los rivales y la tensión acumulada, la fortuna fue dispar para los olímpicos españoles.

Cerezo, número dos del mundo y plata en Tokio 2020, se quedó fuera de la competición. La reacción fue llorar con unas lágrimas con las que quiere impulsarse para Los Ángeles 2028. Mobina Nematzadeh eliminó a Cerezo en un duro combate. A la madrileña le costó procesar una derrota inesperada al esperarse que defendiera su subcampeonato olímpico en la final.

La presencia española

Vicente, por su parte, se coló en el repechaje, donde una victoria le daba opción a rascar el bronce. La medalla se acercó porque Adrián, también número dos del mundo, venció en dos asaltos al irlandés Jack Woolley. Solamente quedaba un combate para alcanzar el éxito.

La opción de sumar la 14ª medalla española, sin embargo, se disipó frente al tunecino Mohamed Jendoubi, número uno del mundo y superior en un combate que le hubiera otorgado otro éxito tras el bronce de natación sincronizada. El primer asalto acabó con un 3-11, una diferencia que alejó la medalla.

El tunecino empezó mucho más conservador, aunque rápido elevó su ventaja. Se colocó 0-7, en parte gracias a la petición de revisión de jugada, un detalle que lo aupó al éxito como en el primer round.

El estadio estuvo completamente lleno, con una abrumadora presencia francesa, aunque también hubo españoles que se dejaron ver. Los familiares y amigos de Cerezo fueron multitud.

La tarde estuvo alejada de las medallas y de completar un día festivo para el deporte español. Mientras en el Trocadero todo fueron abrazos y sonrisas, la decepción era evidente en el Grand Palais.