"Espero colgar la medalla en mi cuarto". El hockey español quiere venganza por el bronce

El estadio Yves-du-Manoir está ubicado al noreste de París. Al menos eso es lo que dice el mapa, porque aquello se asemejó a los Países Bajos. Las gradas eran una concatenación de camisetas naranjas, en una abrumadora superioridad de la afición neerlandesa. El griterío fue tal que hasta se permitieron hacer la ola con el marcador (4-0) que los llevó a la final. Y que dejó a España en el camino, aunque prometen venganza en la lucha por el bronce.

Era una jornada tan familiar que incluso hubo una excursión de niños al estadio. También de familiares de los españoles, desplazados hasta París para cantar "este partido lo vamos a ganar", aunque la fortuna en esta ocasión no acompañara. La banda tocaba el mítico Sweet Caroline de estos Juegos Olímpicos mientras los aficionados disfrutaban.

El estadio tiene una gran explanada detrás, tapado por vallas, y cuatro bloques de pisos simétricos. Estamos en París, pero en cierto sentido se parece a Vallecas: hubo algunos que se colocaron en sus balcones para seguir el duelo. Un partido marcado por la rivalidad y el señorío de los neerlandeses, capaces de ovacionar una gran jugada de España a dos minutos del final.

Una de las familias neerlandesas comenta que han venido para toda una semana y que tienen las entradas ya sacadas para la final. "Esperemos que ganen el oro. Nos interesa mucho el hockey, porque es un deporte muy importante para Países Bajos. Ten en cuenta que hay casi un club por ciudad y que tiene mucho seguimiento", nos explican.

"No hay que tener la cabeza baja, tenemos que recuperarnos de este 4-0, aunque sea difícil", explicaba Rafa Villalonga, jugador de España, a El Confidencial. La decepción se palpaba, pero hay un objetivo claro. "Nos hemos quedado fuera de una final olímpica, el escenario soñado por todo deportista. Pero aún tenemos un bronce que luchar".

Steve van Ass es la otra cara de la moneda. El neerlandés está radiante tras el pase a la final y departe con El Confidencial. "Nos hemos sentido locales aquí por toda la afición que se ha desplazado. Parecía Holanda, literalmente. Hubo mucho ruido y fue un partido muy especial".

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La presencia holandesa incluso gustó a alguno de los españoles. "Ha sido increíble, me ha encantado", decía Borja Lacalle, uno de los jugadores de la Selección. "Nunca había estado en un partido así".

La superioridad en las gradas también se reflejó en el campo. Al descanso, España perdía 2-0, un resultado que más tarde fue difícil revertir. "La idea era ser amplios, formando un 4-2-2-2. Ha funcionado un poco, aunque por momento se haya convertido en un correcalles. Pero no creo que haya habido un desorden descomunal. No hemos cuidado al 100% los detalles y nos han caído cuatro goles".

"En el final fuimos especialmente superiores, porque anotamos nuestras ocasiones. Era lo que necesitábamos. Si ellos hubieran marcado en sus primeras oportunidades, hubiera sido muy difícil para nosotros. Estábamos preparados", comenta Van Ass, consciente de que el plan preparado se ejecutó a la perfección.

Borja Lacalle era reserva y debutó frente a Países Bajos por la lesión de Bruno Font. Su experiencia olímpica ha sido distinta, pero quiere culminarla con una medalla. "Espero colgar esa medalla en mi cuarto. He tenido sentimientos encontrados en París, porque lo he pasado mal por ser reserva. Me quedo con este partido y con la ceremonia de inauguración".

Las familias esperaban a los jugadores, agolpados en la puerta de uno de los fondos, mezclados con los holandeses. Allí estaban la cuadrilla de Rafa Villalonga, que departió entre bromas con este periódico. Son cuatro de sus amigos, tres de ellos juegan al hockey, que llegaron anoche procedente de Bilbao.

"Yo tenía pocas expectativas, pensaba que les iba a caer un baño", dice Fernando de la Rica. Su novia, Carlota Madariaga, le replica. "Pues yo tenía ilusión. Era una oportunidad única llegar a una final olímpica. Pero ahora hay otra opción de conseguir una medalla y tienen que luchar por el bronce". "Espera, espera. Un 4-0 no me lo esperaba, pero perder por dos o por tres, sí, porque Holanda es un rival complicado", expone Fernando.

Estuvieron apoyando a su amigo en el duelo ante Países Bajos de la fase de grupos (5-3) y en el duelo frente a Sudáfrica, al que finalmente no pudieron acceder. "Teníamos las entradas y no nos han devuelto un euro. Decían que era por riesgo de tormenta eléctrica y no cayó ni una gota. Hemos escrito al Comité Olímpico Español (COE), pero damos el dinero por perdido. Tuvimos que ver el partido en un bar".

Creen que el partido ha estado marcado por detalles. "Si meten el penalti-córner que hubo antes del descanso, cambia el partido por completo", explica Fernando. "Les ha faltado un gol para que se lo creyeran", dice Carlota.

Ya aparecen los jugadores. Uno de ellos es Chefo Basterra, que se hace una foto con su familia y amigos. Y todos entonan su cántico: "Marca un gol, Chefo Basterra, marca un gol". La conjura está preparada y hay ganas de revancha. España luchará por el bronce.