La respuesta a por qué nadie bate récords en la piscina: ni Ledecky es capaz de lograrlo en París

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La natación es una de las pruebas reina en unos Juegos Olímpicos. Desde los primeros JJOO modernos en 1896 ha aparecido en el resto de citas. Además, es el deporte en el que Michael Phelps se convirtió en el mejor medallista de todos los tiempos con un total de 28 medallas (23 oros, 3 platas y 2 bronces) o donde Mireia Belmonte consiguió el oro en los 200 metros mariposa en Río 2016.

Como era de esperar, en estos Juegos no ha defraudado y se ha visto al ídolo local, Léon Marchand, ganar cuatro oros. O a Katie Ledecky, la mujer más laureada en la historia de los Juegos con 9 oros olímpicos, ganar en 800 y 1500 metros libre femenino. Pero a pesar de que ambos deportistas hayan hecho historia, ninguno de los dos ha conseguido romper algún récord olímpico y mundial. Y esto tiene una explicación que escapa del esfuerzo de los nadadores.

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El motivo por el cual apenas se han establecido nuevos récords, solamente siete, y que los tiempos se hayan reducido en comparación a Tokio 2021 se debe a la profundidad de la piscina olímpica. Esta, al construirse, no cumplió con los mínimos que impone la Federación Internacional. La regla obliga a que, como mínimo, mida 2,50 y la de París mide 2,20. Unos 30 centímetros que podrían parecer insignificantes, pero que un deporte donde todo se decide por centésimas puede ser decisivo.

Sobre ello habló en un reportaje realizado por El País, Raúl Arellano, biomecánico del laboratorio de la Universidad de Granada: "Tienes que buscar profundidad para disminuir la resistencia que produce el oleaje en la superficie. Cuando hacen la fase del nado subacuático en la salida y los virajes, los nadadores generan vórtices con la ondulación de su cuerpo. Pero si te acercas demasiado al fondo o a la superficie, esos vórtices son menos eficientes".

Y es que es clave en un nadador bucear el mayor tiempo posible para evitar la resistencia del oleaje en la superficie. De hecho, Léon Marchand, es uno de los mejores buceadores. Pero en esta piscina menos profunda, los vórtices que generan pierden energía si impactan contra la superficie, que en la capital francesa está más cerca de lo normal.

Este hecho ha producido una cantidad importante de críticas hacia la organización olímpica. Sin embargo, la poca profundidad de la piscina se debe a que debajo del pabellón de La Défense, que es donde se encuentra la piscina, hay un aparcamiento. Y si se construía con una profundidad de 2,50, el techo del parking no podría soportar tanto peso, según se informa en el citado reportaje. Cabe recordar que cada metro cúbico de agua equivale a una tonelada.

Así que habrá que esperar a los Juegos de Los Ángeles 2028 para ver cómo se rompen los récords olímpicos que no se pudieron conseguir en París por culpa de una cuestión de ingeniería y fluidos.