El presidente del COE hace honor a su nombre y 'blanquea' en París a un expresidente inhabilitado
Alejandro Blanco, confeso defensor de los presidentes de federaciones, no tiene ningún reparo en legitimar a un dirigente al que el TAD inhabilitó por irregularidades en su gestión
Conocida es la protección que Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE), dispensa a sus homólogos de las diferentes federaciones deportivas españolas. El gallego entiende y gestiona como nadie la importancia de estar al lado de quienes necesita que le apoyen para seguir al frente de una institución en la que al final del presente mandato, el cual acaba en 2025, llevará veinte años.
"Defenderé siempre en público a los presidentes, con razón y sin ella", dijo Blanco durante su intervención en el Club Siglo XXI, en la que estuvo acompañado por la ministra portavoz del Gobierno de Sánchez, Pilar Alegría. "Los temas hay que tratarlos entre cuatro paredes, no tiene sentido hacer ruido. Los que tenemos que poner paz no podemos ser responsables de la crispación", añadió alguien que llamaba "hermano" a Luis Rubiales cuando este presidía la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
Sin embargo, lo que sorprende es que el presidente del COE no marque distancias con un dirigente que ha sido sancionado por cometer graves irregularidades al frente de una federación española. Con el secretario de Estado para el Deporte, José Manuel Rodríguez, completamente eclipsado por él, Blanco se ha erigido como el principal representante del deporte español. De ahí, la importancia de cuidar aún más estos detalles.
Así ha podido comprobarse en los Juegos Olímpicos de París, donde Blanco no ha tenido reparo en, nunca mejor dicho, blanquear a David Cabello, el expresidente de la Federación Española de Bádminton (Fesba), inhabilitado durante un año por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) por las irregularidades que cometió durante su gestión.
Irregularidades por valor de 121.755,09 euros
Según puede leerse en la resolución del TAD, "se considera probado que por la Asamblea General de la Fesba no se adoptó acuerdo de remuneración del presidente ni se fijó, en consecuencia, cuantía alguna de remuneración a su favor, en los ejercicios 2017 a 2020 (...) Dichas cantidades ascienden a la cuantía de 37.721,79 euros en el ejercicio 2017, 53.675,30 euros en el ejercicio 2018, 27.339 euros en el ejercicio 2019 y 3.019 euros en el ejercicio 2020".
En total, 121.755,09 euros que la Fesba financió a David Cabello con sus recursos propios, "de ahí que no cabría la solicitud de reintegro por parte del CSD, si bien es su deber velar por la correcta gestión de los fondos de la Federación, independientemente de su procedencia".
Paradójicamente, Cabello mantiene un cargo en la federación internacional de este deporte, la Badminton World Federation (BWF), a la que ya siguió vinculado a pesar de que en 2017 fue condenado a seis meses de cárcel por plagio de un proyecto que llevaba por título 'Análisis y estudio comparado del modelo de financiación y evaluación de la excelencia del deporte federado español en el entorno de la UE: propuesta de mejora e incentivos fiscales para el alto rendimiento'.
Estos hechos se remontan a principios de 2008, cuando el entonces presidente de la Fesba y profesor en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada, contactó con la querellante, perteneciente al Departamento de Economía Financiera y Contabilidad, para proponerle colaborar en un proyecto de investigación sobre financiación de instituciones deportivas. Para más inri, el dinero del proyecto provenía del Consejo Superior de Deportes (CSD):
Esta y las mencionadas irregularidades cometidas al frente de la Fesba que el TAD acabó sancionando con un año de inhabilitación, llevaron a David Cabello a presentar la dimisión en 2020. Su inhabilitación, que acaba a finales de este mes, no le afectó a nivel nacional, más allá del descrédito personal que supone o, al menos, debería suponer. Sin embargo, Cabello se aferra a un puesto en la BWF, en cuya representación se encuentra en los Juegos Olímpicos de París, donde, como decimos, el presidente del COE debería haber marcado distancias en lugar de hacer honor a su nombre y blanquearle.
Conocida es la protección que Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE), dispensa a sus homólogos de las diferentes federaciones deportivas españolas. El gallego entiende y gestiona como nadie la importancia de estar al lado de quienes necesita que le apoyen para seguir al frente de una institución en la que al final del presente mandato, el cual acaba en 2025, llevará veinte años.